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Quintana Roo

Por Gerardo Reynoso

Se suponía que iba a ser el lugar donde la tolerancia tuviera cabida. El lugar significaba un espacio de más de 300 metros cuadrados para atender la prohibición y dar rienda suelta a los gustos sexuales, carnales.

Las luces permanecían encendidas todo el día. No importaba la hora, siempre había mujeres moviendo sus caderas y mostrando sus cuerpos al ritmo de la canción de moda, del momento.

En Plaza 21 nunca era demasiado tarde, y siempre era temprano para todos los clientes que se daban cita para saciar su morbo, alimentar su sexismo y derrochar el poco o mucho dinero que traían en sus bolsillos.

Así, con todo este concepto fue construida la otrora Plaza 21 de Cancún, sitio que desde el 2010 permanece vacío, cerrado y en pasos de olvido tanto de las autoridades municipales como del sector empresarial.

Lo anterior se debe a que Plaza 21 es conocida perfectamente dentro de la ciudad y por los cancunenses, debido a que albergaba varios centros nocturnos, clubes para adultos y locales de prostitución.

El lugar era la zona de tolerancia y el servicio, en teoría, era exclusivamente para adultos.

Sin embargo, Plaza 21 nunca encontró la continuidad y la pasión por ser precisamente la zona de tolerancia, ya que cerró sus puertas a fines de diciembre de 2010 y así ha permanecido hasta la fecha.

La historia de la zona de tolerancia, que no pudo ser

En 1995, a partir de quejas de vecinos y comerciantes de las céntricas avenidas Tulum, Yaxchilán, Uxmal, López Portillo o la bien conocida Supermanzana 63 donde habían proliferado los negocios de bares, strip-tease y prostitución, es que el Ayuntamiento de Benito Juárez, presidido por Carlos Cardín Pérez, promueve la creación de una zona de tolerancia en las afueras de la ciudad, a un lado de la carretera a Mérida, lo que dio nacimiento al proyecto de Plaza 21.

El proyecto arquitectónico de Plaza 21, además de los espectáculos y servicios sexuales, planteaba una caseta de seguridad para vigilar no sólo el orden, sino también procuraría evitar que los clientes manejaran en estado de ebriedad. Las personas que acudieran al lugar tendrían la opción de dejar sus vehículos en esta zona de tolerancia e irse en taxi a sus hogares.

Además se había afirmado que se contaría con un módulo de vigilancia epidemiológica, el cual efectivamente funcionó hasta febrero de 2006 e incluso, se pensó construir un centro de salud no sólo para tener un control de las sexoservidoras, sino para que diera atención a las familias establecidas en las colonias irregulares. Estas instalaciones contarían con dos consultorios; tendría un área para atención de las sexoservidoras, quienes no se mezclarían con el resto de la población y sería una manera fácil de controlarlas. La idea de este centro de salud es que tuvieran un área de verificación, oficinas, regulación sanitaria, toma de muestras, vigilancia epidemiológica y un laboratorio. Además de una ambulancia para cualquier emergencia.

El 25 de octubre de 1995, se puso la primera piedra de este proyecto. El 4 de septiembre de 1996, se suscribió el convenio con la Asociación de Propietarios, Concesionarios, Arrendatarios de Bares, Cantinas, Centros Nocturnos, Restaurant-Bar, Asociación Civil y la empresa mercantil Desarrollo Urbanos Sol, a fin de reubicar a los restaurantes y bares con show nocturno en la Plaza 21.

Es hasta el 26 de agosto de 1997, en la XXXV Sesión Ordinaria de Cabildo cuando se aprueba la salida de los giros negros de la ciudad y el 30 de noviembre se da la reubicación formal.

Los negocios que cerraron definitivamente en la ciudad y apoyaron el programa fueron: Hawai, Casa Blanca, La Fuente, La Cueva del León, Mr. Loco, El Coyote y Gato Pardo pasando sus negocios a la zona de tolerancia con los nombres de Casa Blanca, La Fuente, La Gatita, Exotic, Climax, Casino, Samuray, Fuente Plus y Cueros.

Y la misma historia ocurrió en cuanto cerró el lugar. A fines de diciembre de 2010, los antros de Plaza 21 cerraron sus puertas. Los dos últimos en cerrar fueron “Milenium” y “Black Jack”.

Ahora todo está en ruinas. El terreno sigue abandonado y la historia transcurre en medio de lo que pudo ser una zona de tolerancia, que nunca lo fue.

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