Félix Sautié MederosCrónicas Cubanas
El Presidente de Cuba y Lis Cuesta siempre juntos en New York
Queridos lectores de Crónicas Cubanas, los símbolos son importantes porque muchas veces expresan conceptos con una asimilación más efectiva que cualquier discurso por mucha elocuencia conque se haya pronunciado. Esa es una convicción que reiteradamente se me hace presente cuando aparecen símbolos no pensados antes.
Otra consideración importante que se me presenta en mi mente en la actualidad que estoy viviendo es que cada época tiene sus símbolos representativos. Por ejemplo, la imagen de Fidel en su entrada a La Habana aquel 8 de enero memorable del 1959, fue el símbolo inequívoco de que la Revolución era Triunfante y de que se iniciaba una nueva etapa de libertad, equidad y justicia social no exenta de peligros y asechanzas. La afirmación de que la lucha iba a continuar ahora con mayores agresiones pero también con mayores posibilidades que las que tuvieron Céspedes, Martí y el propio Fidel asaltante del Moncada.
Y, en este orden de pensamiento, cuál sería el símbolo de futuro que se hace presente en estos días, algo muy humano y novedoso: Lis Cuesta, su esposa, todo el tiempo junto al Presidente de Cuba en su primera visita a la ONU en Nueva York. Una imagen nueva que quizás pase desapercibida para algunos, pero que se me ha dibujado con fuerza en estos días que el Presidente de Cuba, Miguel Díaz Canel, encarna a Fidel en sus visitas a la ONU. Fidel en su época y Díaz Canel en su presente en el que abiertamente expresó, con la firmeza que sólo puede darse como consecuencia de una convicción profunda, “Somos la continuidad, no la ruptura”.
Realmente abrimos una nueva etapa con una nueva imagen de una continuidad que no se romperá, en el año del 150 aniversario del inicio de las Guerras de Independencia. Son muchos significados de futuro que se abren con una imagen y una presencia.
Sólo eso quiero comentar porque para buenos entendedores no hacen falta muchas palabras. Así lo he percibido y así lo expreso con mis respetos para el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular.