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Michael Vázquez Montes de Oca

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Acontecimientos ocurridos hace unos días han vuelto a traer con fuerza el tema del abasto de petróleo a escala universal, el cual puede resultar severamente afectado en el corto plazo, tras el ataque a dos instalaciones propiedad de la empresa estatal Saudi Aramco, que reducen la producción diaria en 5,7 millones de barriles, aproximadamente la mitad de lo que se obtiene en condiciones normales y el cese de unos 700 mil barriles de gas natural, según dijo el ministro saudita de Energía.

Según informan medios locales, la acometida provocó importantes incendios en la refinería de Abqaiq, la principal del país y una de las más importantes del planeta, con una capacidad para procesar hasta 7% del suministro global y en el campo de Khurais, que extrae un 1% de todo lo que se consume en el mundo. Los rebeldes hutíes de Yemen, que están en guerra con una coalición internacional liderada por Arabia Saudita, se atribuyeron la autoría de los ataques, en tanto Estados Unidos responsabilizó a Irán, cuyo gobierno ofrece apoyo a los hutíes; su secretario de Estado aseguró que trabajará con sus aliados para asegurarse de que los mercados permanezcan bien abastecidos y para “hacer rendir cuentas a Irán por su agresión” y la Casa Blanca informó que el presidente habló con el príncipe heredero, para ofrecerle apoyo para defender sus instalaciones petroleras.

El petróleo es una mezcla de compuestos orgánicos, conocida también como oro negro o crudo, mediante la transformación de la materia orgánica en sedimentos del pasado geológico y puede acumularse en trampas geológicas naturales, que se extrae mediante la perforación de pozos. En condiciones estándar de presión y temperatura es un líquido bituminoso que puede presentar gran variación en diversos parámetros como color y viscosidad, densidad, capacidad calorífica, etc.; es actualmente la primordial fuente de energía y materia prima para la generación de una gran variedad de derivados, entre los que se incluyen la mayoría de los plásticos.

Los primeros pozos se calaron en China en el año 347 A. C. y los pueblos originarios venezolanos ya lo utilizaban antes de la colonización española, para fines medicinales, la iluminación y el calafateado de canoas. Su industria no es de origen reciente, pero su estatus actual como componente integral de la política, sociedad y tecnología tiene sus raíces en los inicios del siglo XX; la invención del motor de combustión interna fue de trascendental influencia en su auge.

La moderna historia empezó en el siglo XIX con el refino de parafina a partir del crudo. En 1847, de una filtración natural se destiló un aceite ligero y fino adecuado para usar como aceite de lámparas, obteniendo otro más grueso apropiado para lubricar maquinaria.

La primera refinería rusa en Bakú se construyó en 1861, donde se procesaba alrededor del 90% del total planetario y la moderna industria estadounidense empieza en 1859, que creció impulsada por la demanda de queroseno y lámparas de petróleo. En 1870, se funda la Standard Oil, con John D. Rockefeller como principal accionista, llegando a ser una de las primeras y mayores multinacionales por sus agresivas prácticas para reducir la competencia, acuerdos preferenciales e innovaciones en la producción y estructura empresarial (primer trust de la historia). Su posición de dominio llevó a tomar acciones antimonopolio que culminaron en 1911 con la obligación de segregarla en 34 compañías, dos de las cuales, Exxon Mobil y Chevron, tienen su origen en dicho desmembramiento.

En 1910 se explotaban significativos campos petrolíferos en Canadá, Sumatra, Perú, Venezuela y México. De especial importancia son los descubrimientos en 1908 en Irán, que llevó a la creación de la Anglo-Persian Oil Company, (transformada en 1954 en British Petroleum Company) y de la refinería de Abadán, que sería la mayor del mundo durante media centuria y en 1927 del primer campo petrolífero de Irak (el más grande del orbe en su momento), así como del pozo saudí número 7 de Dammam en 1938, el primero de varios que finalmente revelaron el mayor manantial universal.

Su importancia estratégica aumentó durante el siglo XX desde el punto de vista militar, en especial a partir de que se empieza a utilizar sustituyendo al carbón como recurso energético y su acceso en un factor importante en los conflictos militares, incluyendo la Segunda Guerra Mundial, durante la cual las instalaciones fueron un objetivo estratégico; su control se ha vinculado a diversas trifulcas, incluidas las guerras en Irak (la del Golfo de 1991 y la del 2003). El llamado Estado Islámico lo utilizó para financiar actividades militares y terroristas.

Hasta mediados de los años 50, el carbón seguía siendo el primer combustible. Hoy el petróleo satisface alrededor del 90% de las necesidades para vehículos, representa el 40% del total del consumo norteamericano. Su uso como energía y base de muchos químicos industriales lo tornan en una de las más importantes mercancías.

Los tres mayores países productores son Arabia Saudita, Rusia y Estados Unidos. Venezuela dispone de las mayores reservas mundiales y cerca del 80% accesible se encuentra en Oriente Medio.

