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Opinión

Testimonio Cristiano de la Mujer Católica

Jesús Solís Alpuche

No soy afecto al recordatorio de los acaecimientos, ni de mis familiares ni de mis amigos. Pero por tratarse de la mujer extraordinaria que fue Luzma, Mujer destacada en el Concilio Vaticano II, compañera solidaria con l@s pobres, que sabía muy bien distinguir entre la caridad y la limosna, defensora de las causas de la justicia, y mujer de Iglesia en la sociedad, quiero hablar de ella, su perfil de creyente católica, y de la ejemplar familia que fundó con José Alvarez Icaza, amigo con quien compartí varias experiencias políticas, desde el levantamiento zapatista en Chiapas hasta las mesas de diálogo en los años 90s, y expuse en mi primer libro con carácter de “Testimonios”.

Luzma (y Pepe) fueron presidentes latinoamericanos del Movimiento Familiar Cristiano en la década de los sesenta, gracias a lo cual fueron convocados a participar en la cuarta sesión del Concilio Vaticano II (1964), primero como auditores (sin voz ni voto), pero pronto como peritos en el tema de la familia.

Luzma, en ese entonces madre de 11 hijos, revolucionó las aulas conciliares al proponer una visión renovada de la familia (fruto de un amplio consenso entre cientos de matrimonios cristianos), desmontando siglos de estigma sobre la sexualidad y recuperando en la misma la primacía del amor por sobre la procreación.

Tiempos del Papa Juan XXIII, la Iglesia, como ahora, tomaba un perfil progresista. Bajo la idea del Concilio Vaticano II del papel de los fieles laicos en la sociedad y la necesidad de crear medios de comunicación para difundir el Evangelio, el matrimonio Alvarez Icaza-Longoria decidió fundar un espacio de comunicación eclesiástica en la colonia Roma, como vocero oficial del Episcopado mexicano.

Los aportes de Luzma se veían reflejados en la Gaudium et Spes, en el capítulo sobre la familia. Consecuente con el espíritu renovador del Concilio, el Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos), se internacionalizó primero al servicio de los obispos católicos, luego al servicio de los pueblos y movimientos populares, convirtiéndose en un referente importante para quienes no podían hacer escuchar su voz; codo con codo, Luzma asumirá el desafío de dicho proyecto, que la llevó de la comodidad de la vida burguesa a la opción preferencial por los pobres, inaugurando (con otras organizaciones de inspiración cristiana) la primera generación de defensa civil de los derechos humanos en México.

Sin embargo, para 1968, por la causa de Tlatelolco, comenzaron un proceso de ruptura con el Episcopado, por diferencias en torno al movimiento estudiantil y la represión que padecieron. El 9 de abril de 1969 la CEM terminó su relación con Cencos por lo que a partir de esa fecha el centro decidió que a partir de ese momento se convertiría “en un medio de expresión y de diálogo de la Iglesia no jerárquica”. Conocí a Pepe Alvarez y a Luzma en 1989 en la fundación del PRD y comencé a publicar en la Revista Cencos que tenía carácter internacional.

En su página web, Cencos se define como “un espacio de reivindicación de justicia social para hacer visibles a aquellos sectores de la población que no tenían a su alcance los grandes medios de comunicación pero que partían de procesos de organizativos que generaban instrumentos de comunicación alternativos para reconstruir la realidad desde las preocupaciones sociales”.

Y se añade que “se inició una lucha para integrar a los diferentes actores de nuestro país en donde los factores de la opresión y el anonimato atentan contra los derechos humanos de las personas”. Manifiestan su intención de mantenerse a la vanguardia y no perder su posición crítica; se abocan a la defensa de los derechos humanos.

Actualmente Eduardo Espinosa es el director ejecutivo, en tanto que el coordinador de vinculación es Francisco Barrón y la coordinadora del área legal es Itzel Sánchez; Omar García es un colaborador del área legal y es uno de los sobrevivientes de Ayotzinapa.

En la celebración de los 50 años del inicio del Concilio, Luzma aún pudo hacer oír su voz y la de muchas mujeres mexicanas, al participar en el Congreso Internacional “Las mujeres releen el concilio” (octubre 2012).

A 10 días de su acaecimiento según la Página del Observatorio Eclesial Luzma retornó a la divinidad el pasado domingo 3 de marzo, donde goza nuevamente de la compañía de Pepe y seguramente intercederá por todas las mujeres para que tengan plena igualdad en la Iglesia y en el mundo”.

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