Opinión

Partidos toman el dinero de los mexicanos y devuelven discordia y odio disfrazados de “campañas”

“Desperdicio de recursos en Harvard con la colaboracionista Ríos. La Viri siempre responderá a su origen, ni los filtros que utiliza la disimulan. La mona, aunque se vista de seda, mona se queda”, escribió el pasado 8 de abril María Elena Pérez-Jaén Zermeño, candidata a Diputada plurinominal por el Partido Acción Nacional (PAN). Aunque este mensaje no iba dirigido hacia algún integrante de un partido político, sí lo realizó una persona que contiende por un cargo público y se enmarca dentro del proceso electoral 2021, donde las campañas políticas, costeadas con recursos públicos, se han caracterizado por discursos de odio que generan polarización.

De acuerdo con el “Proyecto Odio y Concordia” del Seminario sobre Violencia y Paz, organizado por el Colegio de México (Colmex), estas campañas son difundidas por todos los partidos a través de las redes sociales y su finalidad es atraer votantes por medio de un discurso de odio. Pero esta no es la primera vez que ocurre algo similar en México, en las elecciones presidenciales de 2006 la estrategia del PAN consistió precisamente en hacer creer a los votantes que Andrés Manuel López Obrador, entonces candidato de la coalición Por el Bien de Todos, conformada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Convergencia, era “un peligro” para el país

“La frase ‘López Obrador es un peligro para México’ tuvo impacto porque mis adversarios tenían el control casi absoluto de todos los medios de información y usaron una estrategia hitleriana para repetir el mensaje día y noche”, recordó el pasado 9 de marzo el Presidente López Obrador durante su conferencia matutina al referirse al proceso electoral de este año.

En la elección del próximo 6 de junio, la más grande de México porque se renovarán la Cámara de Diputados, 15 gubernaturas, 30 congresos locales y las alcaldías en 30 estados, este tipo de discurso y de descalificaciones se han presentado en las campañas de la alianza “Va por México” (PAN-PRI-PRD) y Morena, de acuerdo con los monitoreos que han realizado por separado investigadores del Colmex y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“En el transcurrir de la investigación nos hemos dado cuenta de que esto, (el discurso de odio), no es característica de un solo partido ni de un lado ideológico”, dijo en entrevista el doctor Rodrigo Peña, vocero del proyecto “Odio y Concordia” del Seminario sobre Violencia y Paz del Colmex. “Está siendo muy rentable desde el punto de vista político-electoral. Funciona para recaudar votos y generar simpatía”.

Citlalli Hernández, Secretaria General de Morena, dijo en entrevista que la derecha en México ha construido un discurso basado en el odio y su estrategia está provocando que los simpatizantes de su partido “caigan en esa trampa y el discurso se diluya en un debate de dimes y diretes”.

Este discurso de odio en las campañas, refieren a su vez los especialistas, empobrece el debate público al dejar a un lado iniciativas concretas para en su lugar discutir sobre descalificaciones.

“El discurso de odio supone una desacreditación que puede ser a la persona o un partido, pero por razones que apelan a factores discriminatorios, raciales, de misoginia. Tiene formas racistas y clasistas”, mencionó el doctor Peña.

Un caso reciente ocurrió el lunes pasado, cuando Felix Salgado Macedonio arremetió en contra de los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) por negarle su candidatura a la gubernatura de Guerrero por no presentar informes de precampaña como establece la Ley.

El político de Morena, acusado de abuso sexual, declaró el lunes 12 de abril: “Si se reivindica el INE, le vamos a tapizar de flores. Pero si no se reivindican, lo decimos de una vez, los vamos a buscar [a los siete consejeras y consejeros], los vamos a hallar, los vamos a encontrar. Y vamos a ver a Córdova, ¿no les gustaría saber dónde vive Lorenzo Córdova? ¿Les gustaría saber cómo está su casita de lámina negra? Cabroncito. No sabe por lo que estamos luchando en Guerrero”.

Finalmente el INE ratificó su decisión y el pasado martes negó la candidatura a Félix Salgado, quien en esta ocasión no lanzó amenazas y aseguró que esperará a la decisión del TEPJF.

EL USO DE REDES SOCIALES 

En este proceso electoral el uso de las redes sociales ha sido fundamental para los partidos políticos, pues su objetivo es captar a los votantes indecisos, que por lo general son los que votan por primera vez. De acuerdo con el INE, más de 25 millones 662 mil 773 jóvenes entre 18 y 29 años podrán participar en los comicios de junio, lo que representa el 29 por ciento de la lista nominal.

