Por Yolanda Gutiérrez
Caos vial y estacionamientos saturados marcaron el Domingo de Resurrección, mientras cientos de familias intentaban en vano encontrar un lugar disponible para dejar sus vehículos, y en algunas ocasiones se vieron obligadas a dar vueltas y más vueltas hasta lograr su objetivo, aunque fuera a varios cientos de metros de la playa de su preferencia.
Desde temprana hora, los estacionamientos públicos que se ubican en Las Perlas, Langosta, Pez Volador, Tortugas, Caracol y Delfines, se llenaron de vehículos pertenecientes a las familias que acudieron a disfrutar de un domingo que, para muchos, marcaba el final de unas breves vacaciones en el destino.
Pasado el mediodía era imposible encontrar un sólo cajón libre, hasta el punto de que muchos ciudadanos, desesperados, terminaron por dejar sus vehículos en los estacionamientos de paga, tal era la saturación de todos los espacios.
Lo que no resulta tan oneroso como pudiese imaginarse, esto en virtud que pueden encontrarse estacionamientos donde, en promedio, se cobran 70 pesos por todo el día, aunque naturalmente no faltan vivales que aprovechan la fuerte demanda y piden a los usuarios cantidades exageradas, que no dudan en pagar, obligados por la necesidad.
De manera irónica, mientras el estacionamiento de Jardín del Arte permanece cerrado con plumas para impedir el paso a los automóviles, situación que se da desde que la Semarnat se auto-adjudicó el espacio; los cajones de playa Langosta estaban a reventar y resultaron insuficientes para acomodar la gran cantidad de usuarios, algunos de ellos originarios de otros estados de la república, que llegaron para disfrutar del domingo.
En el acceso al estacionamiento del balneario, se formó una larga hilera de carros que esperaban el momento en que se desocupasen cajones para ingresar de manera paulatina.
La fila era tan larga y la espera tan tediosa, que generalmente los bañistas descendían de los vehículos con los implementos para disfrutar de la playa, mientras el conductor esperaba resignado que le llegase el turno.
En Pez Volador también se saturó en breve el espacio destinado a estacionamiento, el cual quedó significativamente reducido desde que se cercaron las áreas verdes y los vehículos ya no pueden quedarse sobre el pasto.
En algunos tramos del bulevar se alentaba el tráfico vehicular, especialmente en Punta Cancún desde playa Chac-Mool hasta pasado Plaza Forum, así como en los tramos de Tortugas y Las Perlas, además del semáforo de Plaza Flamingo; en todos ellos la circulación en ambos sentidos se hacía eterna, situación que empezó a percibirse a partir del mediodía en los carriles de subida y pasadas las tres de la tarde en los de bajada, cuando muchas personas procedían a retirarse de las playas.