Opinión

Década perdida, México sin plan de contingencia

Enriqueta Cabrera

Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe de Naciones Unidas) advierte: “El PIB en México caerá 9 por ciento. Al borde del hambre están ya 83.4 millones en América Latina y el Caribe”, la situación se agrava en el entorno rural con uno de cada cuatro en México, donde la crisis del COVID-19 amenaza con revertir 20 años de avances en el combate a la pobreza extrema, de acuerdo con un estudio regional de la CEPAL y la FAO. Lo peor es que al finalizar el año, y posiblemente antes, no contarían con ingresos suficientes para una canasta básica. En México, esta proyección podría alcanzar a 21.7 millones, la situación es más grave en el entorno rural. Las respuestas del gobierno no responden a las urgencias, mientras recorta presupuestos para tener algunos recursos que no alcanzan para enfrentar la caída de la economía, el creciente desempleo y el cierre de empresas, principalmente pequeñas y medianas.

Las advertencias internacionales están ahí tanto por parte de la CEPAL como del FMI y la OCDE. La región está al borde de una década perdida. El nivel del PIB por habitante en América Latina y el Caribe tendrá un retroceso de 10 años, y en el caso de la pobreza, de entre 15 y 17 años. Todas las economías de América Latina (salvo Guyana que se apoya en su producción petrolera) caerán. La de México también, Argentina, Bahamas y Granada caerán 10.5%, Brasil 9.1, México y Ecuador, 9.0. La economía mundial se reducirá 5.2%. La emergencia hundió nuestro presupuesto.

Es evidente que la caída será mucho más acelerada que la recuperación en México. No hay planes bien definidos, fundamentados y con recursos financieros para llevarlos adelante. No será como el Presidente lo dice: caída rápida y recuperación igual, en “V”. Es necesario evitar la austeridad y destacar el rol del Estado, afirma la CEPAL.

En el primer semestre del 2020, de acuerdo con cifras del IMSS, se habrán perdido 1 millón 313 mil 677 empleos formales, a los que habría que agregar otro tanto en el sector informal que representa alrededor del 60% del empleo. El desempleo se acelera, así como la quiebra de empresas pequeñas y medianas sin recursos.

En la situación que vive México no sólo es necesario, sino urgente tomar medidas para aliviar las necesidades de una parte importante de la población. La CEPAL presentó en el mes de mayo la propuesta de un ingreso básico universal de emergencia y uno adicional de alimentos para la población más pobre y con más riesgos. No ha avanzado y aún se discute, no hay política para atenuar la caída y atender a la población sin empleo, tampoco hay recursos. Bárcena hizo un llamado a desarrollar un pacto político y fiscal de protección social, porque no va a alcanzar con los recursos del país. Esto es evidente ya en México, serán necesarios recursos internacionales con las condiciones más favorables. No hay de otra, los recortes a troche moche no resuelven nada y debilitan al Estado.

A mayor caída de la economía será más difícil la recuperación. México tiene que avanzar en tres flancos: en primer lugar, llegar a acuerdos con el sector empresarial que juega un papel fundamental para la recuperación, dado que es necesaria la inversión. Las empresas requieren apoyos para evitar la quiebra, sobre todo las pequeñas y medianas. La recuperación requerirá inversión nacional fundamentalmente, porque la inversión extranjera está en retirada por la política del gobierno de México que ha cancelado inversiones, ha cambiado reglas a mitad del camino para los inversores, cancelado proyectos de inversión en curso en energías limpias. Hoy, dudoso incluso, que México pueda adquirir medicamentos en el extranjero, por desconfianza de los laboratorios. En síntesis, México ha perdido la confianza de la inversión extranjera y su recuperación será difícil. Lo que significa que dependerá mayormente de la inversión nacional, aunque hay una mala relación con el sector porque el presidente no se ha sentado a escuchar las propuestas, sólo las rechazó sin diálogo o acuerdos indispensables. Hay costos para el país.

La caída de la economía y la recesión requieren de la participación, no sólo del sector privado, sino también de analistas, expertos, académicos, destacados economistas con amplia experiencia. El presidente de España llamó a 100 economistas de élite para elaborar el proyecto de mediano y largo plazo de la “era postcovid”. No es tarea de un solo hombre, ni del Presidente y su equipo, no sirve improvisar; se trata de construir un plan complejo para disminuir la caída e iniciar la recuperación. No será fácil ni automático como el Presidente insiste con una caída del 9% del PIB y una recuperación larga y compleja, no será como una “V”, imposible, llevará tiempo y viviremos una larga “L”.

Para el secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría, la región arrastra alto desempleo, “la maldición de la informalidad” y niveles de pobreza que este año podrían sumar 20 millones de personas más en su condición extrema. “Lo que estamos viendo es la ampliación de este abismo, el cual es éticamente incorrecto, moralmente equivocado, disfuncional económicamente y políticamente incorrecto, muy peligroso”.

Es evidente que las medidas de estímulo son muy urgentes y en México avanzan con demasiada lentitud y titubeos para concretarse e iniciar lo que requiere la población. El gobierno no ha presentado un plan nacional para abordar la caída de la economía con la urgencia y cohesión que requiere. A pesar de que la política del gobierno de México es impedir que se socialicen las pérdidas y se privaticen las ganancias, los estímulos tienen carácter urgente y hay que encontrar caminos. Esa frase está estorbando, lo mismo que medidas urgentes que políticas de mediano plazo. Es evidente que la caída de la economía se acelera frente al retraso de acciones necesarias, emprendidas prácticamente por todos los gobiernos en el mundo para proteger a las poblaciones más vulnerables y frenar, en lo posible, la aceleración de la caída económica. La reactivación de la economía en México no será sencilla. Ni el T-MEC será la panacea.

Las proyecciones para México son dramáticas, 47.8% de los mexicanos serán pobres y 15.9% se encontrarán en pobreza extrema según proyecciones de la CEPAL. Es tiempo de sumar, escuchar, dialogar y actuar, no dividir y polarizar.