De la Redacción
MANUEL ANTONIO AY, TULUM, 22 de enero.- Aprovechando contar con documentos de títulos de propiedad, comuneros del ejido de Manuel Antonio Ay, pretenden despojar a algunas personas que en su momento adquirieron una propiedad para fincar su patrimonio, una de estas viviendas ya fue derribada, tras quedar colindante a un camino de acceso.
A pesar de la problemática en que se ha visto implicada la tenencia de la tierra, en la comunidad ubicada en la zona de transición a escasos 34 kilómetros de la cabecera municipal, desde hace ya más de una década.
En su momento, gente proveniente de otros lugares se interesó en la adquisición de un predio, que obtuvieron mediante un contrato de compra-venta, ya que para entonces los comuneros se hallaban en las gestiones para la adquisición de los títulos de propiedad ante la Procuraduría Agraria.
Al contar hoy con esos títulos, buscan reclamarlos como suyos, tras argumentar algún pretexto, como uno de los agraviados dio a conocer sin dar sus datos generales, tras el temor de represalias.
Familiar de uno de los agraviados, mencionó que en su caso no directamente le compraron al comunero, sino a una tercera persona, es por ello que el ejidatario menciona que él nunca les vendió, buscando apoderarse de cinco metros del predio en disputa, al final y tras la intervención de la autoridad local, al parecer ya no procederá.
Una humilde vivienda hecha con material de la región adyacente a un camino de terracería recién hecho se halla derribada, los vecinos de la comunidad indican que esa era propiedad del actual delegado de la comunidad, que trató de evitar tal acto, sin lograr su objetivo.
A otro ciudadano igual le han amenazado de derribar la edificación, con la cual cuenta, en caso de que no se salga del lugar, aunque el agraviado tras adquirir el predio lo escrituró en su momento.
Los años pasan y el problema de la tenencia de la tierra en el poblado continúa, afirman vecinos, quienes reconocen que se dio luego del interés de empresarios por el cenote Takan Dzonot, pues antes, era una comunidad como Francisco Uh May y Macario Gómez catalogadas como tranquilas.
Los agraviados esperan la intervención de las autoridades, ya que han fincado su patrimonio.