Opinión

El fracaso de la oposición en Cuba

Por Max Lesnik

Entramos en el año 2019 y la Revolución Cubana que llegó al poder hace sesenta años, en 1959 sigue en pie levantando sus banderas en alto a pesar de los esfuerzos de distintos gobiernos norteamericanos por aplastarla, utilizando todos los métodos posibles, desde una invasión como la de Playa Girón en 1961, hasta incontables atentados personales contra sus dirigentes, las agresiones económicas como el bloqueo financiero contra la isla y la subversión interna pagada por el gobierno de turno en Washington a través de minúsculas organizaciones opositoras denominadas “Disidentes”, al servicio siempre de quienes bien les pagan para servir a los intereses de un gobierno extranjero.

Vale la pena reflexionar sobre la razón principal del fracaso de los opositores contrarrevolucionarios a través de los años que no es otra que la ilegitimidad, que conlleva la supeditación a los dictados de un gobierno extranjero por parte de quienes dan la espalda a la bandera cubana de la estrella solitaria para vestir la norteamericana de las barras y las cincuenta estrellas.

“Ahí está el detalle”, repitiendo la frase famosa del genial cómico mexicano “Cantinflas” cuyas películas de mediados del pasado siglo XX, entre chistes y chascarrillos de humor popular, decía grandes verdades sobre los males políticos de la época, que la mayoría de ellas todavía se encuentran presentes en las sociedades del continente americano.

No es que la Revolución Cubana sea un perfecto modelo de sociedad y no haya cometido errores a través de los años, pero su gran “pecado” no ha sido sus desaciertos, que los ha habido en el proceso, sino el hecho trascendental de haberse mantenido indoblegable y vertical, a pesar de las dificultades impuestas por sus enemigos jurados -de afuera y de adentro- que han estado al servicio de intereses ilegítimos foráneos como es el caso de la llamada “Disidencia” interna cubana, como la han bautizado los medios de comunicación de la prensa internacional siguiendo las orientaciones prejuiciadas de Washington.

Ahora que en este nuevo año los cubanos tendrán una nueva Constitución, es hora de mirar hacia atrás para no cometer los mismos errores de ayer. A los del gobierno les toca tener más paciencia, apertura y tolerancia, a la vez mantener la firmeza en los principios revolucionarios, que es el verdadero socialismo.

Y a los “opositores” pagados por Washington, les decimos que es de locura seguir haciendo lo mismo, atados al dictado de un gobierno extranjero en la esperanza de que algún día tendrán resultados diferentes a los anteriores que no han sido otra cosa que rotundos fracasos.

No hay que olvidar aquello de que Roma paga bien a sus lacayos, pero al final también los desprecia por traidores. ¡Bienvenido el año 2019!