Opinión

2021 ¿Punto de quiebre en la vida nacional?

Por Esto!

El año 2021 pinta para ser un punto de quiebre en la vida nacional. Para el gobierno de López Obrador no pinta nada mal. Su proyecto político avanza sin mayores tropiezos. Cuenta con 64% de popularidad, la oposición no logra conformar un frente organizado, sus diputados cuentan ahora con la posibilidad de pasar a la reelección sin dejar el cargo y sus operadores políticos en el Congreso hacen complacencia de todas sus demandas y solicitudes.

Para darle una ayudadita adicional el fiscal general de la república se va contra el gobernador de Tamaulipas, lo que sin duda ayuda a cimbrar la Alianza Federalista, principal bloque opositor del primer mandatario. Los pronósticos hablan hoy de que en junio logrará mayoría calificada en el Congreso, lo que mantendrá a ese poder federal sumiso, humilde y obediente a su amo. Por si fuera poco, ya sobrevivió al coronavirus, a la caída de su entrañable amigo Trump y a la llegada de su sucesor Biden. Sin duda los astros le sonríen.

Otra es la historia del país. El empleo, la productividad y el ingreso se desplomaron en 2020. El centro de su discurso está en atender a los pobres. Misión incumplida. De acuerdo con Coneval existen al menos 8 millones más de pobres que cuando inició su administración. Segundo tema prioritario: terminar con la corrupción. Los procesos en contra de quienes han sido acusados de corrupción son tibios o inconclusos. No hay un solo pez gordo en prisión.

Parte de su discurso es que las cifras macroeconómicas no interesan al pueblo, más atento a su pensión, beca o apoyo. Incluso ha borrado de su discurso el crecimiento económico como indicador del estado de la economía.

La economía no es tan complicada como la hacen aparecer. El crecimiento refleja los niveles de empleo, productividad e ingreso de una población. Sin inversión no hay producción, sin producción no hay empleo y sin empleo no hay ingreso. Así de sencillo.

Debemos felicitar al presidente por la forma magistral en la que ha manejado su proyecto político. Sus probabilidades de triunfo en junio son altas. Y lo sabe. Lo que parece ignorar, o importarle poco, es que este éxito ha sido a costa del resquebrajamiento económico del país, de la pérdida de la cohesión social, de haber sembrado el germen de la polarización, el descontento y la inconformidad de crecientes sectores lo que, en conjunto o por partes, tarde o temprano habrá de agüitarle la fiesta. ¿2021 podría ser su punto de quiebre?

Por: Luis Herrera Lasso