Opinión

Francisco Torres Rivas deja por los suelos al PRI

Dirigentes municipales acusaron a Francisco Torres Rivas de vender las candidaturas, muchas de ellas con clara intención para que pierda el PRI

Tras perder la gubernatura en el 2018, se pensó que el PRI había tocado fondo en Yucatán y que en las elecciones intermedias del 2021 comenzaría su ascenso para recuperar espacios. Sin embargo, bajo las riendas de Francisco Torres Rivas, el tricolor no sólo no se levantó, sino que sufrió su peor derrota al perder las 15 diputaciones locales de mayoría y las cinco federales.

Incluso, Torres Rivas, quien fue candidato a diputado por el Primer Distrito local, quedó en un humillante tercer lugar. En las elecciones municipales la paliza también fue de antología.

Se perdieron municipios como Tizimín, Kanasín, Peto, Tixkokob, Ixil, Baca, Santa Elena, Sucilá, Espita, Teabo, Santa Elena, Sucilá, Tixpéual, Kantunil, Chicxulub Pueblo, Yaxkabá y Akil y Kanasin.

Dirigentes municipales acusaron a Torres Rivas de vender las candidaturas, muchas de ellas con clara intención para que pierda el PRI. En otras le falló la estrategia y perdieron sus dorados.

Hasta hoy Torres Rivas se mantiene como presidente estatal del PRI haciendo y deshaciendo a su antojo, corriendo mujeres empleadas del partido, porque de acuerdo con algunas trabajadoras del partido, que pidieron el anonimato, es un “misógino de nacimiento”.

Como ejemplo, señalaron que se mantiene violentando a la secretaria general del partido, Lila Frías Castillo, quien ya lo denunció por violencia política de género, porque se cansó de ser el “ponch” de un perdedor frustrado con la vida.

Y como si los recursos sobraran, corre a gente con una antigüedad laboral y un rango salarial que sí solos abren boquetes financieros al partido.

Algunos ya sospechan que lo hizo a propósito para beneficiar a algunos y en otros casos de plano quería deshacerse de la gente, pero sin medir las consecuencias. Los priistas ya no aguantan ni un minuto más a Torres Rivas.

Ya cuentan los días y las horas para que concluya su gestión al frente del PRI en Yucatán. Dicen que ya le cantan las golondrinas, ya le gritan “Sácate pec”, ya colocan escobas detrás de las puertas para que se vaya de una vez y nunca vuelva.

Si Morena lo quiere, que se lo lleve de una vez; son los corrillos en el Casa del Pueblo.