Quintana Roo

Tormenta Tropical Gamma agrava la erosión de las costas en Playa del Carmen

Los vientos y fuerte marejada que dejó a su paso la Tormenta Tropical Gamma agravaron la erosión en las costas de Playa del Carmen.
Por el paso del ciclón tropical se acentuó la erosión en playas de Solidaridad. Foto: Víctor Rodríguez.

Aunque desde semanas atrás algunas zonas de la costa del corazón turístico de la Riviera Maya eran golpeadas por la erosión de playas, los vientos y fuerte marejada que dejó a su paso la Tormenta Tropical “Gamma” agudizaron la problemática hasta alcanzar muros de contención e infraestructura de los prestadores de servicios turísticos.

Asimismo, a diferencia de otras malas condiciones marítimas, en este ocasión no hubo recale masivo de sargazo, sólo de un pequeño volumen de pasto marino que desde muy temprano el personal de la Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat) retiró.

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De igual forma, al verse sorprendidos por la rápida evolución de depresión a Tormenta Tropical Gamma, la concesionaria de la barrera contra el sargazo no pudo retirar las estructuras a tiempo y durante las primeras horas de este domingo inició la recolección de los diversos tramos recalados a la orilla de las playas.

En ese mismo sentido, Ildefonso Arcos Magaña, representante de la Cooperativa Turística de Playa del Carmen, reconoció que los vientos huracanados de la Tormenta Tropical Gamma favorecieron para que algunas zonas afectadas por la erosión de playas recuperaran entre 15 y 20 metros cuando menos, es decir, se amplió la playa.

Sin embargo, insistió en que la ganancia y pérdida de playa es un ciclo natural, aunque acelerado por las acciones de los humanos al construir sobre las dunas costeras o sobre manglares, de tal forma que se verá igual que algunas áreas de la costa que son más golpeadas por la erosión.

Durante un recorrido en la costa pudo constatarse que a la altura de las calles 6 y 8 se presenta nuevamente la pérdida importante de playa, además, a partir de la calle 26 hacia la calle 30 la marejada alcanzaba las estructuras de algunas palapas de conocidos clubes de playa, que se quedaron literalmente sin espacio para la instalación de sus camastros.

Por Víctor Rodríguez