Síguenos

Volver

ÚLTIMA HORA

Deportes

Norris conquista el Gran Premio en Singapur; Checo Pérez suma un punto

Volver

Opinión

Guillermo Fabela Quiñones

Las malas noticias sobre el recrudecimiento de un sospechoso incremento de la violencia en varias partes del país, y la amenaza de Donald Trump de catalogar como terroristas a los carteles mexicanos, fueron atemperadas la semana pasada con la visita del fiscal estadounidense, William Barr, quien se reunió con el presidente López Obrador y altos funcionarios del gabinete de seguridad. El mandatario mexicano fijó su postura de afianzar la relación bilateral con base en el respeto a la soberanía de México.

Por otro lado, siguen las presiones del gobierno de Trump por imponer condiciones inaceptables para la firma del T-MEC, lo cual es parte del modo de operar del imperio ante la región que seguirá viendo como su “patio trasero”. Quedó claro, incluso para el sector privado más pragmático representado en el Congreso, que lo único que puede neutralizar el intervencionismo de Estados Unidos es el apoyo al proyecto de la Cuarta Transformación del país.

El punto débil del proceso reformista sigue siendo el estancamiento de la economía, asunto reiterado por el Inegi en su evaluación dada a conocer la semana pasada, cuyo impacto es perturbador debido a que se aportan datos sin precisar su contexto. Sin embargo, la noticia de que se descubrió otro yacimiento gigantesco de petróleo en costas de Tabasco vino a atemperar la sacudida, al reiterar el Ejecutivo el compromiso de que con ese recurso se podrá salir del hoyo neoliberal sin endeudar al país y sin incrementar la carga impositiva al aparato productivo.

Es alentador que la relación bilateral con uno de los mandatarios estadounidenses más obtusos y reaccionarios pueda tomar un rumbo menos conflictivo y más provechoso, gracias a la debilidad del inquilino de la Casa Blanca quien está al borde de un irreversible juicio político. Esta coyuntura puede favorecer un avance firme de las negociaciones del nuevo tratado comercial con Estados Unidos y Canadá, siempre y cuando el gobierno mexicano mantenga firmeza en sus posturas nacionalistas y no permita chantajes ni amenazas.

El punto discordante sigue siendo, al interior del territorio nacional, que los trabajadores no ven claro un respiro a su aletargada economía, a pesar del histórico incremento al salario mínimo este año. Aun así, el PIB se redujo en mil 975 pesos por habitante en el último año según datos del Inegi. Esto demuestra que los trabajadores siguen siendo los que pagan los platos rotos del neoliberalismo, situación que además de injusta es insostenible más tiempo. Ni siquiera el notable incremento de las remesas que envían los connacionales desde el extranjero será suficiente para detonar el mercado interno.

Por ello es preciso que, independientemente del Presupuesto de Egresos de la Federación del 2020, se decreten medidas de emergencia económica, sobre todo en regiones donde la pobreza es estructural, no un fenómeno pasajero, porque de otro modo seguirán sumándose más estados al grupo de regiones en situación de crisis insostenible, como por ejemplo el caso más notable en el Norte del país, Durango. Con el compromiso de los gobiernos, por supuesto, de poner fin a la corrupción, causa primordial de la pobreza y del atraso acumulado en décadas.

No es prudente seguir dando argumentos a los conservadores para lanzar ataques a la Cuarta Transformación. No impulsar el crecimiento real es uno de los más impactantes, menos cuando se afirma que seguimos teniendo recursos energéticos de sobra. ¿De qué sirven si no se ven resultados en el fortalecimiento del mercado interno y en el impulso a la formalidad?

[email protected]

Twitter: @VivaVilla_23

SIGUIENTE NOTICIA

Yucatán

Durante 3 días, la misión coreano americana asistió a miembros de la comunidad.