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Quintana Roo

De la Redacción

 

De nuevo, los municipios de Benito Juárez y Solidaridad, se encadenaron con dos hechos sangrientos ocurridos uno tras otro, recordando el ataque al “Blue Parrot” y a la Fiscalía General del Estado, en los que el estado de Quintana Roo, ha quedado evidenciado por la falta de un verdadero combate al crimen organizado.

El llamado “Mando Único” que se aplica en Benito Juárez no ha servido para contener la violencia que día con día se vive en las calles de la ciudad; mientras que en Solidaridad, han sido abandonados a su suerte, por no quererse alinear a dicho esquema policíaco manejado por la Secretaría Estatal de Seguridad Pública.

La violencia generada por el crimen organizado en la zona norte del Estado, enlazaron nuevamente a los municipios de Benito Juárez y Solidaridad, con dos hechos sangrientos registrados el fin de semana.

Primero, el sábado por la noche en Cancún, Ricardo Igor Bravo Herrera, subdirector del Centro de Reinserción Social (Cereso) de esta ciudad, fue víctima de un intento de ejecución a balazos, cuando viajaba en una unidad de traslado del penal, acompañado de un custodio, quien también resultó herido.

El ataque fue perpetrado en el cruce de las avenidas 135 y Nichupté, a unos metros del Cereso, en donde la unidad oficial fue interceptada por una camioneta que se le emparejó y los sicarios soltaron una ráfaga de AR-15, para después escapar libremente.

Al día siguiente de este hecho, por el que no hubo pronunciamiento de las autoridades estatales, a pesar de su gravedad, una masacre se registró en un bar de Playa del Carmen; en el que murieron siete personas y tres más resultaron lesionados.

Autoridades municipales de Solidaridad, condenaron este hecho perpetrado por el crimen organizado, mientras que las autoridades estatales se limitaron a recordar que este municipio, no se ha ‘alineado’ al sistema de “Mando Único”.

Precisamente por no formar parte de este modelo policíaco emprendido por la Secretaría Estatal de Seguridad Pública, el municipio de Solidaridad ha sido dejado a su suerte, sin presencia de la Policía Estatal Preventiva (PEP), como ocurre en Benito Juárez en donde la Policía Municipal fue entregada al Estado y hoy es llamada “Policía Quintana Roo”.

Aun así, en Cancún los hechos violentos no se han detenido, pues después de que la Secretaría Municipal de Seguridad Pública y Tránsito fue entregada a Jesús Alberto Capella Ibarra, siguieron las ejecuciones, los robos y asaltos violentos, además de los secuestros y “levantones”.

Estos dos hechos registrados el fin de semana, hicieron recordar los ocurridos precisamente en enero de 2017, cuando dos acciones violentas del crimen organizado se registraron en Playa del Carmen y Cancún, apenas con horas de diferencia.

En aquella ocasión -el 16 de enero-, seis personas fueron asesinadas y más de una docena resultaron heridas en el bar “Blue Parrot”, en donde se llevaba a cabo un evento internacional de música electrónica.

Al día siguiente, un ‘comando’ de alrededor de 30 sicarios atacó la Vicefiscalía de la Zona Norte en Cancún, ejecutando a balazos al policía ministerial que estaba de guardia en la entrada, ingresando a la dependencia, después de lanzar una granada de fragmentación.

Tres de los sicarios fueron ultimados por la policía, durante un enfrentamiento que desquició la zona centro de la ciudad, mientras que el resto logró escapar.

A dos años de esos hechos, nuevamente los municipios de Solidaridad y Benito Juárez vuelven a evidenciar la falta de una verdadera coordinación policiaca y una verdadera estrategia en materia de seguridad, en el estado de Quintana Roo.

 

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