Por Guillermo Fabela Quiñones
Una vez iniciado el juicio contra el ex director de Pemex, Javier Lozoya Austin, deberá salir a la luz parte de la verdad sobre el altísimo nivel de corrupción que fortaleció al régimen neoliberal, pero también la necesidad imperiosa de profundizar su total desmantelamiento, a fin de que la Cuarta Transformación prosiga su curso y acabe con el autoritarismo, la perversidad y el saqueo impune que caracterizó al sistema neoporfirista.
Los entretelones del proceso están demostrando la capacidad que tiene la mafia surgida en 1983 para revestirse de impunidad. El acuerdo alcanzado por la defensa de Lozoya con la Fiscalía General de la República (FGR) así lo patentiza. Aceptó los cargos de operaciones con recursos de procedencia ilícita, cohecho y ejercicio indebido del servicio público. Así logró el beneficio de no estar en un reclusorio, del hospital de lujo será llevado a su casa con un brazalete electrónico.
Lozoya puntualizó: “Denunciaré y señalaré a los autores de estos hechos y vuelvo a reiterar mi compromiso de colaborar con las autoridades del Estado mexicano”. Sus defensores argumentaron que “fue utilizado en su calidad de instrumento no doloso en el marco de un aparato organizado de poder que se alejó del derecho de cara a la comisión de hechos como los referidos por la representación social”.
En riesgo la 4T por los vaivenes políticos
Se le allanó el camino para que pronto pase de acusado a víctima de una organización que no respetó sus derechos humanos. Sus denuncias y señalamientos no pasarán del terreno de las maniobras leguleyas que permitan el paso del tiempo y haya acuerdos para meter a la cárcel a “chivos expiatorios”. Espero equivocarme y que este pronóstico no se cumpla, en bien del proyecto transformador, cuya continuidad está en riesgo en los comicios del año próximo, de seguir el camino de los vaivenes políticos.
Por eso es plausible que en Puebla el Congreso haya aprobado una reforma electoral con visión de futuro; Gabriel Biestro, presidente de la Junta de Gobierno y líder de la bancada de Morena, señaló que “se está desmantelando el sistema electoral del morenovallismo… El fuero fue retirado para evitar que ex funcionarios perseguidos evadieran la ley”. Se avanzó en un nivel local, pues en el federal sigue vigente, como reconoció el presidente López Obrador, porque la iniciativa enviada para su análisis en el anterior período ordinario de sesiones no alcanzó a entrar. El mandatario informó que la reenvió para que se discuta en el período que inicia el primero de septiembre.
Camisa de fuerza el fuero y el amparo
El uso indebido del fuero en México es una camisa de fuerza que oprime el funcionamiento del Estado de Derecho, como lo es también un procedimiento legal que nació en el siglo XIX con un fin humanitario que derivó en absoluta perversidad: el amparo. Es correcto el planteamiento del legislador poblano: “Hay gente que solicitaba entrar como diputado o magistrado cuando sabían que tenían cuentas pendientes. Eso se acabó. El tema del abuso de poder, el tema del tráfico de influencias se había convertido en manto de impunidad. El fuero fue retirado para evitar que ex funcionarios evadieran la ley”.
Es precisamente lo que espera que suceda la ciudadanía que votó por López Obrador. Le sobra razón al decir que el proceso contra Lozoya es “un antes y después”. Vamos a ver si se logra que así sea en los hechos, porque no sólo se trata de conocer “las tarascadas para otorgar contratos a Odebrecht y sobre las ‘mordidas’ a los legisladores para aprobar la reforma energética”, a lo que se refirió el Ejecutivo, sino establecer nuevas reglas que fortalezcan el Estado de Derecho, se ponga fin a la impunidad y se acaben los abusos de los delincuentes de cuello blanco, cuyo poder es tal que hacen de la ley lo que les permite su capacidad de compra. ¿Hasta cuándo?
guillermo.favela@hotmail.com
Twitter: @VivaVilla_23