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Quintana Roo

Dura batalla del General al crimen organizado

De la Redacción

Con todo y sellamiento peninsular con la Guardia Nacional y el Mando Único en Quintana Roo, los resultados obtenidos durante la gestión del General de División Anastacio García Rodríguez (Q. E. P. D.) fueron muy por encima de los ahora logrados.

Estando al frente de la Guarnición Militar de Cancún y luego de la 34/a. Zona Militar, García Rodríguez logró la detención de líderes de células del crimen organizado que operaban en el Estado, como Octavio Almanza Morales, (a) “El Gori 4”; Asael Jiménez González, (a) “El Indio”; Juan Manuel Jurado Zarzoza, (a) “El Puma” y Félix Camacho Pérez, (a) “El Boti”, entre otros criminales.

Durante las detenciones, se lograron importantes aseguramientos de armas de grueso calibre, diferentes tipos de drogas, dinero en efectivo y vehículos.

La sentencia de 17 años de prisión, dictada recientemente a María del Pilar Narro López, (a) “Comandante Bombón”, recordó las acciones realizadas en Cancún y el resto de la entidad, por el General de División Anastacio García Rodríguez (Q. E. P. D.), quien fuera Comandante de la Guarnición Militar de Cancún y de la 34/a. Zona Militar.

Y es que, en la actualidad, se supone que el estado de Quintana Roo está “sellado” con la Guardia Nacional y el Mando Único, sin embargo, las actividades de los diferentes grupos delictivos que operan en la entidad no se detienen.

Junto con la “Comandante Bombón”, personal militar bajo las órdenes del General Anastacio García Rodríguez, detuvo a Octavio Almanza Morales, (a) “Gori 4”, considerado como autor intelectual de la ejecución del General de Brigada DEM en retiro, Mauro Enrique Tello Quiñónez y dos colaboradores; y como corresponsable en la ejecución de nueve militares en Monterrey, Nuevo León.

El “Gori 4” y sus seis personas más, entre ellas la “Comandante Bombón”, fueron detenidos en febrero de 2009, en el Residencial Campestre, asegurándoles en ese momento 23 armas largas, 20 armas cortas, 23 granadas de fragmentación, dos lanzagranadas, un lanzacohetes; más de 12 mil cartuchos y más de 500 cargadores.

En mayo de ese mismo año, el General García Rodríguez dirigió el operativo que derivó en la detención de Félix Camacho Pérez, (a) “El Boti”, quien era jefe de plaza en Cancún, para la organización “Cárdenas Guillén”, encargado de planear y encabezar todas las actividades de narcotráfico, venta de enervantes, extorsión, cobro de protección a diferentes negocios turísticos y secuestros en el área.

En el mismo mes de mayo, el Ejército liderado por el General Anastacio García Rodríguez detuvo en Playa del Carmen a Asael Jiménez González, (a) “El Indio”, junto con otros integrantes de la misma organización criminal, asegurándoles diversas armas de grueso calibre, granadas, drogas y vehículos.

Un mes después, el Ejército detuvo al sucesor de “El Boti”: Juan Manuel Jurado Zarzoza, (a) “El Puma”, quien contaba con un largo historial delictivo antes de unirse a la organización criminal, cuando el encargado de esta plaza era Javier Díaz Ramón, (a) “Java Díaz”, quien lo designó para hacerse cargo de las actividades de narcomenudeo.

Jurado Zarzoza junto con Napoleón de Jesús Mendoza Aguirre, (a) “El Napo”, también fue detenido por el Ejército como autores del homicidio del General Tello Quiñónez.

Cuando “El Puma” fue detenido junto con algunos colaboradores, se les aseguraron 9 armas largas, 10 armas cortas, cartuchos y cargadores de diferentes calibres, 16 kilogramos de cocaína, 45 kilogramos de marihuana y 2 mil 500 dosis de crack, además de cuatro vehículos.

Poco a poco fueron cayendo los líderes del grupo delictivo que era el que mantenía el control de la mayoría de actividades ilícitas en la entidad, sobre todo en Playa del Carmen y Cancún.

En la actualidad opera en Quintana Roo la Guardia Nacional y el Mando Único, instaurado por Jesús Alberto Capella Ibarra, secretario estatal de Seguridad Pública y las detenciones realizadas distan mucho de las que se llevaban a cabo hace una década.

Las células delictivas se incrementaron a gran escala, al grado que se contabilizan hasta siete grupos aproximadamente, que operan en la entidad, sobre todo en la zona norte y sur.

Los secuestros, extorsiones, venta de drogas, entre otros tantos delitos, siguen cometiéndose al por mayor, mientras que las detenciones son mínimas, ante la falta de un verdadero liderazgo y un verdadero trabajo de investigación.

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