Hugo Carbajal Aguilar
Si el C. Gobernador quiere vestirse de luces o ponerse su mejor uniforme, le vamos a pedir muy consideradamente que revise este asunto que ahora le explicamos. Es un problema nacional que se refiere a las mujeres presas en distintas cárceles, muchas de ellas, la mayoría me atrevo a decir, purgando inocentemente condenas en razón de que se autoculparon de delitos cometidos por sus excelsos maridos, concubinos, amantes o por sus propios hijos. Delitos que tienen que ver con distribución, venta o entrega de diversas drogas obedeciendo a carteles o pandillas del narcotráfico.
Alguna vez tuve que hacer acto de presencia en el CERESO de Atlacholoaya, Municipio de Xochitepec, Mor., por algún trámite de diversa índole en favor de algún amigo o familiar de algún detenido. Pude percatarme de la penosa situación de mujeres detenidas, algunas acompañadas de sus propios hijos pequeños, que me solicitaron amablemente y con toda dignidad que les llevara servilletas e hilos, pues ellas cosían y las bordaban, mismas que después vendían para poder pagar sus alimentos o alguna otra cosa que necesitaran.
Tengo que decir que los custodios y las custodias abusaban de su condición y las maltrataban. Así que hay que poner remedio a esa situación aprovechando la amnistía que se acaba de aprobar para liberar presos en todas las cárceles del país revisando, claro está, su situación personal y considerando el delito cometido o bien, el hecho de que muchas de ellas no están todavía sentenciadas a pesar de que llevan tiempo encarceladas.
El C. Gobernador podría engalanar su actuación atendiendo a este reclamo necesario en favor de esta gente sumamente necesitada. Me consta el hecho de que hay señoras inocentes que fueron incriminadas por la misma policía. Bien se podría hacer un equipo de eminentes jurisconsultos desempleados –que los hay– a fin de que revisen esos expedientes, elaboren un fundamentado razonamiento jurídico y dispongan la excarcelación de muchas detenidas que llevan años en el abandono y sufrimiento cotidiano.
Puede convocarse a muchos abogados –hombres y mujeres– que de buen grado aceptarían trabajar en esta importante tarea. Propuestas tenemos en cuanto a quiénes participarían y también en lo que se refiere a quién o quiénes dirigirían este proyecto de auténtico servicio comunitario. Sólo tienen que preguntarnos. Claro, el Gobierno tendría que hacerse cargo de los sacrosantos emolumentos de este equipo de trabajo. Tiene con qué.
Abundo con el caso de los hijos inculpados por la propia policía de un crimen que no cometieron sólo porque los encontraron cazando unos conejos. La mamá está sumamente afligida. El caso lo tiene la Comisión Independiente de Derechos Humanos. Aparte de liberarlos como regalo del Día de las Madres para esa mamá deberían ser castigados los policías -esos sí- hijos de su pinche madre.
OTROS PENDIENTES.- Son problemas que se originaron en algún Estado, pero que tienen alcances nacionales.
I. En Guerrero, por ejemplo, tenemos el pendiente de Ayotzinapa. Queremos creer en el trabajo de Alejandro Encinas, pero no parece que encuentren la salida. El compromiso está latente, las consecuencias podrían ser peores si no se resuelve. Van a tocar fibras sensibles del Ejército que ahora pretende portarse bien… pero nadie debe llamarse a engaño. Las madres de esos estudiantes están a la espera.
Igualmente falta detener al descarado de Tomás Zerón que contribuyó a la farsa asesina contra estos jóvenes normalistas.
II. Aquí en Morelos falta resolver el asesinato todavía impune de Samir Flores, opositor al Proyecto Integral Morelos por la Termoeléctrica de Huesca, cuyas consecuencias ambientales serían graves en materia de gasto de agua, tierra y posibles desastres sísmicos. Su no resolución acrecienta las sospechas, aunque persiste otra hipótesis que señala ese crimen causado por intereses de las empresas inversoras con el propósito de incrementar el conflicto, dejar en pésimo sitio al gobierno actual y salirse con la suya.
III. De Sonora y sus minas ya históricas debe considerarse con toda seriedad la impunidad de la que todavía goza Germán Larrea, a pesar de comprobársele sus delitos ambientales y contra la vida de los mineros.
IV. Aparece también en este escenario de hijos de toda su… el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles -otro engendro de los chuchos perredistas- que convirtió a ese bellísimo Estado en cuna de criminales, extorsionadores, carteles que se apropiaron desde huertas de aguacate hasta la organización del Puerto de Lázaro Cárdenas. Cuatro Estados: Guerrero, Morelos, Sonora y Michoacán. Faltan los otros…