Por Salvador Canto
No obstante los ambientes marinos están regulados por normas establecidas por distintas dependencias, no existe una Norma Oficial Mexicana (NOM) que considere a los Arrecifes de Coral un ecosistema valioso y que hoy, con la acelerada afectación que ya registran por diversos factores como cambios de temperatura y la contaminación, además de la enfermedad conocida como ‘síndrome blanco’ que ha estado causando una mortandad a gran escala en los últimos meses, se requiere de acciones más concretas por parte de las autoridades para atender con urgencia la problemática.
En ese sentido, el Dr. Lorenzo Álvarez Filip, investigador titular del Laboratorio Biodiversidad Arrecifal y Conservación (Barcolab) de la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales (UASA) del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM con sede en Puerto Morelos, quien además es el presidente de la Sociedad Mexicana de Arrecifes Coralinos, consideró que es necesario que los Senadores retomen la propuesta que se les hizo hace tres años para que exista una protección específica a los arrecifes de México.
“Necesitamos convencer a los Senadores que se meta una propuesta de normatividad o de ley para generar esta Norma Oficial Mexicana para arrecifes de coral y, entonces, ahora sí que esté englobada la protección de los arrecifes de coral en una sola normatividad y todas las acciones que tengan que ver con los arrecifes, estén dentro de esa ley. Eso sería muy importante, que los políticos se involucren”, expresó en entrevista con Por Esto! de Quintana Roo.
Recordó que como presidente de la Sociedad Mexicana de Arrecifes Coralinos, “desde el 2017 estamos teniendo contacto con Senadores y gente que está en la parte donde se pueden tomar decisiones políticas para crear leyes para que los Arrecifes de Coral sean considerados un ecosistema valioso y tengan su propia normatividad, así como existe una donde se regula todo lo relacionado con los manglares”, comentó.
Dijo que si bien los arrecifes están reglamentados por diferentes normas como es el caso de la Secretaría de Energía que tiene regulaciones para arrecifes por la explotación petrolera, la Conanp (Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas), la Conapesca (Comisión Nacional de Pesca y Acuacultura), entre otras que engloban regulaciones, pero todas son desde el punto de vista del interés de esa autoridad.
Mencionó que en un documento oficial y sencillo que se ingresó a la Cámara de Senadores desde el 2016 entre la Conanp donde estaban más involucrados la gente del Pacífico y la Sociedad Mexicana de Arrecifes de Coral, se solicitó que se le diera seguimiento a la creación de una Norma que proteja a los arrecifes.
“El documento ya está en sus manos, sólo falta que lo retomen porque ahí lo tienen, pero tristemente en nuestro país hay otras prioridades que siempre van dejando a un lado esta propuesta, pero sería importante que le dieran seguimiento y hoy más que nunca porque existe un problema grave con los corales”, mencionó el investigador que hace dos años obtuvo el World Reef Award 2017, otorgado por la International Society for Reef Studies, debido a su trabajo en conservación de arrecifes coralinos y el impacto antropogénico en su degradación.
También refirió que otra instancia que debería involucrarse con el tema de los arrecifes es la relacionada con el turismo debido a que “es bien importante porque tenemos que saber comunicar también, ya que la gente del medio ambiente comenta que los arrecifes hay que salvarlos, pero la gente de turismo tiene otra visión que se basa en indicadores económicos, generación de empleos y otras cosas, pero realmente a ellos no les interesa tanto en ecosistema a pesar de que eso es lo que les está generando la ganancia, por lo que de igual manera, deberían de involucrarse”, señaló el entrevistado.
Desde el 2015, en una publicación hecha por el investigador de la UNAM, sostuvo que el principal problema que enfrentan los arrecifes de las costas de Quintana Roo es la pérdida de la calidad del agua marina.
Dijo que los corales formadores de hábitat necesitan aguas claras y sin nutrientes para desarrollarse plenamente.
Además comentó que el incremento en materia orgánica y bacterias provenientes de descargas residuales están asociadas con enfermedades coralinas, que algunos casos han resultado en eventos de mortandad masiva.
Recalcó que esta pérdida de calidad en el agua marina se asocia directamente al rápido desarrollo costero y la alta demanda de recursos que genera la industria turística en el Caribe mexicano.
“Hace tan sólo cinco décadas, las costas de lo que hoy es el estado de Quintana Roo eran parte de un territorio casi despoblado, donde habitaban solamente algunos pescadores. Hoy, la región es líder en turismo de playa, con lugares mundialmente conocidos como Cancún, Playa del Carmen, Tulum y Cozumel”, refirió.
Abundó que sus visitantes son atraídos por los arrecifes coralinos o por la arena blanca de las playas y las aguas color turquesa llenas de vida marina, condiciones que solamente pueden darse en costas con arrecifes saludables.
