A Yucatán han llegado 7 mil 442 toneladas de rieles, desde Japón, para el Tramo III del Tren Maya; el material equivale a una distancia de 67 kilómetros. El acero llega al puerto de Progreso y es trasladado al centro de acopio de Maxcanú. La inversión del tramo es de 939 millones 142 mil 845 pesos.
Aitor Gálvez, gerente de vía del Tramo III, informó que el material corresponde al 30 por ciento de la vía, pero faltan 29 mil 826 toneladas de vía, 21 mil 500 barras, que suman 221 kilómetros, y que serán para el trayecto que irá de Calkiní a Izamal. Prevén que, en febrero de 2022, ya esté todo el acero para el proyecto.
El ingeniero, quien ha trabajado en proyectos similares en España, Francia y Arabia Saudita, señaló que el Tren Maya es el proyecto ferroviario más importante a nivel global, por su envergadura, ya que no hay otro de tales dimensiones.
Entrevistado en el centro de acopio en Maxcanú, dijo que el Tren Maya es un reto, en cuanto a la construcción y a la logística, porque en el caso de los rieles, se requiere de hacer maniobras especiales.
Diariamente, llegan al lugar, 10 camiones con 21 barras o rieles, no pueden cargar más por las dimensiones y peso permitidos. Los cargamentos empezaron a llegar en julio y continuarán hasta febrero del 2022, cuando se complete el cargamento.
“Llevo toda mi vida trabajando en el ferrocarril, en diferentes partes del mundo, y es el mayor proyecto ferroviario que existe hoy”, indicó.
Agregó que, en el caso de los rieles, el acero es de alta calidad, del mismo tipo que se usa e Estados Unidos y Europa. “Es un acero de dureza intermedia, que se usa en los trenes de primera categoría.
De manera paralela a la descarga y copio de los rieles, dijo que se trabaja en la adecuación del terreno donde se colocarán las vías. “Una vez que la terracería esté lista, se empezará la distribución de los rieles a lo largo del trazo, junto con el balasto, que es la piedra que se coloca, con los durmientes”.
“Llevamos a cabo una labor importante para habilitar este centro de acopio. Primero se adquirieron los terrenos y luego preparamos la terracería, para que el terreno tenga estabilidad, drenaje de agua, entonces recibimos los rieles”, expuso.
Reiteró que los carriles llegan procedentes de Osaka, Japón, pero los 370 mil durmientes, que se colocarán en este tramo, se fabrican en una planta ubicada en Poxilá, mientras el balasto llegará proveniente de Veracruz.
Mencionó que es un trabajo arduo y que se ha logrado sobreponer a los atrasos generados por la pandemia y por los factores climáticos. Por ejemplo, dijo que debido al paso del Huracán “Grace” el Puerto de Altura de Progreso estuvo un par de días cerrado y no se podían sacar las unidades. Sin embargo, indicó, son las cuestiones que se tienen que ir superando en el día a día.
Explicó que la cantidad de rieles que llegará contempla un 10 por ciento que se mantendrá sin ser colocado, para labores de mantenimiento o para sustitución en caso de que sea necesario.
En la zona del Tramo III se observan los durmientes y rieles que se retiraron del antiguo tren. El entrevistado expuso que estos materiales serán recuperados por parte del Ferrocarril del Istmo que tenía la concesión.
De acuerdo con datos del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), en el Tramo III que va de Calkiní a Izamal se ocuparán un total de 29 mil 826 toneladas métricas de rieles, con un monto de inversión de 939 millones 142 mil 845 pesos.
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JG