Jorge Lara Rivera
En momentos en que miles de hondureños y guatemaltecos se agolpan en la frontera Sur mexicana a la espera de un permiso para continuar su marcha a Estados Unidos, mientras a su gigantesca caravana se fusionaba la de las madres que desde hace años buscan a sus hijos centroamericanos cuyo rastro perdieron mientras se internaban en México; sin pudor, ninguno, totalmente entregado a servir intereses ajenos a los de América Latina, el chileno Luis Almagro, ex secretario general de la OEA, arremetió desde Washington contra el gobierno venezolano al que culpó de violaciones al orden democrático y contra los derechos humanos, señalando al presidente Nicolás Maduro como “sucesor del capo del narcotráfico Pablo Escobar”. En el mismo tenor fueron formuladas previas acusaciones de funcionarios de la Casa Blanca, en el sentido de que el fenómeno migratorio que la caravana de centroamericanos representa para Honduras y Guatemala (cuyos regímenes se han avenido a los dictados de la administración Trump pero han sido amenazados con suspenderles la ayuda económica que reciben) con rumbo a Estados Unidos previo paso por México (al que la Casa Blanca ha querido imponer una política migratoria violatoria de su soberanía y chantajearlo con la cancelación del Acuerdo trilateral de comercio) fue orquestado por la izquierda y estaría financiado por el gobierno bolivariano. Si fuera verdad, resultaría de increíble puerilidad y cobardía que, maestro del intervencionismo, el gobierno estadounidense se permitiese mostrar contrariedad al punto de la rabieta porque el acosado gobierno venezolano le cambió el juego con astucia, ampliando el alcance del arma expulsora de migrantes que la ONU estima en 2 millones y medios de venezolanos que han desbordado sus fronteras permitiéndole sacudirse de encima la presión de los más injerencistas gobiernos del llamado Pacto de Lima: Colombia, Brasil y Ecuador. Y de paso darle un raspón a la ramplona diplomacia injerencista mexicana de Luis Videgaray Caso tan subordinado a los dictados norteamericanos.
Justo ése ha sido el telón de fondo de la reciente crisis diplomática entre Caracas y Quito que sigue a la inopinada visita del Srio. de Estado de Estados Unidos Mike Pompeo por la región (vuelto de su visita de ‘control de daños’ a Arabia Saudita tras el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado del reino árabe en Estambul, Turquía).
Apenas concluida su visita a Ecuador y tras su entrevista con el presidente Lenín Moreno, el Ministerio de Relaciones Exteriores ecuatoriano decretó la salida de Carol Delgado, la encargada de negocios de Venezuela y tras la respuesta de Caracas que consideró la reacción como un “acto inédito”, “intolerante y desproporcionado” que atenta contra las “relaciones de hermandad entre ambos países”, viéndose obligada a corresponder con una medida recíproca, la mañana del jueves 18, precipitando la crisis Ecuador declaró ‘persona non grata’ a la representante de la república bolivariana a quien dio 72 horas para abandonar Ecuador.
Venezuela también pidió a Elizabeth Méndez, la encargada de negocios de Ecuador en Venezuela, abandonar el país y la declaró ‘persona non grata’. Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana se informó que la diplomática ecuatoriana partió de Caracas el 18 de octubre de 2018, a las 19:00 hrs., aunque la cancillería ecuatoriana dijo que salió de Caracas en la tarde de esa fecha “cumpliendo un llamado a consultas del Gobierno de Lenín Moreno”.
Jorge Rodríguez, Ministro de Comunicación venezolano acusó el 17 de octubre al presidente ecuatoriano Moreno de mentir el mes pasado en la ONU al afirmar que a Ecuador llegan 6,000 venezolanos por día, así como de presentar cifras “infladas” sobre el ingreso de migrantes, “porque eso fue lo que le ordenaron para montar la patraña que están montando” (El mandatario de Ecuador había afirmado que su país ha destinado más de 50 mil vacunas para niños que llegan con sarampión, difteria y poliomielitis; y realizado decenas de chequeos de salud a más de 1 millón de venezolanos refugiados, entre ellas muchas mujeres en estado grávido que nunca se habían realizado un control).
En respuesta el secretario de Comunicación de Ecuador, Andrés Michelena, dijo que las declaraciones del ministro Rodríguez contra el presidente Moreno “demuestran que ese socialismo corrupto, asesino y mentiroso del siglo XXI todavía vive en Venezuela, provocando la migración masiva más grande de la historia de sus ciudadanos, por la nefasta administración del señor (Nicolás) Maduro”. Según su versión al presente hay en Ecuador 300 mil venezolanos, de los cuales 60 mil laboran en Quito. Si Washington acierta en lo de la caravana, la astucia de Maduro es admirable.