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Opinión

Ellas dan y merecen más

Entre las desigualdades sociales son especialmente lacerantes, las derivadas del género que afectan opresivamente a las mujeres y en algunas culturas a las niñas

El progreso general de la especie humana, parte esencial del devenir histórico, forma un entramado de realizaciones y contradicciones. La más notable es el desigual desarrollo que se manifiesta entre los continentes, los pueblos, las naciones y los estados constituidos. Las desigualdades se expresan con vehemencia al interior de los países y las sociedades, incluidas las más desarrolladas.

Entre las desigualdades sociales son especialmente lacerantes, las derivadas del género que afectan opresivamente a las mujeres y en algunas culturas a las niñas. Las mujeres, madres, esposas, hermanas e hijas son discriminadas y abusadas por quienes deberían honrarlas y respetarlas en todas partes y en todos los tiempos.

Y, no se trata solo de la discriminación y los abusos en que incurren individuos primitivos, maleducados, desconsiderados o malvados, sino de aquellas que tienen carácter institucional y que van de los extremos con que se practica en los países que asumen desde el fundamentalismo la llamada Ley Islámica o sharia, hasta la que ocurre en las sociedades democráticas occidentales más avanzadas. Particularmente execrable es la discriminación en el ámbito laboral, y en el mundo del trabajo.

Las palmas para el Comité Nobel que en Suecia acaba de otorgar el Premio Nobel de Economía a la estadounidense Claudia Goldin, historiadora y profesora de Economía en la Universidad de Harvard, precisamente por sus estudios que, con la metodología de las ciencias, sin mezclar tendencias ideológicas ni recurrir a alegatos políticos, revela las discriminaciones laborales de que son objeto las mujeres.

Por tercera vez en 55 años el Premio Nobel de Economía se otorga a una mujer, esta vez se trata de Claudia Goldin, a quien se le concedió por sus investigaciones y conclusiones, respecto a la presencia y el papel de las mujeres en el mercado laboral en los últimos doscientos años.

Para conceder el premio, además de la trayectoria académica de Goldin, el Comité que lo otorga tuvo en cuenta su esfuerzo por “...Hacer avanzar la comprensión de los resultados de las mujeres en el mercado laboral...Sus investigaciones han dado una visión nueva y a menudo sorprendente del rol histórico y contemporáneo de las mujeres en el mercado de trabajo y en la economía” ·

Una indagación de 200 años de historia económica de Estados Unidos, le permitió descubrir que el 50 por ciento de todas ellas son trabajadoras, pero “ganan menos y tienen menos posibilidades de ascender en la escala profesional”, dijo Randi Hjalmarsson, economista sueco, miembro del Comité Nobel.

La economista ha revelado y divulgado la brecha existente entre el empleo masculino y femenino, particularmente en los Estados Unidos donde: “...Lo que ocurre en los hogares refleja lo que pasa en los entornos laborales donde, a menudo, las mujeres aceptan empleos que les permiten estar disponibles en casa, pero por cuáles se paga menos”.

“Las formas en las que podemos igualar las cosas o crear más igualdad en la pareja, también llevan a más desigualdad de género”, dijo. Goldin quien apuntó que, durante épocas completas, apenas se ha registrado estadísticamente el desempeño laboral femenino.

Entre los originales aportes de Goldin figura la llamada “revolución silenciosa” protagonizada a partir de los años cincuenta del pasado siglo XX, favorecida, entre otras cosas, por el arribo masivo de las mujeres a todas las profesiones, oficios y faenas y a la introducción de los anticonceptivos y las mayores facilidades para el divorcio, hitos que le permitieron mayor libertad para disponer de sí mismas.

La propia Claudia Goldin aporta evidencias del grado en que las mujeres son discriminadas y excluidas. En el 1990, 354 años después de que Harvard fuera fundada, ella fue la primera mujer a la que se le ofreció un puesto titular en el Departamento de Economía del alto centro de estudios donde a sus 77 años imparte clases.

Entre el 2013 y el 2014 la galardona presidió la Asociación de Economistas de los Estados Unidos y es miembro de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos y de la Academia Estadounidense de Artes y Ciencias. Ellas dan y merecen más. Bienvenida al selecto club de los premios Nobel, con ellas vienen muchas, no se exagera al decir: todas.

 

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