(Primera Parte)
Por Justino Xiu Chan
FELIPE CARRILLO PUERTO, 20 de octubre.- Para la creación de Chan Santa Cruz hoy Felipe Carrillo Puerto se tuvo que sucumbir cientos o miles de vidas de mayas, seguidores de la cruz; historia que para muchos desconocen y se mantienen vivas fechas, momentos trascendentales de la creación de esta ciudad, que hoy se encuentra en el olvido, por el cronista Mario Chan Collí.
De acuerdo a información dada a conocer por el cronista de la ciudad de Felipe Carrillo Puerto, comentó que “mediante recopilaciones e investigaciones que se ha venido realizando durante varios años, se tiene la historia certera de la fundación de Chan Santa Cruz, hoy Felipe Carrillo Puerto.
Con la retirada maya en el año de 1848, las fuerzas de los hacendados yucatecos, auxiliados con armas y el ejército se reagruparon. Después de recibir unos cargamentos de armas y vituallas muy necesarios, comenzaron a reconquistar la península en dirección este, capturando de nuevo una ciudad tras otra.
En la primavera de 1849, los mayas habían sido expulsados de la mayoría de las ciudades del oeste y centro de la península y se retiraban hacia las selvas orientales yucatecas.
Sus líderes, Jacinto Pat y Cecilio Chi habían sido ya asesinados. En 1850, los mayas derrotados y perseguidos, pero sin intenciones de rendirse, iniciaron un repliegue hacia las zonas deshabitadas del oriente de la península, internándose aún más en la selva.
A mediados de ese mismo año, José María Barrera descubrió un manantial cercano a K´ampocolché. Para marcar su localización grabó una cruz en un árbol de cedro o k’ulché (madera de Dios). Poco a poco los rebeldes dispersos en la selva descubrieron el manantial y empezaron a asentarse a su alrededor.
Consideraron a la cruz como algo milagroso y la colmaron de ofrendas. Barrera se dio cuenta de este hecho y decidió aprovecharlo para mantener encendida la chispa de la rebelión. Mandó a hacer tres cruces de madera y convenció a los mayas de que ésta había descendido del cielo para apoyarlos en la lucha.
Pronto se divulgó el hallazgo entre los sublevados y como la fuente se hallaba a ocho leguas apenas de la Bahía de la Ascensión, visitada fácilmente por los ingleses, y a notable distancia de los cantones más avanzados de la línea, varias familias indias comenzaron a levantar sus chozas alrededor de la gruta para evitarse la molestia de hacer un viaje diario en busca de agua.
Esta recibió el nombre de Noj Kaj Santa Cruz Bala´am Naj , a futuro capital religiosa, política y militar de los insurrectos. Oficialmente, el ejército tuvo conocimiento de este nuevo centro poblacional en 1851, con el nombre de Chan Santa Cruz.
El descubridor del manantial comenzó de esta manera a agrupar alrededor de sí un considerable número de sublevados que con el paso del tiempo fue creciendo. El primer mensaje que las cruces transmitieron a los fieles se dio en la forma de un sermón, escrito por Juan de la Cruz Puc.
El sermón de Juan de la Cruz data del 15 de octubre de 1850 y en él se asienta que la Cruz Parlante nace al mundo y comienza a hablar precisamente en esa fecha.
Desde unos meses antes, el asentamiento fundado por los mayas dispersos alrededor de las cruces fue tomando forma y empezó a ser conocido como Chan Santa Cruz (“pequeña santa cruz”). Sus pobladores, los mayas rebeldes, empezaron a llamarse a sí mismos Cruzoob , los adoradores de las cruces.
La fecha del sermón reviste gran importancia, pues marca con más precisión el origen de lo que sería el santuario de los rebeldes hasta el final de la guerra de castas. Después de Juan de la Cruz, Barrera requirió del apoyo de un sacerdote llamado Manuel Nahuat, de quien se dice que era ventrílocuo y, quien, en las grandes reuniones a que eran llevadas las cruces, pronunciaba largos discursos que parecían proceder de éstas.
Sermones de la Cruz Parlante
Estos discursos tenían por principal objeto el de contagiar a los mayas contra los blancos asegurándoles que pronto iba a cambiar el aspecto de la guerra. Muy pronto comenzaron a palparse los efectos de la nueva religión Cruso’ob que se apoderó del ánimo de los rebeldes.
Sucesos importantes. Según prensa escrita.
En la madrugada del 3 de enero de 1851; una masa compacta de mayas que un periódico de la época hace ascender a 2,000; se arrojó súbitamente sobre el cantón de K´ampocolché, haciendo retroceder en dispersión a los soldados que guarnecían las trincheras avanzadas, y penetrando hasta la plaza, de cuyos puestos principales se apoderó en un instante. El mismo capitán Maldonado, jefe del campamento, se vio en la necesidad de seguir a los que se retiraban; pero se detuvo en los términos de la población, y reorganizando a los dispersos, atacó a los invasores a su retaguardia.
Una fuerza que se hallaba en una colina de la plaza, y que fue la única que no abandonó su puesto, secundó eficazmente los esfuerzos de su jefe, haciendo un fuego vivo y nutrido sobre los sublevados; estos se defendieron por el espacio de dos horas con un valor de que hacía mucho tiempo no daban muestra ninguna; pero al fin se vieron obligados a huir dejando un centenar de cadáveres en el recinto del pueblo y en los caminos por donde fueron perseguidos.
