Por Olivia Vázquez
Los dos destinos más fuertes del Caribe mexicano cerraron con una caída en ocupación el pasado 2018, de acuerdo a los reportes otorgados por las asociaciones hoteleras más representativas del estado.
Finalmente Cancún cerró con una ocupación 1.6 puntos porcentuales por debajo del mismo indicador que se generó el año anterior, mientras que la Riviera Maya pierde tres puntos porcentuales.
En Cancún, con poco más de 700 nuevas habitaciones que entraron en operación en el destino, el indicador finalmente fue negativo.
En base a las estadísticas otorgadas por el Barómetro de la Asociación de Hoteles de Cancún, que conserva el indicador más cercano a lo que es la actividad turística del destino, el indicador cerró diciembre en 79.8% su promedio general, tocando por días una máxima de 97.9% justo el último día del año en la hotelería de cuatro estrellas que opera bajo el concepto de all inclusive o todo incluido, lo que atrae mayormente turismo norteamericano y nacional que decidió pasar el año en uno de estos grandes desarrollos hoteleros.
Detrás de esta ocupación, también tocó su máximo indicador la hotelería del centro de Cancún alcanzando el último día del año el 96.2% que llevó prácticamente a tener todas las habitaciones llenas en el destino al cierre del 2018, es decir más de 35 mil habitaciones hoteleras fueron ocupadas en el destino el último día del año.
La ocupación, sin embargo, no logró repuntar en los primeros días de diciembre y la pérdida de cuatro puntos porcentuales que venía arrastrando la hotelería del destino durante el año, no logró compensarse en el cierre de año y con todo y el fuerte flujo de visitantes, el año terminó con una caída de 1.6% en comparación con el 2017.
Los meses de mayor caída en la ocupación fueron: enero con un descenso de dos puntos; mayo con casi cinco puntos de diferencia; junio con cuatro por debajo; agosto dos puntos por debajo y septiembre con casi cinco puntos. En total ocho de los doce meses del año el indicador fue inferior al reportado en 2017.
Estas caídas son las que se reflejaron en el número de cuartos ocupados y responden en los meses en que se tuvo la presencia del sargazo con mayor fuerza y también por cuestiones de inseguridad que impactaron la región, pero también se derivan de influencias en los cambios políticos y en la política hostil que no termina por parte del gobierno estadounidense.
Esta caída en la ocupación también se refleja en los indicadores que había otorgado la Secretaría de Turismo Estatal en su perspectiva para el 2018, cuando se pensaba que la ocupación estaría tocando un promedio del 83% sostenido con la llegada de más de cinco millones de visitantes y con una oferta hotelera que estaría superando los 37 mil 800 cuartos.
Para este 2019, la perspectiva de operaciones es favorable para el primer trimestre del año, pero la hotelería muestra incertidumbre en lo que será la temporada de verano, cuando se vuelva a tener la amenaza del sargazo que sigue llegando a la región en bancos aislados pero que podría volver a tomar fuerza para los meses de mayor temperatura en la región.
Riviera Maya
En el caso de la Riviera Maya, la Asociación de Hoteles de esta región registró un descenso del tres por ciento en su demanda de alojamiento con respecto al año anterior y una reducción de 431 mil cuartos noches.
El acumulado fue del 80% en 2018, con un descenso de tres puntos porcentuales, según reveló Conrad Bergwerf, quien señaló que de acuerdo con las estadísticas de ocupación hotelera que prepara el Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo, el número de cuartos noches fue inferior en comparación con 2017, cuando se alcanzó el 83% de ocupación.
En diciembre, la ocupación apenas y registró 79%, un punto porcentual menos que en 2017, aunque las cifras definitivas las estaría arrojando el barómetro de la Riviera Maya en los próximos días.
Entre los factores que le pegan al destino, el líder hotelero mencionó el tema del recale masivo del sargazo que se generó el año anterior y que nuevamente le está pegando a la región, lo que genera una reducción de la estancia de los turistas y una caída de tarifas.