Quintana Roo

Chatarra de CFE contamina el mar

Luego de la caída de una torre de cableado eléctrico de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a la altura del kilómetro 32, el pasado 8 de junio, a casi cinco meses la “empresa de clase mundial” no ha retirado la estructura de la playa. El percance que se registró alrededor de las 17:00 horas de ese día fue atribuido por la falta de mantenimiento y dejadez de la CFE a esta torre, la número 151.

Tras el incidente, la Isla y comunidades aledañas desde Isla Aguada hasta la Península de Atasta se quedaron sin energía eléctrica por más de 24 horas aquel viernes por la tarde. La línea que reventó debido al paso de una fuerte tormenta causó que la estructura se le doblaran las patas que colindan con el mar y el peso la derribó.

La torre de 59 metros de altura colapsó 25 postes que dotaban de energía eléctrica a viviendas cercanas y el tramo fue cerrado a la circulación por los cables de alta tensión que estaban sobre la carretera.

Remiendos

La CFE, en vez de colocar una nueva torre, instaló varios postes que conectaron las líneas de las demás torres que se ubican sobre la carretera. Los remiendos de la CFE mantienen temporalmente la conexión para el suministro de la energía; sin embargo, la empresa no ha garantizado que estos sean los óptimos. Luego del incidente, la CFE se comprometió a instalar otra torre y no dio detalles de los motivos reales que causaron el colapso además de la situación climatológica.

Ahora

La torre yace sobre el mar, pudriéndose como fierro viejo en la playa bajo el sol, mientras que la CFE solo reparó las bases, pero no se colocó una nueva torre.

En los alrededores los cables rotos fueron retirados y se observan los postes que conectan las otras torres, enterrados en el área y expuestos a futuras tormentas que los puedan derribar. A la fecha la empresa no ha informado si instalará nuevamente o no una nueva torre, por lo que los ciudadanos temen que en cualquier momento los remiendos se rompan y hay otro corte masivo de energía eléctrica en la Isla.

(Texto y fotos: Agustín Ferrer)