Andrew Selee*
Ya arrancó el 2020, un año de muchas preguntas, que será crucial para el futuro. Un año que quizás recordaremos por los precedentes que siente, los nuevos rumbos que toma el mundo.
Empezamos en el país vecino. Se acercan elecciones presidenciales y del Congreso en Estados Unidos en el mes de noviembre. ¿Repetirá Donald Trump como presidente de los Estados Unidos? Nunca ha habido un presidente con menos popularidad, pero sus contrincantes tampoco logran generar entusiasmo. ¿Será que el período de Trump sea sólo una anomalía en la historia de Estados Unidos, una breve desviación hacia un rumbo más populista, menos institucional, más divisivo, o es la señal de un cambio más profundo y permanente en el seno de la política estadounidense?
En Europa, Inglaterra se prepara para separarse de la Unión Europea, la primera escisión en ese proyecto transnacional gigante. ¿Será una separación dolorosa o sólo un leve distanciamiento entre amigos? ¿Encontrarán fórmulas para seguir trabajando juntos en lo económico y en la movilidad humana, el país isla y el continente, o agarrarán rumbos distintos y disímiles, un divorcio amargo que deja cicatrices en ambos lados?
En Latinoamérica, la lista es larga. ¿Bolivia logrará recuperar el entendimiento fracturado antes de que los dos bandos políticos revienten al país? ¿Venezuela seguirá en su caída libre, sangrando por sus múltiples heridas, su gente partiendo a otros destinos para vivir mejor y más seguro? ¿Jair Bolsonaro, el flamante presidente brasileño quien se nutre de la desconfianza en las diferencias, es el futuro en un mundo fracturado y en un país que siempre había proyectado el orgullo de su diversidad?
En Centroamérica, los que migraron y regresaron –y los que soñaron con migrar, pero no partieron– ¿se quedarán a hacer sus vidas en casa, apostando por construir un futuro mejor en contra de la violencia y la incertidumbre, o habrá otra ola de caravanas y polleros y migrantes que se dirigen hacia el norte, a través de México? ¿Y qué pasará con los que ya se quedaron a vivir en México –centroamericanos, haitianos, cubanos y africanos? ¿Encontrarán el paraíso buscado en México, o por lo menos un poco de paz y esperanza, o se sentirán excluidos de las posibilidades de un futuro digno?
Y México... tantos interrogantes, tantas preguntas... Ya pasó un año desde que fue inaugurado Andrés Manuel López Obrador como presidente. Quisiera creer en el poder del cambio en México y en la visión detrás de este cambio. ¿Arrancará la economía de la cuarta transformación, con los nuevos proyectos de inversión y los programas sociales, o quedará estancada por la improvisación y la austeridad? ¿Habrá una nueva relación menos clientelar en los programas sociales del presidente, o sólo se construirá una nueva dependencia política? ¿Se logrará controlar el crimen organizado con esfuerzos enfocados y consistentes, o se fraguará la política de seguridad por la falta de estrategia? ¿Y la corrupción disminuirá por la convicción del mandatario de erradicarla, o sólo cambiará de beneficiarios, sobreviviendo y quizás creciendo en la sombra?
No pretendo tener respuestas a estas preguntas, pero sé que son urgentes y necesarios de preguntar. Me confieso ser un optimista por naturaleza, y quisiera creer que a largo plazo, se pondrán bien muchas de las situaciones que todavía se ven oscuros. Sigo creyendo en el poder de la diversidad como piedra angular de la democracia, el empeño de la gente por mejorar su situación, la capacidad de la sociedad de forzar cambios necesitarías y mantener la inercia hacia un mundo más justo.
Martin Luther King decía que “El arco del universo moral es largo, pero se inclina hacia la justicia”. Es decir, a largo plazo, el mundo va avanzando hacia mayor justicia, por la presión y la fuerza de la gente, pero hay un estire y afloja constante en este proceso, avances y retrocesos, si bien el movimiento a largo plazo nos lleva para adelante.
Habrá que ver como los sucesos en 2020 nos van dirigiendo, ¿hacia un mejor futuro o algunos pasos para atrás? ¿O quizás, como casi siempre, habrá un poco de los dos?
*Director del Instituto de Políticas Migratorias