El presidente Iván Duque acaba de conformar el equipo que se encargará de administrar el Fondo DIAN creado en 2019, el cual, según el comunicado ofi cial “se encargará de administrar los recursos para la modernización tecnológica de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN)”.
Este Fondo está soportado en un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por 250 millones de dólares. Como anotación al margen: ese banco estuvo dirigido tres periodos consecutivos, durante quince años, por el colombiano Luis Alberto Moreno, de origen conservador, hasta febrero del presente año, y para su reemplazo el gobierno colombiano, rompiendo una larga tradición, se negó a apoyar al candidato latinoamericano, el argentino Gustavo Beliz, y en cambio, apoyó a Mauricio Claver Carone, de Estados Unidos, propuesto por Donald Trump, quien decía tener derecho a ese cargo por ser el país que más aporta a los fondos del banco (30 por ciento de sus acciones).
Carone, cubano-estadounidense, ha sido ficha clave en la política de agresión de Estados Unidos contra Cuba y contra Nicolás Maduro en Venezuela.
Volviendo al caso colombiano: lo llamativo de la noticia es que el director de la DIAN -Lisandro Junco- como tuve oportunidad de comentar en mi columna anterior, ha resultado implicado en el escándalo mundial de los Pandora Papers y otro de los integrantes de ese equipo, el viceministro de las Tics (ministerio de Comunicaciones) ocupa ese cargo desde cuando a su cabeza estaba Karen Abudinen, quien debió renunciar cuando se destapó el desfalco de 70 mil millones de pesos (17 millones de dólares) destinados a llevar internet a las escuelas de los sitios más apartados del país que hasta el momento no disponen de esa herramienta tecnológica indispensable en tiempos de pandemia cuando las escuelas han debido funcionar de manera virtual.
El comunicado oficial de la presidencia de la República informa que el fondo DIAN del que nos ocupamos, “se encargará de adelantar proyectos relacionados con la gobernanza institucional y transformación del talento humano, el control y cumplimiento tributario y aduanero, la modernización de la plataforma tecnológica, de los sistemas y tecnología de la entidad”.
Uno no puede menos que preguntarse cómo pueden hablar de “transformación del talento humano” cuando “se perdieron diecisiete millones de dólares que debían ser destinados precisamente a ese fin desde la primera infancia y cómo pueden hablar de “control y cumplimiento tributario y aduanero” cuando el director de la entidad encargada de esa función -la DIAN- resulta envuelto en un escándalo como el de los Pandora Papers, para evadir impuestos.
¿El ratón cuidando el queso?
Claro que no debería haber sorpresa alguna: estamos acostumbrados a ver al presidente de la República ufanarse de cómo está contribuyendo al desarrollo del acuerdo de paz que permitió la desmovilización de la guerrilla más grande del país mientras en la práctica se ha dedicado desde el mismo día de su posesión a tratar de hacerlo trizas. Duque desperdició el primer año de su gobierno tratando de acabar con la jurisdicción de paz nacida de esos acuerdos (JEP).
La intervención de la Corte Constitucional frustró sus intentos. Mientras tanto, el expresidente Uribe, su mentor y verdadero poder detrás del trono, insiste en decir que allí se pactó la impunidad de los desmovilizados desconociendo que la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) le ha dado un espaldarazo, precisamente porque es un ejemplo de negociación de paz con justicia.
Hace 15 días vimos a Uribe actuando como un hacendado en su latifundio ante el presidente de la Comisión de la Verdad, padre Francisco de Roux, insistiendo en que los bandidos (excomandantes de las FARC) están en el Congreso mientras los héroes (militares convictos de violaciones de Derechos Humanos) están enjuiciados. Cuando oímos al expresidente y los candidatos del Centro Democrático, su partido, hablar de impunidad, automáticamente vienen a la memoria sus palabras cuando, durante su presidencia, los comandantes paramilitares, sin haberse desmovilizado ni dicho la verdad sobre sus crímenes, fueron recibidos por ellos como héroes en Congreso, ante lo cual Uribe, que como presidente representaba la majestad de nuestra democracia, dijo que estaba bien que se les dieran “esas pruebitas de democracia”.
No hemos visto a Duque, tan propenso a salir al paso a cuanta declaración considere un poco escorada hacia la izquierda, rechazar como atentado contra las víctimas del confl icto armado la afirmación de la candidata del Centro Democrático a la presidencia de que los falsos positivos son un invento de los comunistas. Así que esto que vemos ahora de nombrar a un funcionario enredado en los Pandora Papers y al viceministro del escándalo de corrupción del Mintic como administradores de un fondo encargado de hacer lo que ellos mismos han contrariado con sus acciones no es sino una muestra más de esa conducta reiterada de hacer lo contrario de lo que pregona.
Síguenos en Google News y recibe la mejor información.
JCL