Síguenos

Última hora

Sismo de hoy: Temblor de 4.2 sorprende al sur del país 

Opinión

MORENA es el Partido en el Gobierno

Gerardo Fernández Casanova

Morena es un partido aún en proceso de gestación. A cinco años de su concepción todavía no acaba de consolidarse. Su acelerada implantación en el gobierno ha dado lugar a la necesidad de saltar etapas e improvisar estructuras institucionales que, de ser ignoradas o soslayadas, pueden derivar en conflictos de alto peligro para su vigencia y su contribución como partido en el poder. Como tal, registra varias condiciones peculiares: tiene que ser capaz de garantizar que el régimen surgido de su seno cumpla con los postulados y el programa que el electorado mayoritario respaldó; a su vez, está obligado a respaldar al régimen para cumplirlos y, además, debe garantizar su continuación en siguientes ejercicios gubernamentales. Son responsabilidades graves que requieren de un gran esfuerzo para dotarse de instituciones doctrinarias, organizativas y ejecutivas eficaces. Por su parte, el gobierno surgido de su postulación, que tiene que serlo para todos, debe responder al contenido ideológico y político del partido pero, sobre todo, ejercer a cabalidad el liderazgo que naturalmente le obliga, incluyendo la garantía de su continuidad.

Lo anterior pudiera ser un razonamiento de Perogrullo, pero en tratándose de la particularidad histórica de México resulta complejo. Por principio de cuentas se trata de la invención de otra y nueva forma de hacer política, muy arraigada en el dirigente, pero muy desconocida en el propio partido y en el conjunto de la sociedad, que incluso está sometida a la prueba y el error y que, desde luego, es saludable y generosa pero, con frecuencia, ajena o distinta a la realidad política imperante. Una sociedad acostumbrada a la mendacidad política no entiende a quien habla con la verdad; un pueblo formado en la costumbre de la corrupción, no fácilmente comprende el ejercicio de la honestidad, aunque la aplauda en el discurso y se emocione al paroxismo al oírla. Otra cosa es vivirla. Hace falta mucha cultura política para apreciar la congruencia entre el decir y el actuar.

Andrés Manuel no llegó al poder por los intrincados y tortuosos caminos de la política tradicional; cuando de joven lo intentó fue expulsado como tapón de sidra y, entonces, emprendió la más difícil ruta de la lucha honesta y comprometida, casi siempre solo. No sabe de componendas ni de triquiñuelas, ni quiere saber. No obstante está inmerso en un mundo real en que son la costumbre. Cuando quiso llegar acompañado de los puros (o los menos impuros) fracasó; tuvo que condescender con malandrines y sistémicos que aportaran votos para alcanzar el triunfo electoral.

Esto último caracteriza al partido; una mezcla heterogénea de toda laña, compleja y difícil de integrar, siendo el líder el único (o casi) factor común, función absolutamente no delegable (no es culpa de el actual presidente); en ausencia del dirigente el cotarro se desbarata y las aguas se desmadran, dadas la ausencia de instituciones y de ganas de que existan. No ha habido trabajo de constitución y no puede improvisarse.

Hoy es el tema de decidir sobre la designación del candidato a la presidencia del Senado, con ríspido pleito entre el líder de la bancada, Ricardo Monreal, y el actual presidente, Martí Batres. Se pelea en descampado, no hay norma ni costumbre. Cualquiera que sea el resultado, el partido saldrá mellado.

En noviembre deberá celebrar su congreso y renovar o ratificar su mesa directiva. Se avecinan negros nubarrones propios de la misma novatez. Aunque le contraríe, Andrés Manuel tendrá que intervenir y optar, con lo que también registrará alguna mella. A costa de ser etiquetado de autoritario y contra su voluntad se verá obligado a bordar fino para aminorar los costos.

Lo importante es que estos conflictos llamen suficientemente la atención para aplicarse al trabajo de construcción del partido desde la base misma, incluyendo la postergada tarea de la capacitación y formación de cuadros. El riesgo es caer en condición de efímero y no estar en capacidad de repetir la hazaña del 2018 en las intermedias del 2021 y, con ello, de consolidar la 4T.

Correo electrónico: [email protected]

Siguiente noticia

Sube número de casos de dengue