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Quintana Roo

La ZH no coincide con la planeación original

Por Yolanda Gutiérrez

A punto de cumplir 50 años, la planeación original de la Zona Hotelera no coincide en lo absoluto con la realidad de nuestros días; y aunque en un principio, el proyecto versaba en pequeños hoteles y villas de pocas plantas, enfocados a un turismo exclusivo que pudiese disfrutar la hermosa vista del agua color azul turquesa del Caribe desde cualquier punto del bulevar Kukulcán, la realidad es que prácticamente no queda una sola ventana al mar, debido a la construcción de grandes centros de hospedaje que tapan la magnífica vista del mar y del mismo Sistema Lagunar Nichupté.

Del lado del mar, los edificios están pegados unos a otros sin dejar el mínimo espacio entre estructura y estructura y cuando este existe, por lo general está resguardado por rejas cerradas a toda hora, mientras que por la parte de la laguna, aunque todavía quedan amplios espacios desde los que se puede apreciar el cuerpo de agua, se prenden los focos de alerta a causa de las nuevas edificaciones que se levantan en todo su perímetro, a las que se suman marinas, restaurantes y demás negocios enfocados al turismo que comenzaron a tapar las ventanas a la laguna desde años atrás sin impedimento alguno.

A estas alturas, los únicos lugares donde el turismo puede contemplar las límpidas aguas del Caribe son el puente Calinda y playa Delfines, con su espléndido mirador; del lado de la laguna sucede prácticamente lo mismo y, aunque se vislumbra el cuerpo acuífero, lo es desde contados lugares, especialmente en la zona residencial de Pok-Ta-Pok, donde a pesar de que las viviendas se levantan una junto a otra, aún quedan espacios por los que apreciar la laguna Nichupté.

Según mencionan hoteleros radicados en Cancún desde sus comienzos, las autoridades en turno cambiaron conceptos y densidades, hasta el punto de que en el lado del mar había muchas ventanas que permitían a los ocupantes de los vehículos contemplar la belleza del Caribe, mientras que ahora prácticamente no queda nada y la Zona Hotelera se convirtió en una plancha de cemento, con arenales en los que difícilmente se encuentran matas de coco, pero sí mucho sargazo en el verano, aunque para estas fechas su presencia es casi nula.

Varios hoteles se ubican en la zona residencial de Pok-Ta-Pok, donde además se levantan algunas nuevas construcciones y se llevan a cabo remodelaciones de residencias prácticamente al pie de la laguna, de por sí bastante contaminada, lo que afecta sensiblemente el entorno ecológico.

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