Opinión

“Hombre de Trump” pone en riesgo al BID

Por Esto!

El Senador Patrick Leahy, presidente del poderoso Comité de Asignaciones del Senado, advierte que si los gobiernos de Latinoamérica no se ponen de acuerdo para reemplazar al “hombre de Trump” en la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), podrían arriesgar el futuro apoyo financiero de Estados Unidos a la institución regional.

“No corresponde al Congreso de Estados Unidos decidir quién dirige al BID, pero sí influye si apoyamos al banco o no. La contribución estadounidense al BID viene del Congreso, y la calidad de su liderazgo sí nos importa”, dijo el Senador Leahy, en una declaración escrita en la que responde a preguntas de la autora sobre el futuro del banco.

Con la llegada de Joe Biden a la Presidencia y el control demócrata en ambas cámaras legislativas, Mauricio Claver-Carone, candidato de Trump electo el año pasado en medio de una gran controversia, se quedó sin sustento político. Si bien la Casa Blanca no se ha pronunciado, es improbable que acceda a pedir nuevos fondos para el BID si el “hombre de Trump” sigue de presidente.

Claver-Carone, estadounidense de ascendencia cubana que sirvió de asesor de asuntos hemisféricos de Trump, fue electo presidente para un periodo de cinco años poco antes de las reñidas elecciones presidenciales de noviembre pasado. Los gobiernos latinoamericanos dejaron que un estadounidense les arrebatara el liderazgo del BID por primera vez en seis décadas. Un golpe blanco. Los deseos de congraciarse con el candidato que creyeron iba a ganar pesó más que la voluntad de defender lo que les pertenece. Prestaron oídos sordos a las voces que pedían esperar el resultado electoral para evitar precisamente el escenario que hoy se desenvuelve.

Washington tiene dos vías para enviar el mensaje a Latinoamérica de que Claver-Carone debe irse. Negar al BID el reaprovisionamiento para cubrir 30 por ciento de las acciones que aporta EU en caso de requerirse en julio próximo y/o negarle la cuantiosa recapitalización por la que Claver-Carone ha estado cabildeando. Es altamente improbable que la Casa Blanca apoye la posible reposición de su cuota o la capitalización de una institución gobernada por un trumpista.

“El BID tiene que tener un presidente latinoamericano, como lo tuvo durante 60 años, de tal suerte que los latinoamericanos puedan tomar la responsabilidad de su propio desarrollo. El hecho de que el actual presidente viene de la Casa Blanca de Trump, cuyas fallidas políticas hacia la región consistieron en sanciones unilaterales y en amurallar nuestra frontera sur, agrava el problema”, dijo Leahy.

El Senador que ocupa el segundo lugar en la alta jerarquía del Senado en calidad de presidente pro tempore, no está condicionando explícitamente futuras asignaciones al reemplazo de Claver-Carone sino poniendo en sobre aviso a los gobiernos latinoamericanos que esta vez no liderará el respaldo financiero al banco como en el pasado.

Como presidente del Comité de Asignaciones, Leahy tiene en sus manos la chequera del Senado. El apoyo y defensa del legendario senador han sido decisivos en preservar la relevancia y capitalización del banco. “Si otros (en el Comité de Asignaciones) optan por apoyar al BID, es su decisión. Pero la escasa posibilidad de que aumente el capital del BID no ocurrirá pronto”, previó.

Es un pésimo momento para poner en peligro el futuro financiero del BID. La pandemia y el cambio climático han provocado severos estragos económicos. En 2020, el BID prestó a la región una cifra récord por más de 20 mil millones de dólares, según Claver-Carone (The Washington Post 05/02/2021).

En la reciente asamblea anual del BID en Barranquilla, Colombia, Claver-Carone se jactó del presunto apoyo bipartidista en el Senado para una “recapitalización histórica” por 80 mil millones de dólares que, aseguró iluso, se dará durante su gestión.

A principios de mes, cuatro senadores demócratas y republicanos del Comité de Relaciones Exteriores, liderados por los también cubanoamericanos Bob Menéndez y Marco Rubio, presentaron un anteproyecto de ley proponiendo un incremento al capital social del BID por 80 mil millones de dólares, de los cuales 24 mil millones vendrían de EU en un lapso de cinco años. Los otros 47 países miembros, asumiendo que estuvieran de acuerdo, contribuirían el resto. El último aumento de capital fue en 2010.

Lo que Claver-Carone no dijo en Barranquilla es que el proyecto de Menéndez-Rubio no adjudica fondos. Mientras Claver-Carone sea presidente del BID, la posibilidad de que el Senado y la Cámara Baja lo aprueban, y Biden lo firme, es nula. El Comité de Relaciones Exteriores autoriza muchas propuestas, pero sólo Leahy y su Comité pueden abrir la cartera.

La autoridad máxima del BID es la Asamblea de Gobernadores, integrada por los secretarios de Hacienda de los países miembros. Así como la Asamblea de Gobernadores eligió a Claver-Carone lo puede remover. El Artículo VIII, Sección 5(a), del Convenio Constitutivo, a la letra dice: “El presidente del Banco… cesará en sus funciones cuando así lo decida la Asamblea de Gobernadores por mayoría de la totalidad de los votos de los países miembros”.

Pocos gobiernos, además de Colombia, consideran a Claver-Carone apto política y profesionalmente para el cargo. Si un puñado de países tomara la iniciativa y actuara coordinadamente para destituirlo, tendrían el apoyo de la Administración Biden.

El impulso podría venir de Argentina, Chile, Costa Rica, Panamá y Perú. Hasta Brasil podría sumarse pues Claver-Carone no cumplió su promesa de poner como número dos en el BID a un brasileño a cambio del voto del Gobierno de Bolsanaro. No está claro cual sería la posición de la Secretaría de Hacienda y Relaciones Exteriores que el año pasado se quedaron de brazos cruzados ante la imposición trumpista.

“Que el BID esté dirigido por un estadounidense, manda el mensaje equivocado. Ya de por sí tiene su sede en Washington y Estados Unidos es su principal accionista”, observó Leahy.

La presidencia del DIB debe regresar a Latinoamérica de donde nunca debió de haber salido. Sobran hombres y mujeres que pueden dirigirlo. La pelota está en la corte latinoamericana. El riesgo de la inacción es oneroso.fgobern

 

Por: Dolia Estévez