De la Redacción
CHETUMAL, 23 de marzo.- Suman cinco años del asesinato del regidor del Ayuntamiento de Othón P. Blanco, Marco Antonio May Molina, sin que hasta la fecha se esclarezca el crimen. Hasta el momento no hay justicia para la familia, siendo que no se ha sentenciado a los supuestos autores materiales, ni se ha atrapado a los autores intelectuales.
Fue la noche del 21 de marzo de 2014, cuando el concejal fue asesinado en la puerta de su domicilio, ubicado en la colonia Adolfo López Mateos de esta ciudad, en presencia de sus dos hijas menores de edad.
May Molina no sobrevivió a las heridas que le causaron con arma blanca, pues por la pérdida de sangre no alcanzó a recibir los servicios de emergencia, ya que cuando los paramédicos llegaron al lugar de los hechos, éste ya había perdido la vida.
Dos sujetos llamaron a la puerta del domicilio del regidor, situado en la calle Heriberto Jara número 348, entre la avenida CNC y calle Luis Cabrera. Mientras dialogaba con uno de ellos, el segundo sacó de entre sus ropas un cuchillo y lo apuñaló en dos ocasiones por la espalda, a la altura de sus pulmones.
Tras lesionarlo de muerte, los delincuentes huyeron sobre la avenida Heriberto Jara hacia el sur de la ciudad y desaparecieron de la vista de los testigos.
Inmediatamente, los vecinos llamaron a los servicios de emergencias, por lo que llegó una patrulla de la Policía Estatal Preventiva y una ambulancia de la Cruz Roja Mexicana. Los paramédicos bajaron la camilla y los familiares subieron al regidor a la misma, para inmediatamente introducirlo a la ambulancia, donde los paramédicos intentaron reanimarlo, pero sin que tuvieran éxito.
Antes de contender por la Presidencia Municipal de Othón P. Blanco, por el PT, elección en la que alcanzó los votos suficientes para ocupar un espacio dentro del Cabildo, Marco Antonio May Molina fue dirigente sindical del Instituto Tecnológico de Chetumal (ITCH).
El concejal asesinado era conocido por ser una persona bastante tranquila, mesurado en sus declaraciones y concentrado en su trabajo, por lo que causó consternación la noticia de su asesinato.
El inesperado crimen se presentó en una coyuntura política de distanciamiento con la dirigencia del Partido del Trabajo (PT), justo cuando alcanzaba mayores proporciones el conflicto con los miembros de la Comisión Ejecutiva Estatal.
Entre las revelaciones que el concejal othonense hizo en meses anteriores, están que había sido amenazado de muerte por el militante petista Gerardo Alfaro Calvo, cercano colaborador de los dirigentes Mauricio Morales Beiza y Hernán Villatoro Barrios, con quienes May Molina tuvo diferencias públicas, las cuales se habían recrudecido en la semana anterior a su muerte; pero nunca procedió penalmente contra el sujeto.
El beneficiario directo de su muerte fue Miguel Ángel Morales Beiza, hermano de uno de los dirigentes estatales del partido, Mauricio Morales Beiza, quien como suplente de May Molina asumió el cargo de regidor.
Marco Antonio May constantemente era presionado y criticado en los medios de comunicación por Mauricio Morales Beiza y el presidente del partido, Hernán Villatoro Barrios, quien declaró que expulsaría a May Molina.
Desde finales de 2013, Marco May expuso ante reporteros del POR ESTO! de Quintana Roo, que el distanciamiento con la dirigencia del PT era producto de una campaña donde lo señalaban de “traidor” y que lo expulsarían del partido, lo cual se presentó casi desde el momento en que asumió el cargo como décimo quinto regidor, pues no congeniaba con los intereses y forma de hacer política de la dirigencia, que de manera conjunta encabezan Hernán Villatoro Barrios y Mauricio Morales Beiza.
Señalaba que no estaba de acuerdo con las presiones que ejercía Mauricio Morales Beiza, quien le pedía “golpear” constantemente en los medios de comunicación al entonces presidente municipal de Othón P. Blanco, Eduardo Espinosa Abuxapqui, con la finalidad de lograr algún acuerdo económico que favoreciera al partido.
De hecho, también existía una presión por incluir en la nómina de sus asistentes a personal del PT, lo que provocó un conflicto, pues mientras Marco May tenía un equipo de trabajo, le impusieron añadir algunas personas que simplemente cobrarían durante la administración, como fue el caso de su suplente Miguel Ángel Morales Beiza, quien cobraba 2 mil pesos quincenales como asistente en la comuna.
Por estas diferencias es que fue catalogado como “traidor” y uno de los militantes que más lo señalaba era precisamente Gerardo Alfaro Calvo, quien le enviaba mensajes con insultos y amenazas a su teléfono celular.
Familiares y amigos del regidor aseguran que también existían amenazas de muerte dentro de estos mensajes enviados por Alfaro Calvo.
Esta rispidez al interior del PT propició que May Molina no se acercara a las oficinas del partido en Chetumal, ubicadas en la avenida Insurgentes, donde la dirigencia le pedía que atendiera sus asuntos, por lo que prefirió trabajar en su cubículo del área de regidores del Palacio Municipal, donde se le veía todos los días.
El concejal externó en diversas ocasiones que no comprendía el fondo del asunto por el cual tanto el actual diputado Hernán Villatoro Barrios como el exdiputado Mauricio Morales Beiza, constantemente usaban los medios de comunicación para atacar al concejal de Othón P. Blanco y no abordaban de frente qué problema tenían contra su persona, ni platicaban con él sobre los temas municipales para fijar posturas.
Es necesario mencionar que dentro de las ultimas pláticas de representantes del POR ESTO! de Quintana Roo con Marco Antonio May Molina, éste externaba estar cansado de este golpeteo mediático de quienes dirigían el PT en Quintana Roo, Hernán Villatoro Barrios y Mauricio Morales Beiza, al grado de que analizaba renunciar al partido por el actuar incongruente de la dirigencia y por el desprestigio a su persona que se realizaba con los militantes en los municipios del sur de la entidad.
Incluso, comentó que gente del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) se le había acercado para proponerle que en caso de que renunciara al PT, tendría las puertas abiertas en esta agrupación política, al momento de constituirse como partido político.