Gerardo Fernández Casanova
Por Emiliano Zapata, a 100 años de su asesinato
II
No obstante su complejidad, resulta en extremo pertinente el esfuerzo por esclarecer raíces y buscar una mejor interpretación de lo que somos como nación y por proveer a una mayor y mejor identificación entre los mexicanos; pero además es necesario en un momento de transformación profunda que es rayano con un intento de refundación, que implica una fuerte dosis de justicia y amor.
Por el lado del estado nacional es claro el mandato de llevar la transformación por la vía política y pacífica. Intentarlo de otra forma sería insensato e ineficaz, además de generar un gran sufrimiento en la sociedad. Es también claro que el 1 de julio se expresó un grito por la nueva independencia, pero que habrá que consumarla librando batallas de otro tipo, en las que las armas de la economía resultan más letales (por hambre) que los más sofisticados misiles ultrasónicos. Indudablemente seguimos siendo un país colonizado; la independencia respecto de España inauguró la que se fue imponiendo respecto de los Estados Unidos, y ahí seguimos. Venezuela es claro ejemplo de la efectividad mortal de sus armas económicas.
El régimen de la 4T registra un cúmulo de candados y grilletes, diseñados para aherrojar al gobierno en su afán de emancipación. La deuda, los contratos leoninos, la dependencia alimentaria y comercial, las reformas estructurales, la penetración cultural, etc. no pueden ser borradas sin provocar consecuencias lacerantes para el país, no sólo para el gobierno. Se obliga a prudencia y gradualidad.
En el otro extremo, las comunidades indígenas que llevan 500 años de resistencia ya no quieren seguir siendo el objeto de la dominación y demandan su pleno reconocimiento; no les son suficientes los discursos y las expresiones de arrepentimiento y voluntad transformadora. Lo quieren ya y de manera efectiva. Se oponen, con razón, a proyectos desarrollistas que afecten sus territorios y a su cultura, sin dar tregua ni gradualidad. Están cansados de espejitos y de espejismos.
Hay muchas áreas de coincidencia. El Presidente postula una nueva conducta social con gran inspiración en las formas de la democracia de los pueblos nativos; comparte la preocupación y se ocupa por el cuidado de la naturaleza y los derechos humanos. En el centro de todo está el bienestar y el mayor conflicto radica en lo que por tal se entiende y, por tanto, la manera de abordarlo. El Presidente ejerce un programa de redistribución del ingreso mediante pensiones y becas, además de la generación masiva de empleos en el campo y la ciudad. Con ello comienza a soltarse de las ataduras en un proceso que será de menor o mayor plazo dependiendo de la respuesta social; esa es la mayor apuesta.
Por esto tiene validez el proyecto de revisar el pasado, procurar nuevos entendimientos y abonar al camino de la identidad común y de la común procuración de la justicia. Identificar entre lo deseable y lo actualmente posible, pero subrayando la mira en lo primero.
Reconozco como un tropiezo grave en este andar el pésimo manejo del asunto de la termoeléctrica en Morelos; un error de enormes consecuencias que descoloca y desmiente a la 4T. También aquí habrá que ofrecer disculpas y rehacer lo andado. Hay que ofrecer reales garantías a la no afectación a la población en su aire, su agua y su bienestar. Lo creo viable si se cuenta con operadores idóneos para la interlocución. Hay varios, sólo me atrevo a mencionar a Plutarco Emilio García, actual director del Registro Agrario Nacional, vigoroso y respetado dirigente de los pueblos de Morelos, cuyo nombramiento por el Presidente se debe precisamente a ese reconocimiento; Está también Víctor Suárez Carrera, Subsecretario de Desarrollo Rural, identificado con las formas de la real economía campesina y de alto grado de respetabilidad en el medio. Desde luego que Hugo Erick Flores, súper delegado del Gobierno Federal debe desaparecer de este panorama del cual es conspicuo causante.
Me duele que este infortunado episodio enturbie el afán presidencial de conmemorar con las Zapata, el inmortal Caudillo del Sur.
Todos nos debemos varias disculpas. Es hora de la reflexión para entregárnoslas con veracidad plena.
¡Viva Zapata! ¡Viva México Cabrones!
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