Gerardo Fernández Casanova
La conferencia de prensa diaria del Presidente López Obrador, coloquialmente conocida como “la mañanera”, se vistió de luces el pasado lunes. No es para menos, se anunció el arreglo de las diferencias entre la Comisión Federal de Electricidad y, por ahora, tres de los cuatro contratistas constructores de gasoductos, diferencias que amenazaban escalar al nivel de conflicto y de requerir el arbitraje internacional, con todos los riesgos, costos y tiempos que tal litigio implica. Tampoco es para menos el elenco de figuras presentes en el acto simple de informar a la opinión pública; sentaditos como para la foto del anuario escolar estaban: Carlos Slim, el hombre más rico de México, dueño de Constructora Carso, Carlos Lomelín, Presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Antonio del Valle, Presidente del Consejo Mexicano de Negocios, y los directores de las empresas, entre ellos el cara de palo Ruiz Sacristán, así como el Secretario de Hacienda, Arturo Herrera, y el Director General de la CFE, Manuel Bartlett, entre otros.
En lo sustantivo el anuncio es muy importante por el hecho mismo de destrabar un embrollo que tenía paralizadas las inversiones productivas por carencia de gas natural, sea como combustible para la generación eléctrica o como insumo para diversas actividades industriales, por un lado, y que amenazaba la viabilidad financiera del proyecto presidencial de recuperación de la soberanía energética y la vigencia de la empresa estatal, por el otro. Además de que significaba el desperdiciar la oportunidad de los extremadamente bajos precios del gas en Texas. El arreglo significa un ahorro de 4.5 millones de dólares, de un total de 12,000, para la CFE y se basa en un arreglo de ampliación de plazos y de reserva de la propiedad de los ductos para las constructoras al final del plazo, de manera que la empresa del estado paga sólo por el servicio de transporte con tarifas competitivas a nivel internacional. Creo que es un excelente acuerdo en el que nadie pierde y todos ganan. Enhorabuena.
Pero el evento reviste otros muy importantes significados de orden político. Destaca la figura presidencial poderosa ante el poder económico, que privilegia el diálogo pero desde condiciones de negociación de dignidad y respeto. Contrasta con la postura abyecta y corrupta con que se presentaban a negociar los tecnócratas del neoliberalismo. Hay un cambio de 180° en beneficio de la Nación.
También tiene el significativo de una relación cercana pero respetuosa entre el Presidente y los grandes empresarios. El proyecto de la 4T siempre ha sustentado la participación privada, junto con la pública y la social, para construir el país desarrollado que se busca, con creación de riqueza distribuida; con ella se desfondan los ánimos golpistas de un sector ultraconservador del empresariado, léase la Coparmex y Claudio X. González que, junto con lo que queda del PAN, pretenden dislocar el proyecto y al Presidente López Obrador.
En otro orden de ideas destaca la política comunicacional del Presidente y su conferencia diaria matutina, como una forma irrestricta de respeto al derecho del pueblo a estar informado y de hacer cada vez más público el quehacer gubernamental. Contra la andanada de críticas de la prensa tradicional (conservadora) la “mañanera” adquiere la respetabilidad y el título de excelencia en materia de verdadera comunicación informativa y política en el correcto sentido de la palabra. El Presidente exhibe su honestidad, su capacidad de trabajo (una hora antes la dedica a reunirse con el gabinete de seguridad) y su fortaleza física (permanece de pie durante toda la conferencia una o dos horas seguidas, sin hacer gestos). Muestra igualmente su capacidad para el buen humor y desencartona la figura presidencial distante a la gente, sin caer en irreverencia. Practica, además, un enriquecedor ejercicio didáctico cotidiano.
Por lo que atañe a la presencia de periodistas, ahí están los llamados reporteros de la fuente presidencial tradicional, pero también los apodados “youtuberos” que representan al vigoroso fenómeno de la prensa libre que transita por las redes sociales y que cada vez tiene mayor audiencia. Poco a poco los periodistas de postín van sintiendo la necesidad de estar presentes para no perder vigencia.
Estos fueron dos temas por los que podemos estar orgullosos y seguros del mejor rumbo para el país.
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