“Las mayores formaciones arrecifales en nuestro país se encuentran en el estado de Quintana Roo y, al igual que sus pares en otras regiones del mundo, están en peligro”, advirtió desde ese entonces, con base al Reporte del Estado de Salud del Arrecife Mesoamericano, donde los resultados no fueron nada alentadores, pues de un total de 248 sitios que se evaluaron en las costas de Quintana Roo, Belice, Guatemala y Honduras, se dijo que 57 por ciento se encuentra en un estado delicado de salud.
Barcolab, preocupados
por la protección
Al hablar sobre la labor que realizan dentro de la UASA con el tema de la ecología y conservación de arrecifes coralinos, el responsable del Laboratorio de Biodiversidad Arrecifal y Conservación (Barcolab), explicó que “aquí trabajamos para entender la relación que tienen los corales o los arrecifes con los organismos que viven en ellos, es decir, las relaciones ecológicas que existen”.
Y agregó: “trabajamos para entender históricamente cómo han cambiado los arrecifes en el tiempo, los cuales desafortunadamente han pasado una serie de eventos que los han ido perturbando y degradando”.
El Dr. Lorenzo Álvarez Filip, sostuvo que “ahora estamos tratando de entender la capacidad de cómo es que los arrecifes van tener que persistir en el tiempo, lo cual es muy importante desde el punto de vista de los servicios ambientales que nos están proveyendo a los seres humanos como puede ser la protección costera, el proveer recursos pesqueros, el atractivo turístico, entre otras funciones”.
Entonces -insistió-, esa capacidad de persistir de los arrecifes es básicamente la capacidad que van a tener los arrecifes de proveernos de esos servicios y eso es algo que estamos trabajando mucho.
Mencionó que otro aspecto, es el entender las estrategias de conservación como pudieran ser por ejemplo las Áreas Marinas Protegidas donde “nosotros estamos tratando entender cuáles son los efectos, qué tanto están sirviendo, si protegen o no los arrecifes, si tienen o no los recursos necesarios para ello”.
Destacó que la última línea de investigación que llevan es entender cuáles son los cambios, los agentes o efectos que están haciendo que se modifiquen los arrecifes y para lo cual “en el Caribe Mexicano estamos trabajando mucho en ver los efectos que tiene todo el desarrollo costeros, la perturbación de los ambientes, la contaminación del acuífero sobre los arrecifes de coral”.
Durante la entrevista, quien también forma parte de la Royal Society Newton-Advanced Fellowship y es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel 1, señaló que “lo que hemos observado no solo en este laboratorio, sino en muchos más en la región, es que la principal amenaza que está haciendo que los arrecifes de corales estén cambiando, es toda esta presión de desarrollo que genera destrucción de hábitat, de manglar, de duna costera y sobre todo, de contaminación del manto freático, es decir, del agua dulce lo cual se da generalmente por aguas residuales, por granjas o por la agricultura o por muchas otras actividades humanas que están contaminando el agua de los ríos subterráneos”.
Recordó que esta agua eventualmente va a ir a dar al mar con contaminantes y nutrientes que no son buenos para los arrecifes, pues lo que hacen es favorecer a que otros organismos como son las algas comiencen a proliferar y a crecer mucho más.
“Si el coral se muere, van a crecer algas encima y ya no vamos a tener corales, así de simple”, advirtió.
Asimismo, mencionó que por otros procesos que son de erosión, se va a ir deshaciendo la piedra y lo que vamos a ir teniendo es un arrecife más plano que no va a darle hábitat a las especies y así no nos va a dar importantes servicios como protección de la costa.
“Cuando no hay arrecife y viene un huracán, te destruye la playa totalmente, pero cuando hay arrecife, sí hay afectación pero no se destruye totalmente”, comentó a manera de ejemplo sobre una de las importancias de los arrecifes.
Dijo que otro valor es que toda la arena blanca de las playas, es básicamente producto de los corales y otros organismos que viven en los arrecifes.
“Cuando se deje de tener estos corales que no va a ser mañana, pero sí en unos años o décadas, lo que vamos a tener es que no habrá arena blanca porque ya no van a estar los productores de esa arena, por lo que los efectos que tienen hacia nosotros no son inmediatos”, resaltó el investigador de la UNAM.
Sostuvo que a diferencia del sargazo que llega y al otro día los turistas se van porque huele feo el mar, es un ejemplo de que efectos que son de un día para otro sí afectan inmediatamente, “por eso la sociedad está tan perceptiva a eso, pero con el problema de los arrecifes que están sufriendo muchísimo pero donde los efectos que van a tener hacia nosotros será en 10 o en 20 años, no se le toma mucho en cuenta”.
A manera de ejemplo, mostró una gráfica que está elaborando para una presentación que tendrá en un foro, donde establece que de 1977 al 2002, la cobertura de coral ha ido en descenso, es una situación continua en esa misma vertiente.
Dicha grafica la estableció con fotos personales para demostrar en el periodo de su vida, se ha perdido más del 80 por ciento del coral en el Mar Caribe.