En septiembre de 1960 representantes de Irak, Irán, Kuwait, Arabia Saudita y Venezuela celebraron una conferencia que dio lugar a la creación de la OPEP más tarde y, a raíz de las crisis de 1973 y 1979, los medios de comunicación trataron ampliamente la cuestión de los niveles de abastecimiento y la preocupación de que es un recurso limitado que se agotará, al menos como fuente económicamente viable. Como respuesta a la OPEP, en 1974 la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico crea la Agencia Internacional de Energía, con el objetivo de que los países consumidores coordinasen las medidas necesarias para asegurar el abastecimiento del crudo.

Los nuevos descubrimientos se han reducido drásticamente en las últimas décadas haciendo insostenible los elevados niveles de extracción actuales, sin incluir la futura demanda de los asiáticos; la mayoría de las principales reservas han entrado en declive y sólo las de Oriente Próximo mantienen un crecimiento sostenido. Si se continúa al mismo ritmo que en 2008, salvo que se encontrasen nuevos yacimientos, las existencias durarían aproximadamente 32 años (se calcula que quedan unos 143,000 millones de toneladas).

Tiene el problema de ser insoluble en agua y, por lo tanto, difícil de limpiar. En general, sus derrames dañan gravemente al ecosistema y representan una de las mayores causas de la contaminación oceánica, razón por la cual se deben cumplir normas y procedimientos estrictos en materia de protección ambiental. La combustión de los derivados es causa de emisión de CO2, cuya acumulación en la atmósfera favorece el cambio climático.

Como alternativas a sus derivados se encuentran el biodiesel con características comparables al diésel que se origina fundamentalmente de semillas oleaginosas y el bioetanol, alcohol procedente de restos vegetales, que se puede utilizar mezclándolo o para la fabricación de éteres. Según un estudio realizado, los biocombustibles seguirán sustituyendo al petróleo pero no lo desplazarán; la mayoría del etanol consumido en los Estados Unidos (más del 90%) se combina con gasolina en un 10%.

Petrocaribe es una alianza en materia petrolera, mediante la cual los países compran crudo venezolano, nacida en el 2005, que contiene como objetivos la eliminación de todos los intermediarios (interviniendo sólo entidades dirigidas por los gobiernos) y transformar las sociedades latinoamericanas y caribeñas, haciéndolas más justas, cultas, participativas y solidarias, con la finalidad de crear un proceso integral que promueva la eliminación de las desigualdades sociales, fomente la calidad de vida y una participación efectiva de los pueblos. Tiene una escala de financiamiento, donde se toma como referencia el precio del crudo, un período de gracia para el financiamiento y una extensión del pago hasta 25 años, reduciendo el interés al 1%, si el precio del oro negro supera los 40 dólares por barril y el pago a Venezuela se realiza de diferentes formas; Cuba con servicios médicos, de educación y deporte; Nicaragua lo compensa proporcionando carne y leche, República Dominicana ha negociado el envío de jarabe de glucosa y caraotas.

Se concibió como un organismo multilateral que articula las políticas energéticas y los diversos mecanismos de ahorro, como consecuencia del despilfarro brutal por la falta de conciencia acerca del problema y del futuro de la humanidad y devino en un elemento para la unión y la cooperación, que contribuye significativamente a la preservación de la estabilidad política y económica; de no haber existido, probablemente los países con menos recursos del Caribe y Centroamérica hubieran enfrentado una desastrosa situación durante la crisis del capitalismo de los años 2008 al 2010.

La situación venezolana y el bloqueo de Estados Unidos afecta a su gobierno y podría provocar efectos devastadores en la vida de los miembros de Petrocaribe, pues se ha debilitado la posibilidad de provisión del combustible sin mencionar las consecuencias políticas y sociales, lo que no parece interesar a quienes tratan de desestabilizarla, mientras aseguran sus fuentes por todo el globo terráqueo y preservan las propias; son los mismos que prometen financiamientos, que nunca llegan, para el desarrollo de la explotación de energías renovables y ofrecen maravillas en las conferencias de cambio climático.

El hostigamiento incesante al régimen bolivariano por fuerzas tanto internas como externas y la inestabilidad de los precios, indican que cada día se hace más fuerte la ofensiva derechista contra los esquemas de integración existentes en la región. La administración norteamericana ha utilizado el petróleo como arma de guerra bloqueando a Venezuela, además de utilizar los medios a su alcance para tratar de impedir el suministro a Cuba, otros países como Haití sufren la escasez a precios razonables y la salida de la mitad de lo que produce Arabia Saudita ha elevado los precios, lo que hace suponer que estos pueden llegar a los 100 dólares por barril a corto término.

Sólo en un horizonte revolucionario, que busca que la igualdad entre los seres humanos y entre las naciones, son viables propuestas como el ALBA y Petrocaribe, enlazadas por la misma conciencia, intención estratégica, espíritu de hermandad, de compromiso, de solidaridad y son manifestación de la concepción de la construcción de la unión los pueblos latinoamericanos y caribeños, legada por Simón Bolívar y el resto de los libertadores.

Algo de tanta importancia en la estrategia de liberación de los pueblos como Petrocaribe y la revolución bolivariana deben ser protegidos con uñas y dientes por los pueblos, no permitiendo que la restauración neoliberal que está en marcha vuelva a las cadenas de la explotación.

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