Paola Félix Díaz
A las mexicanas y mexicanos: Las y los integrantes del Ejército y la Marina están realizando una encomiable tarea, a partir de diferentes vertientes que apuntan a un solo objetivo: garantizar el bienestar y la tranquilidad del pueblo de México desde una perspectiva ciudadana que enriquece la disciplina y los valores militares y que tiene, en su centro de atención, el respeto irrestricto de los derechos humanos, así como la legalidad y la transparencia en sus acciones.
A partir del pasado 24 de marzo que se declaró en nuestro país la Fase 2 de la contingencia por el COVID-19, las dos instituciones comenzaron a aplicar el plan de apoyo a la población en situación de emergencia que instruyó el Presidente de la República (terminar de construir los hospitales, equiparlos, contratar médicos y especialistas, así como adquirir medicamentos e insumos). El 5 de mayo iniciaron formalmente la aplicación del Plan DN-III-E y el Plan Marina a fin de reforzar la estrategia del gobierno para enfrentar la pandemia, previendo que comenzaría a crecer el número de contagios.
Desde que el enemigo de un promedio de 100 nanómetros llegó a nuestra nación, todos los días soldados y marinos trabajan con lealtad, efectividad, esfuerzo, solidaridad, valor y constancia para enfrentarlo, sabedores de que la vida es el bien supremo. Por ello, entre otros aspectos, se han enfocado a la satisfacción de servicios de salud y a garantizar la alimentación de miles de familias, para lo que han desplegado aproximadamente a 33 mil elementos (20 mil 444 la Sedena y 12 mil 508 la Semar).
Lejos de reflectores, protagonismos y lujos, una vez más han asumido cabalmente su “cuarta misión”, la defensa de la población ante la emergencia sanitaria, a través de una larga lista de acciones, entre las que destacan, por parte del Ejército: la contratación de 4 mil 225 profesionales de la salud para atender la contingencia en sus propias instalaciones, además del personal médico, enfermeras y especialistas militares; el apoyo a más de 2 mil mexicanos que se encontraban varados en el extranjero para que retornaran a nuestro país; el traslado, resguardo y distribución de los insumos traídos de China; y la impartición de cursos preventivos dirigidos a la población.
La Semar, a través de su Plan Marina que consta de 4 fases (preparación, prevención, auxilio y recuperación), ha convertido 9 hospitales navales para proporcionar atención a pacientes infectados, con capacidad para 1,252 personas; ha contratado aproximadamente a 473 profesionales de la salud; su personal está apoyando al Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, al Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, al Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez” y al Hospital General “Dr. Manuel Gea González”, así como a hospitales de varias entidades federativas; y en los próximos días pondrá a disposición más hospitales navales, buques y aviones ambulancia.
Sin armas de fuego ni disparos, sin usar la fuerza más que la que deviene de la voluntad y el incansable espíritu de servicio, una vez más han respondido con honor, valor, entrega y patriotismo al llamado del pueblo de México. Todas y todos los integrantes del Ejército y la Marina que combaten el COVID-19 en una guerra sin cuartel y sin fusil, son héroes; sin su presencia y acciones no se avizoraría una pronta victoria. Mi gratitud y reconocimiento.