Por Ovidio López
ISLA MUJERES, 31 de julio.- Dueños de casas de la zona de acantilado por la colonia Meteorológico, continúan reforzando esas rocas bajo fuerte erosión a fin de no desmoronarse, donde están erigidas sus patrimonios, en prevención de la llegada de un poderoso huracán, según se pudo constatar.
El tramo de acantilado que se está reforzando es casi todo, sobre la calle Emiliano Zapata, por el acceso sur a la playa por ese rumbo. Entre los que todavía están en riesgo se encuentra la capilla “La Guadalupana”.
Se pudo ver que matas de mangle, de la especie de uva silvestre, está en funciones de protección a este sitio religioso como también otras casas por la zona, pero necesita apuntalar los ocho metros de acantilados por el continuo debilitamiento a causa de la erosión y por acción de los fuertes vientos, en especial por los poderosos meteoros que han azotado la ínsula en las últimas décadas.
Varias de esas casas reforzadas por el área de sus bases están destinadas en arrendamiento al turismo, por eso tienen poder económico para llevar a cabo la inversión con el plan de reforzamiento, sin la supervisión de alguna instancia de gobierno, pero para los que no tienen medios para ello, entonces siguen perdiendo pedazos de terreno.
Ahí están las casas de verano “Perla”, “Jimbo & Karen”, “Piolín”, entre otras. Algunos de los responsables de los negocios coinciden que la medida que tomaron fue a consecuencia de conservar la integridad de sus viviendas, al ver que se caían rocas de manera constante y se acortaban sus terrenos.
Pudimos descender a los acantilados para constatar el trabajo que desarrollaron varios establecimientos, algunos instalaron escaleras provisionales y de concreto para poder vigilar por cierto algunos niños de la tortuga marina, que por las señas en la arena, cada noche buscan depositar sus huevos, por ahí.
Evidencia el compromiso personal para atender esta asignatura por necesidad, pues como este tramo, casi toda la parte centro y sur de Isla Mujeres, está bajo la fuerte acción de la naturaleza, pierden centímetros a centímetros de rocas por año para luego desmoronarse en grandes moles, en medio del silencio oficial en estos tiempos de meteoros.