Xi Jinping ha logrado que Vladimir Putin admita que: “Algunas partes de su plan de 12 puntos pueden servir de base para un acuerdo de paz en Ucrania...” Es medio gol. Por primera vez la única persona capaz de detener el conflicto acepta que es posible procurar la paz bajo términos propuestos por otros.
El Plan de Paz presentado por Xi Jinping en febrero pasado comienza por demandar el respeto a la “soberanía, independencia e integridad territorial de todos los países (incluida Ucrania) y respetar el derecho internacional reconocido por Naciones Unidas, y termina con la promoción de la participación de la comunidad internacional en la reconstrucción de Ucrania, tarea para la cual China se declara lista.
En su segundo punto, la propuesta, en general aceptable para Putin, demanda el abandono de la mentalidad de Guerra Fría y afirma que: “La seguridad de un país no debe buscarse a expensas de otros..., así como que los intereses y preocupaciones de seguridad legítimos de todos los países deben tomarse en serio...” De modo salomónico, Xi da la razón a Rusia y a Ucrania. Aquí la ambigüedad es un mérito.
En los acápites tres y cuatro, aparece el pollo del arroz con pollo, al apuntar que: “Todas las partes deben apoyar a Rusia y Ucrania para... alcanzar un alto el fuego integral...”
Para los puntos cinco y seis el consenso está asegurado, pues se refieren a la solución de la crisis humanitaria, a la protección de los civiles y a la salvaguarda de los derechos de los prisioneros, mientras los ítems 7 y 8 parecen aceptables al aludir a la seguridad de las centrales nucleares, evitar el uso de armas nucleares e impedir la proliferación nuclear.
Un acápite admisible es el referido a “facilitar las exportaciones de cereales”. Más difícil, no tanto por su espíritu como por las complejidades para su implementación es el último referido a levantar las sanciones unilaterales impuestas a Rusia, no autorizadas por el Consejo de Seguridad de la ONU, así como mantener estables las cadenas industriales y de suministro...”.
Digamos que tácitamente Ucrania y Rusia pudieran concordar con los puntos 5,6,7,8, y 9 del plan y, debido previa aclaración de su alcance real, debido a su naturaleza jurídica, admitir la validez de los números uno y dos, mientras los puntos 3 y cuatro, referidos al cese de las hostilidades y las conversaciones de paz requerirán de negociaciones más complejas.
El punto 11, referido a levantar las sanciones impuestas a Rusia pudiera ser resuelto mediante acciones unilaterales de los Estados Unidos, acuerdos de la Unión Europea o el G-7.
Luego de hablar con el presidente de Ucrania y escuchar sus puntos de vista, la diplomacia china deberá recorrer un largo camino, pero, de momento, el plan ha echado a andar. Xi Jinping ha montado las ideas a caballo. La paz está al alcance de todos los beligerantes. Buena suerte.