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Opinión

Gilberto Balam Pereira

Es una obligación luchar siempre a favor de los derechos humanos, con valentía, convencimiento y conciencia; protestar y denunciar con dignidad. Y luchar con dignidad es hacerlo con la cara de inconformidad, cara a cara, frente a frente, de modo que no sea la violencia contra la violencia, lo que eclipsaría la dignidad de la protesta sensata. Nada de lucha de enmascarados.

Por tal razón, si vamos a pedir la cara del violento delincuente, mostremos la cara nuestra, digna y valerosa.

Partiendo de estos principios, ¿cómo explicarnos el vandalismo lamentable, reprobable, injusto, que llevaron al cabo anteayer grupos de mujeres enmascaradas, gritando como orates, agrediendo y lastimando a los transeúntes varones que sólo miraban el acto de paso. La ruptura de cristales de vehículos, pintarrajos de paredes y coches. Poses y gestos sin mínimo de acusación. Esgrimiendo penes de cartón que rompían pronunciando graves insultos con que tiraban los pedazos, con dedicatoria, como si éstos (los penes) fueran los responsables (de los ultrajes a mujeres y niñas). Entiendo que pudieron adoptarlos como símbolos de una lucha supuestamente antivaronil.

Un transeúnte joven se detuvo a mirar el movimiento y como dráculas tres o cuatro manifestantes enmascaradas se acercaron al joven que miraba y entre las cuatro daban empujones con fuerza al curioso: “largo de aquí o te rompemos la madre, este es un movimiento sólo de mujeres.”

Un reportero recibió igual o peor trato.

¿Qué nos pasa?

Me explico el vandalismo de mujeres en su “lucha” por los derechos femeniles, en una metrópoli de las dimensiones de la Ciudad de México en donde confluye gente de distintos credos, principios, falta de educación y respeto hacia los demás.

Pero en mi tranquila, culta y educada ciudad de Mérida, es a todas luces inexplicable el comportamiento que demostraron en su marcha las mujeres meridanas contra los varones que se detenían a mirar el movimiento, ignorando que esos varones agredidos podían simpatizar con su causa y ser partidarios también de la condena a la violencia contra la mujer.

En el caso de Mérida, una

mano negra detrás

Desde que se produjo el cambio de gobierno con nueva política en 2018, emergieron organizadas las fuerzas y sectores que saldrían perjudicados; y para la Ciudad de México están los del PAN, el PRI y Antorcha Campesina; grupos que lideran políticos como Fecal, Diego Fernández de Cevallos, el empresario Gustavo A. de Hoyos, prensa fifí y otros.

Javier Lozano, ex Secretario de Fecal, tiene una amante, Carolina Viggiano, por cierto muy bella, está ocupada en reclutar y organizar mujeres para un Frente AntiAmlo que ofrece dar batalla “encarnizada” contra el Presidente.

Toda esta gente resentida y devaluada por el idealismo de López Obrador resulta ser la mano que mece la cuna, responsable del vandalismo femenil que se produjo en la ciudad capital.

Pero y el motivo del vandalismo de Mérida, ¿de quién podemos sospechar? El PAN no es posible, porque las autoridades yucatecas, gobernador y alcalde de Mérida son “panuchos”, así se dice, perdón.

Aunque ya sabemos que en materia de política y partidos, todo es posible.

No sé, pero un día antes del vandalismo local, Marko Cortés, dirigente del PAN estuvo en Mérida. En fin, quién sabe.

Ya salió el peine. Durante la marcha de ayer, los youtubers comentaron ayer en las redes que la organizadora de los recientes movimientos feministas violentos fue la diputada panista Lucía Rojas con recursos del PRIAN, y que se presentó como causa de los mismos el mito de la supuesta violación de una chica que sigue comentándose por los medios, a fin de desestabilizar la Presidencia de López Obrador. ¡Qué tal!, mis estimados.

Conferencias mañaneras

de oposición

Alejandro Moreno Cárdenas, ex gobernador de Campeche, que en sus tres años de administración tuvo un nulo desempeño, se limitó a tener unas maquetas de las que aseguraba serían su obra pública, pero nada. Los campechanos le dicen ahora “el gobernador maquetas”.

Antes, se apropió de varios terrenos de playa cerca de la capital de Campeche, en las que construyó una gran mansión de 46 millones de pesos. ¿Le estarán aplicando la investigación jurídica correspondiente?

Su descarado y cínico fraude electoral para la presidencia del PRI tuvo como resultado “el 85% de votantes a su favor”. Hay contradicciones en las cantidades que pagó por cada voto.

Terminó corriendo de su partido a Ivonne Ortega Pacheco, ex gobernadora de Yucatán.

Tan pronto le informaron la votación que obtuvo, se levantó como resorte de su asiento para hablar con alta voz, amenazante y señalando con el dedo índice: “ahora verán la lucha que le daremos a AMLO porque las elecciones del 21 y del 24 tendrán como triunfadores a los priístas”.

“Usaremos sus propias armas: conferencias mañaneras diarias de los militantes del PRI”.

El PRI quiere inútilmente resucitar

Cada vez son más ridículas las declaraciones de los presidentes del PRI. Que le arrebatarán a Morena sus planes. “Ya les dimos a los morenos oportunidad de lucir sus aspiraciones de megaproyectos, y no los lograrán como estamos presenciando”.

Ahora permítanme a mí preguntar ¿cuándo se acercaron los priístas a la gente para conocer sus problemas? ¿Con qué materia prima y conocimientos van a discutir en sus “mañaneras”? ¿Cuándo se han levantado a las 6 de la mañana para estudiar, discutir y comentar los probIemas de la gente que por tantas décadas abandonó su “flamante” PRI? Ha sido un sempiterno cuerno de la abundancia de millones con los que la mayoría de los priistas acumularon fortunas que los han llevado a la pérdida de la libertad, como lo están demostrando hoy con toda objetividad.

Por todas esas miles de razones ¿creen todavía que el pueblo los siente de nuevo en la Silla del Poder?

Ahora se enfrentarán no contra la personalidad de AMLO, sino con la fuerza de la conciencia de un pueblo que no los quiere ver ni comprando votos. Se enfrentarán a un pueblo que ha revolucionado sus decisiones, sus exigencias de bienestar y la felicidad de heredar a sus hijos un México de primer orden mundial, que nunca lograrán con los priístas.

La marcha de ayer, concurridísima

Frente al edificio de la SCJN, se oían sin cesar las porras. ¡Es un honor estar con Obrador! ¡Jueces y magistrados, fuera! ¡Queremos justicia! Escuché hasta el atardecer.

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