Por Yolanda Gutiérrez
Pese a que México es un país rico en tradiciones, especialmente cuando llegan las fechas para recordar a quienes se nos adelantaron en el camino, queda patente que el globalizado Halloween está a la par o incluso pesa mucho más que el tradicional Día de Muertos, lo que se aprecia a simple vista en mercados, tiendas de autoservicio y negocios dedicados a los disfraces.
En los establecimientos comerciales prevalecen las calabazas, tridentes y disfraces de brujas sobre artículos autóctonos enfocados a las festividades e incluso negocios con venta de adornos alusivos a la festividad mexicana compaginan las catrinas, papel picado y objetos para los altares con máscaras, arañas y demás truculencias de tan buena aceptación entre la ciudadanía, especialmente los más jóvenes.
En el Mercado 23, uno de los puntos tradicionales de venta de artículos relacionados con las celebraciones de las fechas, varios locales establecidos exhiben todo tipo de objetos alusivos al Halloween, mientras que en las banquetas e isletas del inmueble, los puestos ofrecen a la ciudadanía calaveritas de azúcar y otros dulces, féretros, catrinas y demás artículos relacionados con el Día de Muertos.
También hay negocios que compaginan la venta de artículos de Halloween con los relacionados al Día de Muertos, aunque a criterio de sus responsables, la gente compra más adornos del primero, excepto cuando se trata de adquirir objetos para preparar altares de muertos.
Griselda P., empleada de un local enfocado a la venta de artículos de Halloween, manifestó que por lo general los clientes compran calabazas de plástico destinadas a recolectar los dulces que los más pequeños piden de casa en casa, disfraces de brujas, diablos y esqueletos, así como tiras de color negro y naranja para decorar sus hogares.
“Lo que sí nos hemos dado cuenta por otros años es que la gente tiende cada vez más a mezclar lo que es el Halloween con el Día de Muertos, compran cosas de ambas culturas y lo revuelven todo”.
Agregó que mientras en buena parte de las escuelas privadas se inculca a los niños la cultura del Halloween, que relacionan automáticamente con las festividades del Día de Muertos, en las instituciones públicas se cuida más la tradición y clara muestra son los concursos de altares de muertos que se organizan en estas fechas.
“La mayor parte de lo que se ofrece es en relación a Halloween, tenemos desde arañitas de plástico y otros insectos hasta disfraces de brujitas y diablos, además de máscaras de plástico y látex, dientes de zombi, pequeños esqueletos de plástico, osamentas articuladas, papel picado, tiras de color negro y naranja, maquillajes y accesorios de todo tipo”.