“Las redes sociales son una forma de comunicación eficiente porque tienen la particularidad del factor de propagación. En medios tradicionales, como TV y radio, las campañas sí producen un impacto, pero es menos visible la forma en la que se produce esa reacción. Por ejemplo, en las redes se puede ver esa reacción a través de los emoticonos”, aseguró Rodrigo Peña, investigador del Colmex.

La maestra Sonia Juárez Moreno, académica de la Facultad de Estudios Superiores Aragón de la UNAM, coincidió: “Los partidos políticos en este periodo electoral están utilizando las cuestiones de las redes porque ven que la juventud va a emitir su voto por primera vez y quieren captarlo”.

“Estas campañas sí influyen en los votantes indecisos”, agregó la profesora. “Son una navaja de doble filo porque las personas que pertenecen al grupo del voto duro, es decir los votantes seguros, van a reafirmar su voto entre más se descalifique a su partido”.

Para el doctor Rodrigo Peña, este tipo de campañas “tienen un impacto directo porque más allá del voto duro, el discurso de odio tiende a generar emociones más que información, y esas emociones tienen efectos sobre las decisiones que toman los ciudadanos en el día a día”.

En el caso mexicano, detalló el profesor del Colmex, aún se explora cómo es este impacto, pero hay referentes como lo que ocurrió en Estados Unidos. “Lo que pasó en el Capitolio hace unos meses fue reflejo de un discurso de odio que se venía alimentando desde hace años y que tenía efectos reales sobre los ciudadanos de ese país, quienes estaban convencidos de las ideas promovidas en las redes sociales”.

Facebook, la red social que cuenta con 85 millones de usuarios en México (2019), tiene una definición amplia de lo que constituye el discurso de odio y su estrategia de disuasión se enfoca en contrarrestar el uso de lenguaje violento o deshumanizante.

Sus esfuerzos incluyen ciencia de datos para la detección de tal lenguaje y la consecuente eliminación de la plataforma de esos comentarios. Al mismo tiempo monitorea “actividades coordinadas inauténticas”, es decir, el uso de cuentas falsas y automatizadas enfocadas en la manipulación de la opinión pública.

Pero de acuerdo con investigadores del Colmex, con los actuales términos de uso, la empresa creada en 2004 por Mark Zuckerberg justifica su omisión en la propagación de discurso de odio porque considera auténticas las expresiones de “rechazo” vertidas, es decir, hay indicios de que son personas, y no bots quienes están detrás de ellas.

“En México, las cámaras de eco de las plataformas digitales pueden propiciar la conformación de comunidades de odio toda vez que son una fuente para captar la atención de simpatizantes de políticos y partidos. Muchos de ellos guardan un silencio ominoso frente a discursos de odio y desinformación animados por el potencial beneficio que les puede redituar entre sus bases”, destacó el Colmex en su seminario “Violencia y Paz”.

EL DISCURSO DESDE EL “FRENTE COMÚN ANTI-AMLO”

El estudio “Construcción del odio en las campañas políticas 2021”, elaborado por los investigadores Abraham Trejo y Gabriela Cruz del Colegio de México, analizó al grupo “Frente común anti-AMLO” y el discurso de odio que emplea en las plataformas digitales durante este proceso electoral.

La conclusión a la que llegaron fue que la antipatía de algunos grupos opositores al Presidente López Obrador ha generado el surgimiento de comunidades en redes sociales cuyo discurso fomenta el odio. Esta comunidad se caracteriza por compartir mensajes que atacan con lenguaje agresivo al titular del Ejecutivo federal, a su partido Morena, y a simpatizantes de la llamada Cuarta Transformación.

La elección del Colmex para el análisis del grupo “Frente común anti-AMLO” respondió a dos consideraciones primordiales: en primer lugar se trata de un superdifusor, es decir, sus mensajes se esparcen con gran rapidez gracias a que sus seguidores los comparten, comentan y generan gran cantidad de likes; en segundo lugar, sus publicaciones utilizan un lenguaje de descalificación que apela de forma sistemática a las emociones.

“El grupo se creó el 8 de junio de 2017 y entre sus objetivos se encuentran ‘vigilar la vigencia de la libertad y la democracia’ y la divulgación de ‘información objetiva para el verdadero empoderamiento ciudadano’. No obstante, en los hechos gana seguidores con un discurso reiterado de insultos y descalificaciones al Presidente Andrés Manuel López Obrador”, señala el análisis del Colmex.

La morenista Citlalli Hernández denunció que militantes de su partido han sido víctimas de ataques de simpatizantes de la coalición Va por México, la cual, dijo, “está tratando de capitalizar el odio hacia el Presidente y Morena para convertirlo en votos”.

“Las palabras más frecuentes que usan para atacarnos rayan en el racismo, nos dicen pobres, nacos, chairos, pejezombies. Se nos ataca por nuestro origen social, por nuestra condición y no con argumentos”, mencionó.

