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Opinión

Sentimientos Golpistas

Alberto Híjar Serrano

La capacidad de inclusión golpista contra los movimientos populares víctimas del neoliberalismo es compleja y cuenta con poderosos empresarios, consorcios y dóciles figuras del espectáculo televisual. Paula Rojas produjo el Grammy Latino 2019 y transmitió entrevistas con los participantes, así como cápsulas con galardonados en años anteriores como José José, Vicente Fernández, Joan Manuel Serrat, Juan Luis Guerra, Pedro Fernández con una grotesca coreografía de coristas “pocarropa” acompañándolo como mariachi tropical. Sorprende que entre los reconocidos en años anteriores figuren Caetano Veloso, Gilberto Gil, que fue Ministro de Cultura de Brasil, participante en una reunión de colegas latinoamericanos en el Centro Nacional de las Artes de México hace unos ocho años, donde amenizó la clausura del evento organizado por la CEPAL. Más sorprende el galardón, en años anteriores, a la cubana Omara Portuondo.

“Música para vivir: ayuda y libertad”, tituló Richard Branson al concierto con treinta participantes estelares de la industria del espectáculo en Las Tienditas, frontera entre Colombia y Venezuela, para acompañar el ingreso de camiones con el autoproclamado presidente provisional Juan Guaidó. Se abstuvieron Peter Gabriel y Annita, y Juanes se envolvió en la bandera yanqui para ganarse así el reconocimiento como Persona del Año en el Grammy Latino transmitido por Televisa el 13 de noviembre de 2019 desde Las Vegas. “Dejen que las estrellas brillen para todos”, fue el metafórico lema mercadotécnico. Más de cien mil espectadores asistieron en el momento cumbre del fallido operativo de distracción rechazado en el puente y la carretera mientras el concierto transcurría.

Generales y oficiales adiestrados por el Pentágono en Estados Unidos y sus invasivas bases militares desparramadas por toda América, incluyendo a Cuba con la ominosa base de Guantánamo que Obama prometiera regresar a la soberanía cubana. Hasta fue a Cuba a mostrar su hipócrita decisión incumplida. Todo esto es acompañado por organizaciones que se ostentan como defensoras de la democracia (sic), patrocinadas generosamente por organizaciones yanquis coordinadas por la CIA. Se amparan en la sociedad civil y algunas se registran como organismos no gubernamentales (ONG). De aquí que entre la folletería que el gobierno boliviano distribuía gratuitamente, hay una investigación de Alvaro García Linera denunciando el ongismo como aparente defensa de los derechos humanos y otras filantropías. Anticomunismo, racismo, machismo político y social, fanatismo cristero contra las creencias indígenas, adquieren así una constante presencia de altanería y marcialidad militar, acompañante de empresas caritativas convocantes de la ingenuidad común para incluir sus donaciones como aportaciones sociales libres de impuestos. En México, desde hace dos años crece el desprestigio del Teletón.

La industria del espectáculo castiga, por ejemplo, a Ricky Martin por su solidaridad con el levantamiento popular en Puerto Rico. Otras, como Mon Laferte, mantienen un equilibrio difícil porque participó en la ceremonia del Grammy pese a su apoyo a las movilizaciones del pueblo chileno. Hay quienes renuncian a toda relación empresarial como Daniel González, el veterano músico y excepcional cantante nacido y surgido del grupo Salario Mínimo para seguir ahora con el Taller del Sur para multiplicarse animando asambleas populares, sobre todo en Oaxaca donde trabaja con la CODEP (Coordinadora Oaxaqueña en Defensa de los Pueblos) denunciante del paramilitarismo, el acoso, los ataques y las amenazas de muerte a los activistas, como su hija Daniela del Observatorio Interamericano de Derechos Humanos, presidido por el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel. Con esta misma tendencia, Roger Waters mantiene su constante apoyo a las luchas desde abajo y a la izquierda como parte de la resistencia cultural sin patrocinios empresariales, sin anuncios pagados de los consorcios destructores de la naturaleza y la humanidad. Hay reconocimientos para esta tendencia ignorada por la incomunicación de los medios patrocinados por los consorcios trasnacionales. Por ejemplo, el año próximo, el festival de Barcelona celebrará la Revolución Mexicana con la presencia musical de Francisco Barrios El Mastuerzo, los Prófugos del Manicomio y León Chávez Teixeiro, recientemente celebrado en el Festival de Girona. Esto exige difusión, reproducción y emulación para contar con un poder como el manifestado en Chile con los cantos de Víctor Jara y de Violeta y Angel Parra en marchas y movilizaciones contenidas por los granaderos disparando a los ojos y cegando a manifestantes por la democracia de a de veras, la crecida desde abajo y a la izquierda sin falsas representaciones. Conmueven los maestros chilenos cantando La Internacional en la versión de Quilapayún.

Asombra a los compañeros y compañeras del mundo la instalación de Antimonumentos en México para marcar los sitios ligados a la memoria de desapariciones forzadas, masacres, muerte de trabajadores nunca atendidos ni rescatados como en Pasta de Conchos donde el criminal multimillonario Germán Larrea encabeza la explotación extrema del subsuelo y de los mineros siempre en riesgo. De algo y muy poco sirven estas intervenciones urbanas en una capital agredida por cierres de vialidades estratégicas que impiden los trabajos de la Cámara de Diputados con patrocinios de poderosos empresarios afectados por la campaña contra la corrupción, decididos a procrear malestar ciudadano de inculpación del gobierno celebrado en el mundo por su promesa de campaña de difícil cumplimiento: primero el pueblo. Hay que estar alertas para exigir que se cumplan.

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