Martha Beatriz Asid Gaytán*
Antes del primero de julio del 2018 y desde el fraude del 2006, fue muy difícil la convivencia con la sociedad, los amigos, la familia, en particular con la gente implicada en la política que llegaba hasta el insulto por disentir de su opinión. Podríamos decir que nos tocó vivir una etapa de división fuerte y peligrosa. Por un lado, los que defendían, negando el fraude, a Calderón y con ello defendían sus privilegios, su deshonestidad, sus transas, su riqueza mal habida, sus burlas al pueblo, su forma regalada de vivir del pueblo, en una palabra, su corrupción.
Por el otro lado los que defendíamos la legalidad, la verdad, la ética, el triunfo limpio de Andrés Manuel; sabíamos lo que vendría si se consumaba el fraude, inocentemente veíamos posibilidades de que no fuera así …pero fue.
Ahora, después de todos aquellos años de lucha, llega a la presidencia de nuestro país el hombre con el que luchamos hombro con hombro. Hace escasos trece meses que al fin llega un HOMBRE con la estatura que a México le urgía, un hombre que ve, que siente a México, un hombre que escucha su voz profunda y que la entiende; y sin perder el tiempo pone manos a la obra, nos convoca, nos consulta y actúa.
A los corifeos del odio al presidente les decimos que las decisiones que él ha tomado son las decisiones de muchos millones de mexicanos. Todo lo que vociferan, todo lo que hacen estos especímenes venenosos, nunca más, pero nunca más, tendrá los efectos que ellos esperan porque, gracias al decir, al actuar del presidente, hemos visto la realidad que durante tantos años ocultaron con su doble lenguaje y doble moral.
Los corifeos del odio del mal teatro de la mediocridad, se unen para tergiversar, calumniar, mentir, ofender, tratar de engañar y como jauría rabiosa se lanzan con mordiscos y tarascadas contra el único hombre, desde Lázaro Cárdenas del Río, que está luchando con todo lo que tiene para rescatar a nuestro país del fango putrefacto en el que, desgraciadamente, los mexicanos permitimos que nos metieran todos esos “hombres” sabiondos, amaestrados en universidades extranjeras, perfectamente preparados para hundir a México.
Toda esa jauría tiene nombres y apellidos y a estas alturas, la gran mayoría los conocemos, citarlos a todos sería un desperdicio de tinta, espacio y papel, no lo valen, pero pongan en un mismo amasijo de porquería a los que nos han gobernado, con muy honrosas excepciones, desde 1940, a los que han dirigido nuestras instituciones, a todos los que escriben en donde los dejen e incluso pagando sus panfletos para decir barbaridades, como comparar a nuestro presidente con lo más abyecto de la historia, a los seudo intelectuales que machacan a diario, hasta la náusea infinitas zarandajas, cuando lo mejor que podrían hacer es ponerse a leer no a ler por favor, a leer, así se darían cuenta de las tonterías que dicen y escriben.
Se habla también de que multitudes están exigiendo la renuncia de Andrés Manuel, ¿qué multitudes? Cuando votamos por Andrés Manuel en 2018, fue la razón, el pleno conocimiento de su persona después de tantos años de observarlo, de escucharlo y de convivir con él en muchas ocasiones, lo que nos llevó a hacer, por tercera vez, lo que ya habíamos hecho antes. No fue por hartazgo, no fue una apuesta dejando al azar los resultados, no, fue por madurez ciudadana, fue con la plena seguridad de que, al votar por él, estábamos votando por México. El compromiso mutuo que ha existido y existe entre López Obrador y el pueblo es simplemente indestructible porque es un compromiso añejo, es un compromiso de él y el pueblo, con nuestra nación y se está cumpliendo, lento y tardado porque las rocas que hay en el camino son enormes, pero se está cumpliendo. ¿Por qué querríamos entonces pedir su renuncia?
Hay muchas cosas que la jauría no podrá entender nunca, la primera es que López Obrador es un hombre sencillo, nacido del pueblo, conocedor del pueblo, enamorado del pueblo, de ese pueblo que los derrotados moralmente desprecian y odian, un hombre sin poses ni pretensiones de gran señor, sin ambiciones de “status pendejus”, y con plena conciencia de la triste situación en que dejaron a nuestro país la plaga de ratas que lo invadieron, es un hombre enamorado de su nación que quiere componerla, tal vez cometiendo errores, equivocándose, pero que convoca al pueblo a ayudarlo, sabe que sin nuestra participación él no podría, se sentiría huérfano. Es un hombre que no venderá jamás a su patria, ni “matará a nadie en caliente”, López Obrador está consciente de que la tarea es titánica y está dispuesto a dar hasta su último aliento para salir airoso, no pierde el tiempo en las injurias que le lanzan, no le preocupan las mentiras que abundan en todos los medios, y no le preocupan porque con hechos, las destruye.
Es un hombre que sabe lo que es la política y para qué sirve, no es un hombre sumiso a nada ni nadie; a las bestias se les doma con música y eso hace precisamente.
Es un hombre que por hacer todo lo que hace en favor de México y los mexicanos, se ha ganado el calificativo, (por los residentes del psiquiátrico nacional), de loco, pero, para desgracia de éstos, Andrés Manuel es el hombre más cuerdo e inteligente que hayamos tenido como presidente en muchos años.
Y, para terminar, aclaro que los que lo seguimos, tampoco estamos locos, lo hacemos por convicción, porque deseamos tanto como él que nuestro país recupere su dignidad y lo que le han robado, queremos como él un México donde todos podamos crecer en armonía y justicia. Nunca fue ni es por la chuleta y eso, es nuestra más letal arma contra la jauría, no nos pueden comprar, no tenemos precio.
*Consejera Nacional de MORENA