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Por José Ramos

CHETUMAL, 23 de junio.- El Ayuntamiento de Othón P. Blanco mantiene en total olvido a los mercados municipales de Chetumal, los cuales agonizan ante la falta de servicios, mantenimiento y las medidas impositivas.

El mercado Lázaro Cárdenas es una de las centrales de abasto que se encuentra en total descuido por parte del gobierno municipal de Otoniel Segovia Martínez, pues durante los días de lluvia los comerciantes y locatarios tienen que realizar sus actividades entre las aguas negras.

El desbordamiento de aguas residuales afecta a locatarios y consumidores en la zona de pescaderías del Mercado Nuevo, sin que el Ayuntamiento de Othón P. Blanco encuentre una solución inmediata.

El ayuntamiento capitalino no ha realizado las gestiones pertinentes con la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA) para resolver el añejo problema. El desbordamiento de aguas negras se debe a que el drenaje y fosa séptica presentan serios problemas de funcionamiento por falta de mantenimiento.

Otro problema es el servicio de recolección de basura, el cual a pesar de que mejoró en las últimas semanas con la operación de nuevos camiones recolectores, el acumulamiento de basura continúa generando molestias en la zona donde se depositan los desperdicios, pues este no se encuentra en las condiciones adecuadas para recibir todos los desperdicios que se generan a diario en el mercado.

Por otro lado, el mercado Ignacio Manuel Altamirano, que se ubica en el Centro de Chetumal, presenta también serias deficiencias en sus pasillos con la red de energía eléctrica, la cual es muy antigua.

El mercado histórico, mejor conocido como el Mercado Viejo, es uno de los más castigados por el municipio, ya que se encuentran en completo abandono y con una infraestructura deteriorada, a pesar de ser uno de los mercados principales de la capital, siendo el más emblemático y que caracteriza la zona centro desde su construcción en 1966.

El mercado Ignacio Manuel Altamirano poco a poco se ha ido deteriorando y hasta el momento ninguna administración municipal se ha comprometido a restaurarlo completamente. Actualmente el edificio presenta problemas con goteras por grietas en el techo, inundaciones en el interior en época de lluvias y graves problemas en la red eléctrica.

Las promesas incumplidas y la falta de atención solamente han generado más incertidumbre entre locatario, ya que no saben cuánto tiempo más pueda soportar la infraestructura actual, o si se requiere por lo menos rehacer parte del edificio.

Del mismo modo, han reportado graves problemas con el sistema de drenaje, lo que en conjunto ha generado el desánimo de muchos comerciantes, por lo que decenas de locales han sido cerrados.

A lo anterior se le suma las medidas impositivas del Ayuntamiento de OPB, que atentan contra de la economía de vendedores semifijos y ambulantes ubicados alrededor del mercado.

Los comerciantes denunciaron que la actual administración municipal aumentó al doble el pago de permiso y derecho de piso. Hasta antes de la actual administración pagaban por el permiso entre 150 a 300 pesos, de acuerdo con lo que comercialicen, pero desde el arranque del 2019 se les quiere cobrar entre 300 a 600 pesos.

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