Por Olivia Vázquez
Sin atención inmediata, el recale masivo de sargazo que reporta el Caribe mexicano pone en riesgo recursos y financiamientos que se contemplan para proyectos como el Tren Maya, así como para sostener la operatividad de dependencias gubernamentales que dependen del ingreso del Derecho de No Inmigrante para seguir funcionando. Así lo reconoce un sector hotelero que todavía no tiene claro cuál será el recurso ni la acción que estará realizando para revertir los indicadores negativos que ya se están enfrentando.
Una clase hotelera preocupada por los resultados que se han dado en los últimos meses del año señala que la caída en los flujos turísticos internacionales que se está generando por el sargazo se reflejará en una menor captación de impuestos y derechos que le terminarán pegando a todo el país, toda vez que la región es la principal captadora de divisas turísticas internacionales.
Hoteleros como Conrad Bergwerf, Roberto Cintrón y Carlos Gosselin, todos ellos líderes de las asociaciones más importantes del destino, han advertido que sin turismo, el Derecho de No Inmigrante sería el primero en tener una contracción severa, pues Quintana Roo capta más del 50% del turismo internacional que ingresa al país y le genera a México más del 44% de las divisas turísticas.
Sin turismo, el estado y los municipios no tendrían captación del tres por ciento del impuesto al hospedaje, pues las bajas ocupaciones que se están dando repercutirán en los presupuestos de los próximos años.
Así también, sin turismo, la región no sería tan atractiva para la inversión, y la contracción de operaciones ocasionaría una caída drástica en la generación de empleo.
De frente al problema que se tiene, el sector hotelero de la región reconoce que aún no ha quedado claro cuál será el financiamiento que se estará destinando para atender el tema.
En ello se considera aún que la reacción de la autoridad no ha sido tan rápida como se esperaba y es apenas hasta hace días que se define a la Secretaría de Marina como la que encabezará el proyecto de contención, tras días en que se dijo que sería el Fonatur y hasta Relaciones Exteriores.
La preocupación es mayor cuando la zona que tiene apostada la mayor inversión en infraestructura turística del país todavía enfrenta los efectos de la llamada percepción de inseguridad y la mala decisión de desaparecer organismos de promoción que permitían apuntalar los mercados.
El sector hotelero reconoce que los efectos negativos que se temían ya comenzaron a sentirse desde el último semestre del año anterior directamente en la generación de empleo, aunque la Secretaría de Turismo Federal y Estatal insistan en querer dar números favorables.
El tema es más que importante, porque sin duda está impactando a la región y así se revelan en las primeras cifras que se están dando en el año, así como en indicadores que se pueden comparar en la generación de empleo.
El director de la Asociación de Hoteles de la Riviera Maya, Manuel Paredes Mendoza, refería en días pasados que la asociación sostiene de forma regular un promedio de 30 mil vacantes para atender las necesidades de crecimiento del corredor turístico, pero la caída del 5% de ocupación que ha venido reportando la región en este mismo periodo, podría reflejarse en el mismo nivel en la caída de generación de empleo.
En el caso de Cancún, Roberto Cintrón reconocía que, sin ocupación, los hoteles se ven obligados a ajustar sus tarifas y nóminas, y en ello se podría generar un problema hasta del orden social si no se toman acciones inmediatas para frenar estos problemas que le están generando impactos al destino.
Hoy por hoy, las reservaciones para el verano ya anticipan un 70 a 75% en las operaciones, y aunque la reserva de última hora le aporta al destino puntos importantes, de continuar sin una estrategia de promoción y con el arribo masivo de sargazo sin un plan de contención, el efecto negativo se verá en el corto plazo.
En ese sentido, señaló que esta región del Caribe mexicano ingresa el 50% de los turistas internacionales que llegan a México, y con los recursos que se obtienen del DNI, se sostienen dependencias como el Fonatur y Migración y ahora estos recursos están destinados a proyectos como el Tren Maya, pero sin recursos este tipo de planes se ponen en riesgo y eso no es conveniente.