Las revelaciones de algunos prisioneros hicieron conocer bien pronto al coronel Rosado la fundación del pueblo que denominaban Chan Santa Cruz, y conociendo cuan peligrosa podía ser para la causa de la civilización esta nueva guarida, protegida por la creencia de sus habitantes, resolvió hacer los esfuerzos posibles para exterminarla.
Con este objeto salió de K´ampocolché el 21 de marzo una fuerza de 220 hombres al mando del coronel Novelo, la cual desviándose del camino principal y forzando marchas, logró sorprender a Santa Cruz en la madrugada del 23, desmantelando las viviendas, matando al sacerdote Manuel Nahuat, que intentó defenderse con su machete, pero sucumbió en la lucha.
El coronel Novelo se llevó las tres cruces y otras reliquias al pueblo de Yalcobá. También cayó en su poder un gran número de familias, pues sólo tuvieron tiempo de huir los hombres de guerra. Pero el coronel Novelo no pudo traer consigo a sus prisioneros, porque la fuerza de que disponía no era suficiente para guardarlos, y se limitó a cargar con las cruces y algunos de los objetos más valiosos de la expedición.
Terrible fue el golpe que recibieron los insurrectos con la desaparición de las cruces que daban vida a la nueva población, y con la muerte del hombre que interpretaba su voluntad. Pero pronto surgió un nuevo sacerdote que se hizo anunciar por medio de un escrito, en el cual revelaba a sus adeptos la voluntad divina.
Decía en el que las cruces llevadas a K´ampocolché se habían negado a hablar con los blancos, porque sólo querían a los indios; y para probar a los últimos este amor, el ministro les anunciaba que pronto serían vengados y que sus ejércitos triunfantes llegarían hasta la capital del estado.
Al mismo tiempo que se hacían estas predicciones para reavivar a los sublevados, Barrera cuidaba de fortificarse en Chan Santa Cruz y sus inmediaciones con el objeto de poner a la población al abrigo de una nueva sorpresa.
José María Barrera, que había logrado escapar del ataque de Novelo, volvió a instalar las tres cruces en las ruinas de Chan Santa Cruz, defendida ahora con barricadas y patrullas. Las nuevas cruces se consideraron “hijas” de las anteriores, y una de ellas se convirtió en “la Santísima”, la venerada Cruz Parlante, que continuaría transmitiendo sus designios a los rebeldes.
Aparecieron muchas otras cruces, con características sagradas menos importantes, que se repartieron en pueblos, casas y santuarios menores. Los mayas las vestían como corresponde a su sexo, con huipiles, faldas y cintas de colores, y las veneraban como símbolos de Dios y de la Santísima Trinidad.
El 3 de mayo de 1851, día de la Santa Cruz, al frente de 135 hombres, el coronel González atacó nuevamente Chan Santa Cruz abandonando el asedio al día siguiente. A su regreso al campamento yucateco, reportó que el pueblo continuaba creciendo. De hecho, Barrera inició la construcción de un templo de palma para albergar a las cruces, con una antesala para los fieles y una estancia separada, llamada “la Gloria”, donde se encontraba la Cruz Parlante.
Después de este segundo ataque al santuario de los Cruzoob, los soldados yucatecos, muchos de ellos licenciados, se fueron retirando hacia al oeste de la península. Así, amplias zonas colindantes con la selva oriental quedaron sin reservas. El general Micheltorena fue remplazado por el general Rómulo Díaz de la Vega y en diciembre de 1851 salió de gira de inspección a Valladolid y Tihosuco, e inició la formación del ejército regular.
En febrero de 1852 decidió emprender una acción terminante contra los Cruzoob y avanzó desde Tihosuco hacia Chan Santa Cruz, donde llegó el 24 de febrero. Se internó hasta el centro del pueblo, que encontró mucho más grande, pero desierto. A principios de abril, sin entablar una sola batalla con los Cruzoob, marchó hacia el sur y se reunió con otras columnas en Bacalar y posteriormente con las tropas del coronel Baqueiro en Chichanhá.
En este momento, los yucatecos pensaron que la guerra de castas había terminado, ya que, aparentemente, los rebeldes se habían dispersado y refugiado en lo más recóndito de la selva. El ejército yucateco inició su retirada hacia occidente. En diciembre de 1852, los jefes Cruzoob Venancio Pec y Florentino Chan murieron en combate. Lo mismo ocurrió con José María Barrera, después de una correría por la Bahía de la Ascensión.
En 1853, los insurgentes del territorio occidental de Yucatán firmaron una tregua. Los mayas orientales, no obstante, se retiraron a la colindante selva de Quintana Roo, donde en 1858 crearon un estado independiente con capital en Chan Santa Cruz. Allí mezclaron las tradiciones cristiana y maya en el culto Cruzoob, en el que se fundieron elementos cristianos como el sacramento de la comunión con creencias tradicionales indígenas.
El general Ignacio A. Bravo entró a Chan Santa Cruz o a Santa Cruz Balan Nah el 4 de mayo de 1901. Gobernó el general Bravo de 1903 a 1912. El entonces gobernador de Yucatán, general Salvador Alvarado devolvió el mando a los mayas en 1915 como resultado de la revolución mexicana de 1910.
Fueron 51 años de autogobierno. 1850-1901.
El general José María de la Vega fue su primer jefe político.
El segundo jefe político fue el general Ignacio A. Bravo.
Datos adicionales:
1901: se le denomina Santa Cruz de Bravo.
1932: municipio libre de Santa Cruz.
1934: municipio de Felipe Carrillo Puerto.
1974, como resultado de la Constitución Política se crea el municipio de Felipe Carrillo Puerto y entra en vigor en 1975 con la conversión del territorio a estado libre y soberano.