Por Yolanda Gutiérrez
Pese a que aún no llega de manera masiva el turismo nacional, el reducido espacio de los estacionamientos gratuitos en los balnearios públicos, aunado a que muchos cajones son ocupados por trabajadores de los negocios cercanos, provoca que se saturen casi de inmediato, lo que genera severos inconvenientes a quienes llegan a la Zona Hotelera después de las once de la mañana.
El problema es aún mayor en Langosta, objeto de una importante y atractiva remodelación que convirtió el balneario, uno de los favoritos de las familias locales, en espacio visitado por numerosas personas, tanto turistas como cancunenses, siempre dispuestos a tomarse una fotografía en el parador con las coloridas letras del destino.
Visitantes y residentes empezaron a llegar a los principales balnearios desde temprano de manera paulatina y aunque en muchos balnearios la afluencia de bañistas no era la que debiera para un sábado en plenas vacaciones, los estacionamientos estaban tan saturados que no quedaba un sólo lugar donde poder acomodar los carros.
Quienes se presentaron más temprano a bordo de sus vehículos particulares no tuvieron tanta dificultad para estacionarse, pero las familias que llegaron después de las once pasaron serios apuros y a algunos usuarios no les quedó más remedio que utilizar algunos de los estacionamientos de paga, con todo el dolor de su corazón, mientras que otros preferían esperar a que se desocupase algún cajón en largas filas, situación que se observó especialmente en Langosta, cuya área de estacionamiento quedó pequeña desde muy temprano.
Tanto en Langosta como en Las Perlas, los vehículos que intentaban ingresar en el estacionamiento se veían obligados a esperar pegados lo más posible a la banqueta en el carril de baja velocidad, hasta el momento en que podían ser acomodados.
En el estacionamiento de Tortugas no quedaba un sólo lugar disponible e incluso algunos conductores recurrieron a colocarse en doble fila; sin embargo, la queja principal de los prestadores de servicios que laboran en este balneario público versan sobre el hecho de que pese a que el espacio se encuentra reservado exclusivamente para los usuarios de la playa, son muchas las personas que cruzan en los ferrys a Isla Mujeres y ocupan los cajones prácticamente por todo el día, lo que resta oportunidades a quienes realmente acuden a disfrutar de un día en la playa.
Y cualquier espacio es bueno para estacionar, aunque existan señalamientos que lo prohíban, incluso los retornos son aprovechados por turistas y, sobre todo, locales que pretenden disfrutar de las playas pero no tienen intenciones de perder media mañana esperando a que se desocupe el número suficiente de cajones hasta que les toque el turno.
Toda la zona de Punta Cancún lució repleta de vehículos, muchos de ellos taxis que, al igual que los carros de trabajadores quitan espacios a turistas y locales que tal vez tenían intenciones de realizar algún consumo en el área y optan por buscar otro lugar menos conflictivo para estacionar.