Opinión

La derecha no descuida un solo frente

Guillermo Fabela Quiñones

Apuntes

Aunque parezca un absurdo, en este momento la derecha tiene más viabilidad de seguir avanzando que Morena de apuntalar al régimen de la Cuarta Transformación. Lo podemos observar fácilmente en los hechos que se suceden cotidianamente, producto de la tenacidad de la derecha y el conservadurismo reaccionario para seguir horadando el gobierno del presidente López Obrador. Es su único objetivo por alcanzar a corto plazo, alimentado por la inoperancia de la estructura política del mandatario, al no tener claro que su prioridad fundamental es consolidarla.

Mientras la derecha no descuida uno solo de los frentes que debe atacar para mermar la fuerza del nuevo régimen, éste parece dormir en un triunfalismo que lo inmoviliza y lo hace perder el rumbo a seguir, de por sí zigzagueante por el modo de gobernar del propio mandatario y por los intereses particulares de los dirigentes de la clase política surgida tras el triunfo en las urnas de Morena hace dos años. Los reaccionarios avanzan en una misma dirección, mientras la 4T se desperdiga buscando metas que están todavía muy lejos.

Muy pronto se está perdiendo el entusiasmo de la ciudadanía por el cambio prometido, el cual se avivó con la aprehensión de Emilio Lozoya Austin, una vez que al llegar a México se empezó a ver que lo más seguro es que ni siquiera pise una cárcel mexicana, bajo la argucia de ser testigo protegido para recabar pruebas que permitan procesar a quienes consumaron los delitos por los que se procesa al ex director de Pemex. Como si no se tuvieran e hicieran falta.

La protección a Lozoya se vio inmediatamente al descender del avión que lo trajo de un reclusorio español: fue trasladado a un hospital de lujo por presentar supuestos signos de anemia y otros malestares inocuos. Al saberlo en Madrid, las autoridades responsables de la aprehensión y extradición del indiciado, de inmediato dieron a conocer que Lozoya no presentaba ninguna enfermedad que motivara su hospitalización. El mensaje a la sociedad con esta maniobra chapucera es un golpe bajo a la 4T.

Por otro lado, en el Instituto Nacional Electoral (INE) están preparados los disparos que mermarán la fuerza de Morena, de por sí menguada desde su origen por haberle abierto las puertas a oportunistas sin ninguna convicción democrática y progresista, empezando por quien se quedó al frente del partido al momento en que López Obrador lo dejó para buscar la candidatura a la Presidencia de la República. Hoy se están pagando las consecuencias de una apuesta que quizá fue necesaria hace cinco años, por el imperativo de no dar margen a la derecha de justificar sus ataques a quien habían satanizado como “un peligro para México”.

El domingo pasado, setenta y cinco diputados federales de Morena y del Partido del Trabajo, plantearon a Mario Delgado que en la Junta de Coordinación Política, o en el pleno de este miércoles, frene el proceso de nominación de cuatro consejeros del INE que quedarán vacantes, por la denuncia interpuesta por John Ackerman, miembro del Comité Técnico de Evaluación, de irregularidades con el fin expreso de que los designados sean quienes garanticen el predominio del conservadurismo, decisivo para los comicios del 2021, en los cuales se estaría definiendo el futuro del país.

Es obvio que Lorenzo Córdova, consejero presidente del INE, con su equipo de subalternos incondicionales, saben que esta es la última oportunidad para mantener su hegemonía y seguir usufructuando privilegios que perderían de consolidarse el nuevo régimen. De ahí que la Coparmex y el PAN hayan hecho causa común para una supuesta “defensa del INE”. Es comprensible que lo hagan: perderían a su instrumento “legal” para seguir haciendo todo tipo de trapacerías en las urnas.

guillermo.favela@hotmail.com

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