Síguenos

Última hora

Califican deuda de México en moneda extranjera en BBB+; ¿qué significa?

Opinión

Bisnietos al ataque

Ricardo Alarcón de Quesada

La Ley Helms-Burton: Una historia silenciada (III)

El plan para hundir a Cuba otra vez en el pasado no surge sólo del pensamiento ultraconservador de la derecha anglosajona. Lo impulsan quienes se pasaron la vida delirando acerca del regreso. Pero no se limitaron a soñar. Mantuvieron sus viejas organizaciones o crearon otras, ellos o sus descendientes, para tratar de alcanzar su objetivo.

Un ejemplo es la Asociación de Hacendados de Cuba en el exilio que antes del triunfo revolucionario agrupó a los grandes terratenientes y propietarios de centrales azucareros que imaginan podrán recuperar mediante una Ley de la que han sido principales propulsores.

En estos momentos la Asociación está presidida por Nicolás Gutiérrez Castaño, a quien sus allegados llaman Nicky, que nació en Costa Rica y nunca ha visitado Cuba, pero es uno de los principales reclamantes. Según él habría que devolverle buena parte de la ciudad de Cienfuegos y las grandes extensiones de tierras que llegan hasta la ciudad de Santa Clara incluyendo dos centrales azucareros y otros bienes e intereses en otras partes del país.

Nicky ha asumido el papel de heredero del grupo Castaño fundado por su bisabuelo, Nicolás Castaño Capetillo, un vizcaíno que se instaló en Cienfuegos en 1849 y trabajó como ayudante de una bodega y en otros empleos menores. Fue un activo defensor del dominio colonial español en cuyo Cuerpo de Voluntarios llegó al grado de teniente. La guerra de los Diez Años dio un giro radical a su existencia.

El Gobierno colonial decretó la confiscación, sin compensación, de las propiedades de los patriotas cubanos que participaron en la lucha por la independencia nacional, medida que condujo a la pobreza a quienes abandonaron sus riquezas para pelear junto a los esclavos y los humildes por la emancipación nacional y social.

Para instrumentar esa política en Cienfuegos fue creada en marzo de 1871 la Junta de Bienes Embargados de la que fue miembro nuestro personaje (el bisabuelo) quien al concluir la guerra ya no era un simple empleado sino alguien que era saludado como “Don Nicolás”. El y otros se enriquecieron despojando a los patriotas de sus propiedades llegando a ser considerado, en los primeros años de la República, como uno de los hombres más ricos de Cuba.

De esa manera tramposa y al amparo del colonialismo del que fue siempre fiel servidor, Don Nicolás se hizo de lo que ahora el bisnieto pretende “recuperar” para sí. Su propósito implicaría despojar a miles de familias de Cienfuegos y Santa Clara y a incontables pequeños campesinos y cooperativistas de sus viviendas y de las tierras que son suyas como fruto de las leyes y la obra de la Revolución.

Pero hay algo más. Como abogado que es, Nicolás Gutiérrez Castaño tuvo una destacada participación en la elaboración de la Helms-Burton pero también su bufete se ha dedicado, desde 1996, a asesorar a los reclamantes que acuden a él en busca de servicios que, sospecho, no son gratuitos.

Cada vez que puede insta a Washington a aplicar completamente, en todos sus aspectos, un texto que él sabe que es ilegal pero también le permite llenar su bolsa. Después de todo es una tradición familiar.

Siguiente noticia

Reconocer lo imperfecto