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Opinión

La dictadura medieval del siglo XXI y el 1 de octubre catalán

Ricardo Andrade Jardí

Cualquiera puede saber que se enfrenta a un régimen autoritario cuando un par de titiriteros o casi una decena de raperos son detenidos por apología del terrorismo o por injuriar “la corona”, que, de paso sea dicho, es producto de un golpe militar fascista y una de las más terribles dictaduras del siglo XX y lo que va de éste; aunque hoy nos oferten al Estado español como una pretendida democracia europea, nada más lejos de la verdad. No, no hay democracia cuando un país, en crisis económica, es obligado a sostener a una parasitaria monarquía que se usa de pretexto para condenar artistas y perdonar políticos corruptos y ladrones. No hay democracia posible cuando un pueblo está obligado a mantener la folclórica figura de ornato que supone en el siglo XXI una monarquía. Por si fuera poco, que no lo es, la detención y condena de los músicos raperos, bastan de ejemplo las arbitrarias detenciones por toda España de jóvenes anarquistas bajo argumentos falaces que son el hazmerreír del más elemental sentido común en cualquier rincón del planeta.

Pero a la dictadura medieval del Estado español le faltaba para vestir su farsa de gala: la vergüenza del primero de octubre de 2017 en Catalunya. El mundo entero fue testigo de cómo a la impuesta monomaquia española le molestan las urnas y los votos. El mundo fue testigo de cómo arremetió la fuerza represiva del Estado español contra civiles pacíficos y desarmados que lo único que pretendían era ejercer su legítimo y soberano derecho a elegir el camino de su autodeterminación, su único delito: ser catalanes. Fuerza represiva y ridícula que además de golpear civiles perseguía y detenía urnas y papeletas como si se tratara de ántrax. Pese a los brutales estallidos de violencia de las fuerzas represivas de la monárquica y medieval dictadura española, el digno e históricamente rebelde pueblo catalán votó y decidió el destino de su soberanía, un destino que sobre todo le ha dicho no al arcaico y golpista régimen monárquico del represor Estado español.

Como lo hemos escrito antes: dicen los mitos históricos que Lenin el líder de la Revolución Rusa bailó en la nieve cuando la revolución había durado una semana más que la Comuna de París. Y lxs catalanxs podemos, como Lenin, bailar en la nieve pues nuestra independencia es más que un deseo, es un hecho que ya no podrá ser doblegado por monarquía alguna. Aún hay mucho camino por andar y no basta con defender la declaración de independencia, sino que hay que construir una Catalunya donde quepan muchos mundos, una Catalunya donde lxs jóvenes anarquistas o los titiriterxs, no sean detenidxs por su forma de pensar o de vestir, y donde podamos hacer y escuchar música sin el temor de que seremos encarcelados por criticar a una monarquía de mierda o a un gobierno injusto.

Por lo pronto desde los CDR internacionales 1 de octubre celebraremos nuestros votos y nos solidarizaremos escuchando el rap intolerable, para la monarquía española, con todas y todos los presos políticos de España y del mundo.

¡Visca Catalunya Lliure!

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