Quintana Roo

Por Yolanda Gutiérrez

La primera impresión que palpan los turistas, cuando se atreven a salir de la Zona Hotelera o se hospedan en el primer cuadro de la ciudad, al caminar por la avenida Tulum, es el abandono, reflejado en numerosos locales comerciales cerrados, con sus cortinas o fachadas repletas de grafitis y letreros de venta y renta, que no hablan demasiado bien de la economía local.

Peor aún si llegan hasta El Crucero, paso obligado de los connacionales alojados en los hoteles del área, quienes además de exponerse a ser asaltados se desorientan bastante a la hora de abordar un camión, a causa de las obras de remodelación que tienen la zona patas arriba y ocasionan que los comerciantes del tramo que quedó cerrado al tráfico hayan visto una disminución en la demanda de sus productos y servicios.

El panorama es tan desolador, la economía se estancó tanto, que bajaron cortinas todo tipo de negocios, desde establecimientos de comida rápida hasta prestigiosas perfumerías, concretamente Ultrafemme, que tras permanecer cerrada por un largo tiempo abrió de nueva cuenta como tienda de chinos, en la que pueden encontrarse infinidad de productos manufacturados en China a precios muy asequibles.

Entre los factores que provocan que la actividad comercial no repunte en el primer cuadro de la ciudad se encuentran el alto costo de las rentas, que los propietarios de los locales desocupados se niegan a reducir, con lo que igualmente se reducen las posibilidades de que algún comerciante se interese por los mismos, aunado a la fuerte inseguridad que se vive en la zona, traducida en robos a comercios de todo tipo, bajas ventas y elevadas cargas tributarias.

La percepción de la economía estancada y desinterés alcanza a los turistas nacionales que se hospedan en el centro, tal como confirmó Sandra Ontiveros, una paisana originaria de Ecatepec, quien mencionó que “si el centro, que en cualquier ciudad es la zona turística, tiene este aspecto, no quiero pensar cómo estará el resto de la ciudad, creo que de Cancún solo merece la pena la Zona Hotelera, que está muy bien cuidada; la avenida es poco atractiva, hay muchos grafitis en todas partes, da una sensación de abandono y supuestamente es la calle principal, veo muchas tiendas cerradas, en renta o en venta, también observo que hay casas de empeño y eso habla mal de la ciudad porque si en una arteria turística se abren este tipo de negocios, solo puedo pensar que aquí todo el mundo anda endeudado”.

En las calles aledañas que comunican con el parque de Las Palapas también se cuentan por docenas los negocios con sus cortinas herméticamente cerradas, que en su mayoría presentan las huellas de los vándalos y grafiteros; en varios se encontraron los consabidos avisos de “Se renta” seguidos de un número telefónico.