Feminismo, movimiento infiltrado

Guillermo Fabela QuiñonesApuntes

Como la cúpula oligárquica reaccionaria no tiene ninguna causa que pueda enarbolar como propia, se monta en las que promueven organizaciones sociales en defensa de programas, proyectos e ideas progresistas, no para apoyarlas sino para desvirtuarlas y banalizarlas. Es el caso en este momento con la bandera en defensa del derecho de las mujeres a una vida sin violencia de género y garantías de justicia y equidad.

Nunca como en la actualidad, los conservadores habían mostrado una mínima preocupación por el destino de la mujer; ahora lo hacen, no porque esté cambiando su mentalidad, sino por oportunismo cínico que saben puede redituarles algunos votos en el 2021, y por el atraso político prevaleciente en el país, el cual también saben que conviene se mantenga para evitar que el pueblo empiece a cuestionarse por qué México no avanza a pesar de contar con muchos factores favorables.

La derecha no cuenta con ideas, pero le sobran recursos y cinismo para tomar las que le convienen, aunque provengan de círculos democráticos de avanzada, como sin duda lo es la legítima defensa de las mujeres por sus derechos inalienables. El movimiento feminista en boga en la actualidad, está sin duda infiltrado por organizaciones como la de George Soros, con el fin de quitarle legitimidad a los procesos de liberación de los pueblos, empantanados por regímenes corruptos al servicio de corporaciones trasnacionales neofascistas.

No es casual que en este momento vayan de la mano, como supuestos adalides del feminismo, quienes en el transcurso de la historia se han caracterizado por su desprecio a la mujer, como los conservadores mexicanos, sus ideólogos y voceros. El colmo del cinismo es que allí están trepados, agitando sus paliacates verdes, individuos como los ex mandatarios panistas Vicente Fox y Felipe Calderón, lo cual despoja de toda credibilidad la acción política convocada para el día 9 de marzo.

Como no tienen argumentos sólidos para frenar la construcción de un nuevo régimen democrático y justo, sólo les queda el camino de los golpes bajos, las mentiras y la hipocresía, amparados en las sombras del clandestinaje, la simulación y la compra de conciencias. Por eso se han unido, conservadores de diferentes signos y procedencias, al tener muy claro que desunidos irán a un fracaso espectacular, a pesar de que cuentan con enormes recursos para financiar campañas de desprestigio al presidente López Obrador, sin importar su costo.

De ahí la necesidad imperiosa de que las fuerzas progresistas también se unan, independientemente de ideologías y proyectos propios, porque lo fundamental en esta etapa del proceso de cambios prioritarios, es apuntalar los cimientos de la Cuarta Transformación, para tomar el poder y avanzar, con la prontitud que exigen las circunstancias, en la edificación de instituciones contrarias a las del régimen neoliberal, muchas de las cuales se mantienen intocadas, pese a los pasos significativos dados en sólo un año.

El último de los cuales tiene enorme trascendencia, pues como señaló el coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Mario Delgado, al avalar la reforma constitucional que prohíbe la condonación de impuestos, “hoy empieza la recuperación fiscal del Estado mexicano”. Con esta medida, sentenció, “termina la figura del presidente cómplice y socio de los grandes empresarios”. Esto sí les duele a quienes se han beneficiado de tan perversa complicidad. Por eso se montan a causas sin importancia para ellos, pero que tienen enorme peso social y político, como la defensa de las mujeres.

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