De acuerdo con el estudio, el número de miembros del grupo aumentó considerablemente, al pasar de 12 mil 758 en marzo en 2020 a 33 mil 263 en marzo del presente año, lo que representa un crecimiento del 160.72 por ciento. Dicho aumento coincidió con el fortalecimiento de una comunidad de opositores de AMLO caracterizada por el discurso de odio.

En el monitoreo del Colmex se contabilizaron un total de 141 mil 400 posts con un promedio mensual de 10 mil 661 entradas. Los meses con mayor actividad fueron mayo y junio, con 14 mil y 15 mil, respectivamente, y septiembre con 16 mil.

Del total de publicaciones analizadas por el Colmex, el 36.46 por ciento corresponde a fotos, 26.42 por ciento a videos y 25.15 por ciento a enlaces externos. Asimismo, hubo un total de 3.68 millones de interacciones con un promedio mensual de 277 mil 800, de las cuales 28.54 por ciento correspondieron a likes, 24.48 por ciento a compartidos y 16.23 por ciento a comentarios.

El análisis arrojó que la mayoría de los ataques de este grupo se dirigen al Presidente de la República refiriéndose a él como “basura”, “pendejo” o “el cacas”, y empleando hashtags como #AMLOenfermomental #Amlocausto y #Lopezgenocida. La prevalencia de estos insultos retrata la estrategia de descalificación.

“EXTIRPEMOS AL PRIAN”, LA POLARIZACIÓN DESDE MORENA

“Durante décadas, México sufrió una grave enfermedad, un tumor maligno llamado PRIAN que saqueaba al país, se alternaba el poder y fingían competir entre ellos. Hoy finalmente se quitan la máscara y se unen en una perversa alianza electoral. A ellos los une la corrupción, la ambición y el miedo de seguir perdiendo el poder. No permitas que se salga con la suya. Extirpemos el tumor de México”. Este spot del partido Morena que ha sido compartido tanto en medios de comunicación como en redes sociales fue analizado por el Colmex debido a la polarización que generó en redes.

En los primeros siete días de marzo pasado, Morena invirtió 307 mil 266 pesos para aumentar el alcance de 35 anuncios en Facebook. En ocho de las publicaciones magnificadas por el pago a esta red social, el partido empleó el hashtag #ExtirpemosAlPRIAN para posicionar la narrativa de que la coalición opositora, formada por los partidos PRI, PAN y PRD, representa un “tumor” de corrupción que es necesario “extirpar” de la vida política del país.

De acuerdo con el análisis del Colmex, la publicidad que se paga a Facebook implica que el anuncio se presenta a ciudadanos de todo el espectro ideológico y no exclusivamente a los simpatizantes de la 4T, por lo que para determinar los efectos que tiene la estrategia electoral de polarización en la discusión pública examinaron los más de dos mil 100 comentarios que recibió la publicidad desde su fecha de publicación y hasta el 19 de marzo de 2021, fecha de corte del análisis.

“En estos pueden observarse comentarios favorables a la 4T que están en los linderos de incitación a la violencia: ‘A estos tumorosos hay que extirparlos con todo y la raíz. Incluyendo toda la bola de dinosaurios para luego pasarlos al incinerador de la historia’; ‘muertos los perros (del PRIAN) se acaba la corrupción’, o la sugerencia de que ‘los deben de quemar (a los políticos del PRIAN) vivos como a las brujas’”, destaca el estudio.

El análisis del Colmex indica que la publicidad detonó el uso de calificativos como “rateros”, “corruptos” y “traidores”, como se ilustra en la nube de palabras.

En estos casos, agrega el análisis, los usuarios emplearon dichas palabras para expresar su apoyo a la 4T (“Todos con Morena. Hay que acabar con esas ratotas”); criticar al partido gobernante (“Perversa la alianza de Morena: ladrones, saqueadores y corruptos, además de ineptos. Ni un voto para su asqueroso partido y la bola de mugrosos aliados”), y también indicar desaprobación a la clase política (“Todos los políticos pelean el puesto para chingar al pueblo por eso andan cambiándose de partidos para seguir jodiendo”).

“La discusión que propició Morena no corresponde a un debate democrático de calidad como se esperaría que detonara el partido gobernante. Una consecuencia directa de lo anterior es que temas relevantes quedan fuera de la discusión, o suceden de forma superficial”, concluye el Colmex en su análisis.

Sobre esta campaña, la Secretaria General de Morena, Citlalli Hernández, dijo que su partido “tiene que ser muy cuidadoso de no ponerse a ese nivel de discusión porque puede haber debate público, denuncia y señalamientos muy puntuales a quienes han lastimado este país sin caer en este discurso de odio”.

Por: Guadalupe Fuentes López