Alvaro Cepeda Neri
I.- Mucho han ganado las empresas mineras de capital canadiense, al haberle dado su gobierno asilo al napoleoncito lopezobradorista que hoy anda controlando todos los sindicatos al estilo del priísmo, ya que gozan de amplia protección para llevarse sobre todo el oro que extraen; y que en la actualidad, principalmente lo hacen de las minas que tienen concesionadas en Sonora. Y al ser ratificado como embajador del gobierno de AMLO ante el de Canadá: Juan José Ignacio Gómez (el mismo que aparece en gran abrazo con Ricardo Monreal en la foto de Paola Urdapilleta, en Reforma: 15/III/19), es de suponerse que ese favoritismo aumentará en daño de México. Y mientras son “peras o manzanas”, el caso es que las empresas de ese país están saqueando a manos llenas ese mineral, ya que no hay un control de lo que se llevan de contrabando; además de que varios trabajadores reportan que la totalidad de los mineros son vilmente explotados y cuyas denuncias han visto la luz de la información.
II.- Ese napoleoncito-sindicalista a la PRI, donde se formó su papá y él mismo, anda muy activo multiplicando huelgas y quitándoles organizaciones sindicales a sus iguales de la CTM, en una encarnizada lucha por el control de sus intereses, que obviamente no incluyen la defensa laboral de los mexicanos que exponen la vida y la salud extrayendo los minerales que salen del país para irse a Canadá; sobre todo el oro y la plata. El tal Gómez fue apoyado para desempeñar el cargo de Embajador del gobierno mexicano ante el gobierno canadiense, por su larga trayectoria en las relaciones exteriores y lo vitorearon por su nuevo encargo. Entre sus funciones no estarán vigilar la entrada de oro sonorense al país donde representará al gobierno lopezobradorista. Y es que los embajadores representan principalmente a los gobiernos del presidencialismo y, secundariamente, al país. Así que el recién nombrado para irse a Canadá, deberá darse a la tarea de continuar fortaleciendo la relación bilateral, que debería incluir el saqueo del oro mexicano.
III- En Sonora, sobre todo, es archisabido que los canadienses se llevan ese metal precioso sin que los funcionarios federales sepan de cuánto se trata, ya que los cientos de kilos no son reportados a las autoridades para no pagar impuestos, así como para que tampoco los mexicanos conozcamos el monto de la fuga. Esto se ha llevado a cabo de esa manera desde hace años, ya que los empresarios de ese país –como casi todos los de su clase– buscan las máximas ganancias. Esto incluye que los trabajadores reciban una miseria a manera de sueldo y el tal napoleoncito lo pase por alto, ya que de alguna manera ha de pagar el favor que le hicieron allá cuando solicitó asilo y se lo concedieron. Por lo tanto, el claro que el oro seguirá yéndose a Canadá en lo que es una explotación minera cuantiosa. El nuevo embajador ni siquiera sabe de eso y si lo sabe se hará de “la vista gorda”, ya que siempre son los intereses creados entre funcionarios los que cuentan, y no los intereses de México.
cepedaneri@prodigy.net.mx