Incluso, refirió que con nuevos datos aportados por varios colegas de la UASA, “hicimos un ejercicio similar desde Isla Contoy a Xcalak, donde pusimos todos los datos que tenemos y básicamente es lo mismo, donde se establece que desde la década de los 70’s y 80’s teníamos cobertura de coral mucho mas altas de lo que tenemos ahora y este declive es algo que hemos venido viendo gradualmente”.
La enfermedad de los corales
El Dr. Lorenzo Álvarez Filip, quien cuenta con una licenciatura por la UNAM, una maestría por el Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada, un doctorado por la University of East Anglia, Reino Unido y un postdoctorado por la Simon Fraser University, Canadá, recalcó que lo que han dicho en talleres y en foros, es que esto que está pasando de las enfermedades es gravísimo porque lo que se está viendo en estos últimos meses, es similar a lo que ha pasado en 40 años. “Estamos perdiendo muchísimos corales, hay mucha mortalidad de corales en estos momentos”, subrayó.
En cuanto a la estrategia que están llevando a cabo, comentó que “tenemos una que tal vez no sea tan relevante en el corto plazo, pero sí importante a lo largo que es darle monitoreo y seguimiento a lo que está pasando y aquí, es algo donde todos estamos muy involucrados”.
La otra estrategia -dijo-, es la alianza entre la Conanp y otras organizaciones para diseñar una estrategia de atención al problema y que eso se compone del monitoreo que es lo que están haciendo, evaluar el tratamiento de la enfermedad.
“Lo que hemos visto porque se están contagiando tan rápido, es que dar un tratamiento particular es muy difícil, pero se están haciendo esfuerzos y la conclusión es que se atenderán ciertas colonias como muy grandes, pero las demás desafortunadamente no habrá la capacidad de hacerlo, pues este tratamiento específico, consiste estar una hora tres buzos en una colonia de coral y estamos hablando que en un sitio pueden haber miles de colonias, entonces realmente no va a resolver el problema pero la idea es tratar salvar lo más que se pueda”, explicó.
El oncólogo, mencionó que otra estrategia que están trabajando en el Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura (Inapesca) que es algo como de película de ciencia ficción, es sacar un poco de los corales sanos de las especies enfermas y esos guardarlos en laboratorio para preservarlos por si se mueren en el medio natural, se tengan muestras para poder usarlas y regresarlas posteriormente.
Y en este punto, mencionó que la estrategia a gran escala, “sin duda es concientizar y sensibilizar a la gente y tratar de empezar a generar grupos de acción porque una cosa que estamos haciendo mucho, es trabajar con los prestadores de servicios de buceo para generar alianzar para que nos ayuden a monitorear la enfermedad. Hay otros grupos que están trabajando para llevar el tema a otros niveles del gobierno, y todos los involucrados, estamos haciendo el mayor esfuerzo”.
El investigador entrevistado, comentó que desde el punto de vista académico, “estamos haciendo mucho como cambiar nuestro lenguaje, de lo técnico a lo práctico y personalmente lo que estoy tratando de hacer y mucha gente que trabaja en mi laboratorio, es participar activamente en foros y estar tratando de explicar este tipo de cosas de una manera sencilla para que la gente pueda ir percibiéndolo y entiendan que se trata de un problema realmente preocupante”.
Señaló que si bien los foros y talleres están sirviendo porque se llega a un sector de la sociedad lamentó que no sea toda.
“Digamos que solo se está llegando a la gente que ya está familiarizada que tiene una conciencia ambiental, conocen los recursos o tienen interés, pero hay una gran necesidad de llegar al grueso de la población y eso, es uno de los principales retos que como científicos tenemos para informarles qué es lo que estamos descubriendo pero también qué es lo que estamos haciendo y que al momento de transmitirlo no solo sea a un sector, sino a la sociedad en general”, comentó.
Por ello, dijo que hay muchísimo trabajo que hacer en ese sentido, pero “de alguna manera lo que estamos tratando de hacer es generar actividades, por ejemplo un colega de Puerto Vallarta me invitó a participar para generar una exposición de museo de los arrecifes, cuya actividad es itinerante en varios Estados del país donde los niños pueden conocer lo que es un arrecife, sus beneficios y sus amenazas y estas son actividades que los científicos estamos haciendo para buscar de alguna manera, comunicarnos con la sociedad, pero ahí sí necesitamos muchísimo más apoyo, incluso de la prensa”.
Finalmente, dijo que otra actividad que están haciendo, es generar alianzas sobre todo con el gobierno y “uno de los principales aliados en mi laboratorio es la Conanp, porque al final de cuentas nosotros generamos conocimiento, pero nosotros no somos los encargados de que esto se haga ley y se aplique, incluso de que se bajen recursos y es por ello que tenemos que buscar alianzas como científicos para que las autoridades hagan su parte”.