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Opinión

Aclarar la Verdad para que se nos Respete

Guillermo Fabela Quiñones

El debate que se suscitó por las cartas que envió el presidente Andrés Manuel López Obrador al rey de España y al Papa es muy necesario, no por oportunismo ni para sacar raja política de un hecho histórico, sino para apuntalar la dignidad de México en un contexto de globalización que tiende a utilizar a las culturas originarias como sinónimo de incivilización para justificar el saqueo de que han sido víctimas por cinco siglos.

Es oportuno recordar la humillación que sufrió el presidente de Bolivia, Evo Morales, el mes de junio de 2013, luego de regresar de Moscú, donde participó en una reunión de jefes de Estado de países productores de petróleo. Por su osadía de ostentarse como mandatario de una nación soberana, dispuesto a luchar por su independencia, los gobiernos de España, Portugal, Francia e Italia impidieron que el avión perteneciente al gobierno boliviano aterrizara para cargar combustible.

Hubo que hacer escala de emergencia en el aeropuerto de Viena, gracias a que el gobierno austriaco lo autorizó, pues de no hacerlo la nave hubiera caído en picada. A salvo en La Paz, el mandatario de origen indígena cobró la afrenta con un discurso que pasará a la historia. Es importante citar algunos párrafos:

“El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron. El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por Judas, a quien nunca autoricé a venderme. El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga con intereses aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimiento…

“También yo puedo reclamar pagos y reclamar intereses. Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América… Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de muchos préstamos amigables de América, destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir la devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios...

“Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito, podremos preguntarnos: ¿Han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o por lo menos productivo de los fondos tan generosamente adelantados por el Fondo Indoamericano Internacional? Deploramos decir que no”.

Como dijo la historiadora Patricia Galeana (La Jornada; 28/3): “Hace cinco siglos aquí había un progreso muy bueno sin haber tenido contacto con Europa, no había puros pueblos nómadas sin cultura. Eso es lo que España debe entender y no seguir asumiendo un papel de superioridad... Las leyes de Indias se ostentaban como protectoras, pero colocaron a los pueblos originarios en condición de minoría de edad perpetua”.

Tal realidad es inadmisible y así lo entiende el mandatario mexicano. La derecha en España y México sigue pensando que los mexicanos deberíamos “agradecer a los españoles que llevaran civilización y pusieran fin al reinado de terror y la barbarie al que estaban sometidos”, como afirmó Santiago Abascal, dirigente de la organización neonazi Vox. Sin que se aclare la verdad para que se nos respete, no habrá nunca vías de entendimiento.

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Twitter: @VivaVilla_23

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