Quintana Roo

'Focos rojos” en la construcción

Millonarias inversiones inmobiliarias en la zona de Isla Blanca y los polígonos Sur y Norponiente, “blanco” de grupos delictivos / La CMIC en Quintana Roo confirma la violencia contra el sector / Trabajadores del ramo convertidos en los principales clientes del narcomenudeo

CANCUN, Quintana Roo, 20 de agosto.- Los tres principales puntos de crecimiento urbano de Cancún se han convertido en focos rojos y de inseguridad debido a las extorsiones, cobros de derecho de piso y redes de narcomenudeo.

Se trata del Polígono Sur, la zona de Isla Blanca y el Polígono Norponiente, donde se construyen actualmente conjuntos residenciales, hoteles y casas habitación de interés social, respectivamente.

De acuerdo con reportes policíacos, la industria de la construcción, en tan sólo un año, se convirtió en un campo fértil para la delincuencia y, por ende, en una de los principales sectores para victimizar.

Para ejemplificar esto, los reportes detallan que en estas zonas de construcción urbana se ha establecido una modalidad tripartita de delincuencia, donde las extorsiones, el robo de nómina de trabajadores de la industria y el narcomenudeo, conforman una célula de alto peligro.

Esta situación ha sido confirmada por la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, CMIC, capítulo Quintana Roo. El organismo sostiene que en los últimos 15 meses la violencia ha llegado hasta este sector productivo.

Lo anterior se debe a los números y volumen que manejan los tres principales puntos de crecimiento urbano de Cancún, áreas que muestran un avance significativo en el nuevo panorama urbanístico de la ciudad.

Han sido los números los que atraen a la delincuencia. Por ejemplo, en el Polígono Sur son más de 6 mil trabajadores (albañiles) que laboran para construir nuevos complejos residenciales.

Cada fin de semana, las cantidades de dinero que se mueven para pagar este trabajo son muy altas, debido a que se superan los 300 mil, y hasta los 700 mil pesos, para cubrir la “raya” de los albañiles.

Es debido a estas cantidades se presentan casos de robos con violencia a mano armada en estas zonas, el último de ellos ocurrió el pasado sábado precisamente en el Polígono Sur, donde la Policía Municipal reportó el robo de más de 100 mil pesos a un contratista de esa área.

En el caso de Isla Blanca, en promedio son más de 8 mil alarifes que trabajan de sol a sol para construir lo que ya se conoce como el “Nuevo Cancún”, y se trata principalmente de inversiones turísticas.

En este punto, lo que se ha descubierto es una red de narcomenudeo, el movimiento de estupefacientes en esa zona ha crecido debido a que los trabajadores de la industria de la construcción se han convertido en los principales clientes del narcomenudeo.

Atractiva para la delincuencia

Cabe recordar que los datos de la industria significan peligro para la misma. De acuerdo con los últimos reportes en Quintana Roo, este sector genera 6 millones de empleos directos y 2.8 millones de empleos indirectos y eso los hace atractivos para los delincuentes.

Más aún, cifras del Centro de Estudios Económicos de la Construcción, en el primer trimestre del año, registró disminución en la inversión privada “que aún cuando no lo consideramos grave hemos pedido que se implemente una plataforma para la denuncia anónima porque hasta el momento no tenemos garantías de esa confidencialidad”, indicó una fuente del sector de la construcción a los diarios POR ESTO!

Hasta el momento, no se ha registrado ningún cierre de constructoras o empresas adyacentes al sector, sin embargo, el problema se ha transformado de forma mayúscula. Cada construcción turística maneja nóminas que van arriba de los 100 mil pesos por la cantidad de alarifes y trabajadores que se desempeñan en las obras.

Desde el 2017, el sector de la construcción denunció un incremento de delitos, principalmente la extorsión y asalto a los profesionales del ramo.

De acuerdo con miembros de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, en la zona norte del estado, se ha intensificado la extorsión hacia contratistas en los primeros cinco meses del año.

(Gerardo Reynoso)